Los astros, las estrellas y tu destino
Inteligencia astrológica
The Celestial Fortune Cookie
Calendario astrológico de la sabiduría
Todos queremos un poco más de dinero
A Little More Love
Cotidianamente tuya
Los astros no son la causa, sino los indicios
de las acciones humanas.
Para Jane y Max, con cariño, admiración
y su encuentro con astros adecuados.
contenido
Guide
Quiero agradecer a todas las parejas, jóvenes, viejos, novatos, dispuestos, amantes, esposos, de todo tipo y forma, (siempre respetuosos el uno del otro) quienes hayan pensado en hacer, estén por hacer o han hecho, el amor.
Para ustedes, y para los demás, que quede claro que este es un libro de estrambótica, no de erótica.
Existen tantos dichos sobre el sexo como estrellas en el cielo. Somos aproximadamente 6.7 billones de humanos, 6 y 7 con ocho ceros. Para el año 2050, seremos aproximadamente 9.5 billones. Según las encuestas, durante cualquier día del año, unas 100 millones de parejas están haciendo el amor. Cosa buena. Aunque en porcentaje, esto significa solo un 3,3 por ciento de nosotros, y hay quienes creen que deberíamos hacerlo más seguido para subir el porcentaje. ¿Más veces o más gente? Ese detalle no lo precisan las World Population Statistics.
Demócrito de Abdera decía que “el coito no es más que un pequeño ataque de apoplejía” (vivió unos 400 años antes de Cristo), pero a la vez existen textos serios, como el de Wilhelm Reich, que nos aseguran que “el impulso sexual no es más que la memoria motriz de placeres de experiencias previas”.
Ten en cuenta que hay individuos que con solo ver una cadera ondulante (de hombre o de mujer), o —en países de velos y misterios— un codo en toda su desnudez, un tobillo o un talón descubierto por un movimiento fortuito, simplemente se les prende el fuego interno, se les despierta la libido o dejan todo por seguir aquel cuerpo deseado. Hay otros que, al tomar una copa, una pastilla de éxtasis o de Viagra, sienten un movimiento de alguno de sus miembros corporales que puede incitarlos a entregarse al placer bíblico.
Todos hemos tenido sueños sensualmente placenteros, y me imagino que quien tenga este libro en mano, ya sabrá lo delicioso que puede ser despertar en brazos de un ser amado después de un deleite sexual. Pero, si buscas pornografía o entretenimiento del tipo que la televisión llama fantasías sexuales secretas, no lo encontrarás aquí.
Aquí, en El sexo y las estrellas, encontrarás información deliciosa sobre el suave vaivén que tu signo astrológico puede aportar en el proceso de conocerte a ti mismo, específicamente cuando de hacer el amor se trata.
Hacer el amor es algo que no nos enseñan en casa, pero tú, lector, fuiste creado por ese acto maravilloso y es algo sobre lo cual debes de instruirte. Conocer. Gozar.
A principios del siglo XX, el británico Havelock Ellis (un sexólogo, médico y reformador social) publicó siete volúmenes titulados Studies in the Psychology of Sex (Estudios sobre la psicología del sexo), considerados hasta la fecha como una obra maestra y aun consultados en universidades del mundo entero. Ahí se habla del “placer del sexo” cuando es inteligentemente practicado y sin abusar. Ahí también dice que “el sexo puede ser estimulante y el liberador más fino y exaltado que tiene el ser humano”.
Los signos astrológicos existen desde que el primer hombre sobre la faz de la tierra miró hacia arriba y se preguntó cómo integrarse al vasto cielo, y posteriormente se dio cuenta de que el arte astrológico no es más que una herramienta que puede contestar algunas preguntas sobre tu persona. Espero que junto a tu signo y sus características y dones (los asociados con Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis) encuentres a veces una respuesta y, frecuentemente, alivio.
A la vez, este arte astrológico te brinda, de manera divertida, tu justa medida para crear, gozar y compartir momentos gratos cuando haces el amor. Esto te pertenece; es tuyo, porque naciste con un signo dado por el cosmos... y esta justa medida, la tuya y la de tu pareja del momento, abre puertas y regala secretos.
Hacer el amor debe ser precisamente eso: algo que se festeje entre dos personas, que se goza, que se esparce, que encanta, que da gusto, que se recuerda con un cierto suspiro o sonrisa, que agrada, que alborota, que ilustra y que funciona. Regala momentos de felicidad. Tratemos de complacernos y complacer para realmente disfrutar. El sexo puede glorificar un solo instante, pero puede compartirse durante mucho tiempo. Chispeante, jugoso, placentero, saleroso, radiante, no siempre perfecto... pero siempre presente y hablado. Debe encantar. Es algo que permite la prolongación del alma; algo que no se hace solo, y si se hace solo, que también gratifique.
Stephen Hawking (de signo Capricornio), máximo genio de la física cuántica, quien ocupa la misma cátedra de la Universidad de Cambridge en Inglaterra que ocupaba Sir Isaac Newton, confesó hace unos años que sobre la pared de su oficina colgaba un póster de Marilyn Monroe. “Ella es maravillosa”, dijo el científico. “Es cosmológica. Yo quería incluir una fotografía suya en mi último libro”, continuó, “como un objeto celestial”. Él, confinado a una silla de ruedas, con un aparato que amplifica sus palabras, desde su tremenda y terrible enfermedad que prohíbe a su cuerpo moverse (mas no a su alma, ni a sus ganas de sentir), tiene la capacidad de convertir un símbolo sexual en una alegoría celestial.
Ahora es tu turno para formar parte de este telar de la vida y el genio de Hawking, de las ondas que dejó Demócrito y las del Dr. Ellis, en un legado místico que forma una sincronía. Y esa sincronía es la base de este libro, es la herramienta que espero brindarte a través de estas palabras para que logres encontrarte en paz y contento al hacer el amor.
Cada signo astrológico tiene doce combinaciones. El tuyo y el suyo. Ten en cuenta que todos llevamos en nuestro mundo los doce signos, aunque uno sea el que predomina.
Este libro tiene que ver con las preposiciones. ¿Te acuerdas de ellas? A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, por, para, según, sin, so, sobre, tras. Las preposiciones indican la posibilidad de una relación entre dos elementos, y en el caso de este libro-manual, se usan para aprender acerca del acto sexual bajo diferentes circunstancias. Sin olvidar que una preposición es invariable, es decir, mantiene una sola forma. En este caso es la de sentirse bien al hacer el amor; bien en lo erótico, lo cotidiano y por supuesto lo sexual.
Las preguntas que acompañan cada signo son tan divertidas como banales, y también algo eróticas. Contestándolas, verás cómo te acomodas con tu propio signo como si estuvieras acomodándote en tu sillón preferido, sintiéndote cómodo y a gusto. Respira hondo y relájate. Deja que lo demás venga suave y dulcemente; con toda la soltura posible y sin apurarte. Los apuros son como un castigo malévolo para los habitantes de cualquier signo. Con la candidez que todos podemos lograr si la luna está en un lugar afortunado en relación con tu horóscopo personal, así te harás dueño de tu propio momento de amor y aprenderás a identificar las propias cualidades (todos las tenemos) para que el recuerdo de cada momento íntimo sea ecléctico, eléctrico, sensual y agradable.