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POEMAS DE DIOS
Edición en español publicada por
Editorial Vida - 2014
Miami, Florida
© 2014 por Alex Campos
Edición:Madeline Díaz
Diseño de interior:CREATOR studio.net
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LO CONTRARIO, EL TEXTO BÍBLICO SE TOMÓ DE LA SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL. © 1999 POR BÍBLICA INTERNACIONAL.
Esta publicación no podrá ser reproducida, grabada o transmitida de manera completa o parcial, en ningún formato o a través de ninguna forma electrónica, fotocopia u otro medio, excepto como citas breves, sin el consentimiento previo del publicador.
Edición en formato electrónico © febrero 2014: ISBN 978-0-8297-6186-3
CATEGORÍA: Ministerio Cristiano/Juventud
Christian Ministry/Youth
IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA
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Contenido
Detrás de todas las canciones siempre hay una historia, y conocer lo que inspiró al músico o al poeta a escribirlas puede otorgarles un impacto aún mayor en nosotros. Si a eso le añadimos lo que el Espíritu de Dios ha hecho en el autor de esas composiciones, entonces Dios mismo puede darles un nuevo volumen y usarlas para acercarnos a él, sanar nuestro corazón y animarnos a seguir adelante.
Me he tomado el tiempo para estudiar la historia detrás de los Salmos por ejemplo, gracias a lo cual he podido aplicarlos a situaciones específicas de mi vida y así ese libro de canciones se ha convertido en uno de mis favoritos, porque los salmistas vivieron las mismas pruebas que yo he tenido que afrontar. Ver cómo ellos atravesaron sus desiertos, así como la manera en que Dios respondió, me anima, consuela y edifica; y así es este libro. En estas páginas, Alex nos comparte las historias detrás de sus canciones, las experiencias de un salmista que ha experimentado pruebas, luchas, confrontaciones, desafíos, tristezas y enfermedades similares a las nuestras.
Hace unos años atravesé una prueba muy difícil. Mi voz había perdido el brillo y la claridad que Dios le había dado. Fui al médico, quien descubrió que tenía un tumor en mis cuerdas vocales y era necesario realizar una cirugía para removerlo. Las cuerdas vocales son para el predicador lo que las manos para el pianista, las piernas para el ciclista y los ojos para el piloto. ¿Qué voy a hacer si la cirugía sale mal y pierdo mis cuerdas vocales? ¿Qué tal si se trata de un tumor maligno?, me preguntaba. En medio de esa situación, recordé que Alex había pasado por una prueba similar y Dios le había dado la canción «Al taller del Maestro», así que la busqué y permití que el Señor la usara para ministrarme:
Ay, como me duele estar despierto y no poder cantar, cómo expresarte sin palabras que muero si no estás […]
Al taller del Maestro vengo, pues él me curará, me tomará entre sus brazos y cada herida sanará. Las herramientas del Maestro mi alma remendarán.
Las canciones de Alex Campos nos inspiran y traen esperanza porque todas las historias detrás de ellas han sido redimidas por la sangre de Jesús. Y como dice una canción que cantamos en la iglesia: «La tinta de su sangre escribió una nueva historia para mí».
Andrés Corson
Pastor y autor
Escribo este libro porque estoy enamorado. No hago poesías porque alguna vez me lo haya propuesto, sino debido a que los poemas de Dios me han hecho a mí. La poesía que encuentro en su misericordia, mi familia, mi esposa y lo que he podido vivir en el ministerio al viajar y hablar con miles, me invita y provoca a seguir deteniéndome a reflexionar en lo importante y apasionante de ser moldeado por la bella voluntad de Dios.
Dios ha sido fiel conmigo. Muy fiel. Y aunque probablemente no te conozco personalmente, sé que también lo ha sido contigo.
Quizás te ha tocado experimentar situaciones y sentimientos difíciles. Ese ha sido también mi camino. No obstante, al mirar atrás una y otra vez, he descubierto cuán presente, activo y atento estaba Jesús a mi vida, aunque le estuviera dando la espalda.
He sufrido el abandono de seres queridos, el rechazo, el abuso y la desconfianza a lo largo de mi vida. Sin embargo, Dios me ha hablado de diversas maneras. Me ha escrito poemas en su Palabra, mediante canciones, en mis intensos momentos de oración y arrepentimiento, y también a través de personas comunes y pastores que me hablaron de su parte.
Dios raramente grita. Por lo general, prefiere susurrarnos al oído. Él quiere tiempo e intimidad, y por eso debemos aprender a hacer a un lado tantas distracciones. Debemos aprender a bajarle el volumen al ruido para escuchar su voz y encontrarnos con esos poemas que quiere regalarnos.
Hace unos años escribí una canción titulada «Enamorado de ti», la cual contiene el siguiente párrafo:
Quisiera haber sido un gran pintor, con mis manos mostrar tu gran creación. Pero soy tu hijo, que te ama, Señor, que escucha tu voz y tu tierna canción. También soy tu amigo, agradecido estoy de ser tu creación, tu gran inspiración. No seré un profeta, no seré un pastor, no seré el primero, tampoco un gran señor, no seré el cantante, no seré el pintor, solo un corazón enamorado… de ti.
A veces nos convencemos de que lo que Dios busca en nosotros es talento y logros. Eso es lo que normalmente se celebra en la sociedad de hoy, de modo que tenemos la opinión particular de que Dios es uno más en la búsqueda de lo mismo que todos quieren. Sin embargo, esto no es lo que nos enseña la Biblia. Dios te quiere a ti. Me quiere a mí. Nos quiere a ambos cerquita, muy cerquita de él. Y cuando uno entiende eso, se enamora de su gracia y misericordia. Te das cuenta que es increíble que solo te quiera a ti, sin que tengas que hacer nada al respecto ni requieras ningún mérito para lograrlo. Cuando entiendes eso, te enamoras y comienzas a ver poemas en todo tipo de situación.
El tiempo ha pasado, ya no es lo mismo que ayer, la oración la hemos cambiado por el juego, yo qué sé. El tiempo ha cambiado, ha pasado el interés de aquella palabra que escrita dejó él.
Los tiempos han cambiado, qué pasó con el ayer, el mensaje de la cruz, los milagros de poder.
Los tiempos han cambiado con referencia a la iglesia primitiva. Hoy es fácil llamarse cristiano, pero ser un verdadero discípulo de Cristo es otro cantar. No todos los que dicen ser cristianos lo son.
Pensando en esto escribí la canción «Es el tiempo de la cruz» cuando tenía veinte años. En esos días había sido impactado por varios mensajes que escuché, pero uno de ellos fue como un fuego que encendió mi vida. Nunca olvidaré aquella ocasión en que sentado en el piso en casa de uno de mis amigos, las lágrimas corrían por mi rostro mientras escuchaba hablar a aquel predicador. La disertación tenía como título «El discipulado radical, completo y verdadero», un poderoso mensaje que me retó a ser diferente, a conquistar y no ser conquistado, a actuar distinto a los demás y así poder considerarme en realidad un discípulo de Jesús.
En ese mismo tiempo escuchaba muchos sermones que tenían diferentes fines, todos ellos muy buenos y positivos, pero no se predicaba de la cruz, de la vida en Cristo, sino que el mensaje de moda era sobre la prosperidad. No quiero decir que la prosperidad sea mala, pero no es el todo de un cristiano. Creo que la prosperidad es algo que va en añadidura cuando vives y das tu vida por Jesús. Es como un negocio donde das algo, pero igual recibes. Cuando vives para Cristo y cada cosa que haces le da honor, Dios se encarga de tus negocios (salud, bienestar, prosperidad, familia, etc.). Por eso, al escuchar aquel llamado a ser un verdadero discípulo, me di cuenta de que lo que yo estaba buscando era la bendición y no al que bendice.
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