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Queridos amigos:
Con la publicación de mi libro Ese instante de felicidad tuve la oportunidad de visitar nuevos rincones de España que me maravillaron y me sorprendieron; la llamaría «la nueva belleza de España», la que yo no conocía y no todo el mundo creo que conozca.
Siempre que tengo la oportunidad de adentrarme un poco más en su interior me doy cuenta de que es un país fantástico, lleno de gente increíble, colores, aromas, paisajes preciosos...
Todas y cada una de las personas que he conocido me han recibido siempre con gran hospitalidad y afecto, y me siento afortunado por tener tantos amigos aquí.
En estas páginas encontraréis algunos de esos rincones inolvidables que visité y que aparecen en Tú, simplemente tú , la segunda parte de Ese instante de felicidad .
¡Espero que os guste!
En resumen: Ese instante de felicidad... ¡Eres tú, España!
Un abrazo,
¡Café y dulces exquisitos!
Pastelería La Exquisita,
Vejer de la Frontera
A la mañana siguiente nos encontramos todos en el desayuno, en una pastelería no muy lejos de la casa, La Exquisita. Nos sentamos cerca de las grandes ventanas y disfrutamos del panorama maravilloso. La luz se refleja en las casas blanquísimas, que parecen brillar con luz propia. Pedimos un poco de todo, naturalmente siguiendo las indicaciones de Elena: tortas vejeriegas, pan durito, y sobre todo camiones, unos dulces de hojaldre rellenos de crema, los cuales tampoco tienen nada que envidiar a nuestros queridos maritozzi .
A pesar del vocerío de los clientes, reconozco la canción que oímos durante el viaje de ida, Pokito a poko , de Chambao, que habla de lo importante que es encontrar tu propio camino para crecer, no caminar solo por caminar. «Que tus ojos son mis ojos, que tu piel es mi piel...» Se lo digo a María, señalando tontamente hacia el techo, como si el sonido procediera de la gran lámpara que ilumina la sala. Pero ella lo entiende, hace un gesto de asentimiento y me quita una miga de pan tostado de la camiseta. Tengo amigos de verdad y una persona importante a mi lado, me siento afortunado.
¿Qué mejor que empezar el día comiendo dulces rodeado de unas vistas espectaculares? Fundada el 1942, la pastelería La Exquisita es el lugar perfecto para ir con tus amigos, o con tu amor. Allí es dónde Nicco, Gio, María y Elena disfrutan de un desayuno y van construyendo su amistad.
Un lugar donde perderse:
Los molinos de viento,
Vejer de la Frontera
Y su sonrisa me hace entender que ha sido la respuesta perfecta. Esta vez miro yo por la ventanilla. Una extensión de molinos de viento se dibuja ante nosotros, las aspas se mueven veloces. Gio se da cuenta y me dice:
-¡Eh, Nicco! ¡Los molinos de viento! ¿Será una señal del destino?
»Creo que no lo estamos haciendo mal en el papel de don Quijote y Sancho Panza. ¿A ti qué te parece?
-Sí, me parece..., quizá.
Esparcidos por los alrededores del pueblo, los molinos de viento se erigen entre las casas y son una muestra del pasado y de las tradiciones de la zona. Se han convertido en lugares inolvidables para visitar en pareja, para disfrutar de una experiencia única con aquella persona que ilumina nuestras vidas. ¡No te los pierdas! Si tienes algo especial que decirle a tu media naranja, éste es el lugar perfecto...
Una plaza preciosa: la Plaza España, conocida como la plaza de los Pescaditos. Vejer de la Frontera
-¡Por fin, ya estamos aquí de verdad! ¡No veía la hora de llegar!-comenta mi amigo, recorriendo el lugar con la mirada.
La plaza está rodeada por unas palmeras altísimas y a su alrededor se asoman multitud de casas, todas blancas. El pueblo se extiende hacia arriba a través de callejuelas estrechísimas que desde aquí solo podemos intuir.
-Ésta es la plaza de los Pescaditos -dice Elena con entusiasmo-. Venid, venid.
-A mí me parece que el hotel está hacia el otro lado -dice Gio mientras no deja de darle vueltas al móvil para ver en qué punto estamos en el mapa del navegador.
Nicco y Gio recorren toda España buscando a María, y se maravillan de los sitios que van encontrando. La plaza de los Pescaditos es uno de los puntos de encuentro del pueblo, pues en sus laterales se encuentran el ayuntamiento y el juzgado de paz. Dispone de unos bancos donde sentarse bajo las palmeras y disfrutar del ambiente que se crea cada día. La gente la llama así porque antiguamente había peces de colores en la fuente.
¡Mar, mar infinito!
El faro de Hondarribia
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