Esta obra pone a su alcance un conjunto de métodos prácticos y originales, a veces sorprendentemente insólitos, para librarse de las presiones y manipulaciones proyectadas a menudo sobre usted.
Entre rasgos de humor y con grandes cantidades de sentido común, el doctor Dyer le pone en las vías de ese cambio que le ayudará a contrarrestar los desafueros de funcionarios intratables, colaboradores abusones, parientes egoístas y, con demasiada frecuencia, de usted mismo.
Wayne W. Dyer
Evite ser utilizado
Técnicas dinámicas para gozar de la vida sin ser manipulado
ePub r1.0
Titivillus 08.10.16
Título original: Pulling your own strings
Wayne W. Dyer, 1978
Traducción: Manuel Bartolomé López
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
A Susan Elizabeth Dyer
ante ti puedo pensar en voz alta
WAYNE W. DYER (Detroit, Míchigan, 1940 - Condado de Maui, Hawái, 2015). Es sobradamente conocido por los lectores de todo el mundo por su obra Tus zonas erróneas, muy posiblemente el libro de autoayuda más leído de todos los tiempos. Ha sido profesor de Psicología del Asesoramiento en la St. John’s University de Nueva York y se dedicó a una incansable actividad impartiendo conferencias y cursos, así como escribiendo.
Además de la obra antes citada, destacan Los regalos de Eykis, Tus zonas sagradas, La felicidad de nuestros hijos, Tus zonas mágicas, Construye tu destino, El cielo es el limite, La fuerza de creer y La sabiduría de todos los tiempos.
… Toda experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, siempre que los males sean tolerables, que a mejorar su situación aboliendo las formas a que está acostumbrada…
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA,
4 DE JULIO DE 1776.
PRÓLOGO
Buena parte de lo que aquí se expresa corresponde a mi propio desarrollo individual como persona adulta obligada a tomar decisiones y orientada hacia la acción.
En mi calidad de profesora y consejera de sordos, he trabajado con muchos jóvenes a los que perjudicaba más la falta de confianza en sí mismos que la incapacidad física y con los que hablé acerca de la importancia de sentirse «responsable» de uno mismo antes de pasar a responsabilizarse, a hacerse cargo de una situación. Luego, mis alumnos fueron asumiendo poco a poco la penosa tarea de aceptar riesgos por su cuenta, desde acciones prácticas como pedir en el restaurante los platos que deseaban tomar, en vez de esperar a que lo hiciese por ellos un compañero dotado de oído, hasta acontecimientos psicológicos internos como la decisión de una estudiante de bachillerato elemental que resolvió matricularse en el curso de preparación universitaria, erigiéndose en el primer miembro de su familia aspirante a tales alturas académicas. El desafío que afronta la muchacha es grande, pero también lo es ahora su confianza.
Muchos de nosotros, con facultades normales, nos hemos situado en desventaja mental y nos hemos dejado convertir en víctimas a través de los sistemas de creencias. Nos ponemos limitaciones en la búsqueda de seguridad, sin darnos cuenta en ningún momento de lo fácil que le resulta al prójimo confinarnos todavía más, utilizando contra nosotros las restricciones que nos imponemos. Un ejemplo extraído de mi propia vida lo constituye la superación de las alergias que padecía.
En mi condición de adulta, seguir cultivando la alergia significaba hacer honor a la etiqueta infantil de ser «delicado», que me había supuesto una barbaridad de atenciones en el seno de una familia activa. El oportuno gangueo me libraba también de no pocas situaciones azarosas, como las inherentes a los deportes al aire libre (hierba, árboles, polen), para cuya práctica me sentía atléticamente inepta, o las derivadas de las reuniones sociales, en fiestas muy concurridas, donde mi reacción alérgica al humo de tabaco era en realidad un producto de la timidez. El médico que atendía mis alergias no dedicó un solo instante a la exploración de sistema alguno de mantenimiento psicológico. Se conformaba con cumplir mi programa de visitas semanales a su consultorio.
En cuanto empecé a determinar que conseguir la independencia suponía dejar de ser delicada y dejar de ser víctima de mis temores de rechazo, se acabaron las inyecciones y se inició el contacto con el fútbol americano y con nuevas amistades.
Todos los días me salen al paso diversos desafíos. Entre los ejemplos cotidianos figuran enfrentamientos con las autoridades de las escuelas públicas, al objeto de lograr las mejores plazas para los estudiantes sordos; relaciones comerciales, en el plano de la reclamación, con proveedores cuyo servicio deja mucho que desear; contentamiento de familiares que albergan perspectivas para mí distintas a las que alimento yo… y el desafío del yo que soy, para convertirme en el yo que quiero ser.
Este libro me está dedicado y muchos de sus ejemplos los he aportado yo. Todos sus mensajes son para mí… ¡y también para usted! ¡Lea, cultívese, disfrute!
SUSAN DYER
1
NIÉGUESE A SER VÍCTIMA
No existe lo que se dice un esclavo bien adaptado.
No necesita volver a ser víctima. ¡Nunca más! Sin embargo, para proceder en lo sucesivo como persona redimida, tendrá que analizarse a fondo y aprender a discernir las innumerables ocasiones en que tocan sus resortes y le manipulan otras personas.
Su postura de antivíctima entrañará para usted mucho más que el simple esfuerzo de aprenderse de memoria algunas técnicas de actitud enérgica y aceptar después unos cuantos riesgos, cuando los demás intriguen con vistas a manejarle o regir su comportamiento. Es probable que haya observado ya que la Tierra parece ser un planeta sobre el que la inmensa mayoría de los habitantes humanos que lo ocupan realizan constantes intentos para dominarse unos a otros. Y han desarrollado instituciones únicas, altamente perfeccionadas para el cumplimiento de esa reglamentación. Pero si usted es uno de los seres que se ven gobernados en contra de su voluntad o de su cabal discernimiento, entonces es usted una víctima.
Resulta del todo factible evitar las trampas para víctimas que, inexorablemente, surgen en la vida, sin tener que recurrir al sistema de tiranizar su propia conducta. Para conseguirlo, puede usted empezar por establecerse un nuevo inventario de lo que espera alcanzar en el curso de su breve visita a este planeta. Le recomiendo que principie por aspirar a convertirse en persona redimida y a examinar de modo minucioso su conducta de víctima.
CONCEPTOS SUMARIOS
Para operar desde la tesitura de fortaleza, empiece por depositar una confianza absoluta en sí mismo y por no poner a los demás en situaciones de mando, por encima de usted. Está pidiendo que le avasallen cuando se subordina de manera total a otra persona, para que ésta controle adecuadamente la vida de usted. Si usted crea o aprovecha sus propias oportunidades, en vez de limitarse a aguardar a que el éxito se presente, y va en pos de sus objetivos, sin apostar sus emociones personales por el resultado, se encontrará en el carro de los vencedores, de los redimidos, sin ni siquiera darse cuenta. Una breve declaración final sirve de envoltorio al contenido de este capítulo: «Si es usted quien paga al violinista, asegúrese de que toca la canción que usted quiere».