Implante

Políticos corruptos. ¿Hay alguien que no los odie? Entre los muchos que si lo heces, un vengador ha decidido tomarse la justicia por su mano. ¿Es así, o las muertes en serie son fruto de de simples coincidencias? Accidentes letales, aparentes suicidios, embolias y ataques de locura en público son algunos de los fenómenos que dejan escaños vacíos en el Senado y el Congreso de Estados Unidos. ¿Es casual también que todas las víctimas sean miembros de la Comisión Conjunta sobre Ética y Normas para el Ejercicio de la Medicina? Y siempre la misma pregunta: ¿Quién es Lisa?

Francis Paul Wilson (nacido el 17 de mayo de 1946 en Jersey City) es un escritor estadounidense de ciencia ficción y terror. Su primera novela fue Healer ("El curandero") (1976). Aparte de escribir libros, Wilson también es un médico de cabecera. Hizo sus primeras publicaciones en la década de 1970 en la revista Analog Science Fiction and Fact mientras todavía estudiaba medicina (se licenció en 1973), y continuó escribiendo relatos de ciencia ficción durante toda la década. En 1981 se inició en el género de terror con The Keep ("El torreón"), que se convirtió en un éxito de ventas internacional y siguió escribiendo relatos de terror durante los años siguientes. A comienzos de la década de 1990 pasó de la ciencia ficción y el terror a los relatos de suspense médico, simultaneando su carrera literaria con trabajos para Disney interactive y otras compañías multimedia. Junto a Matthew J. Costello creó y guionizó FTL Newsfeed un programa diario para el Sci-FI Channel entre 1992 y 1996.

Entre los personajes más conocidos creados por Wilson se encuentra el antihéroe Repairman Jack, un mercenario urbano que apareció en su novela The Tomb (1984). Sin embargo, su personajes no volvería a aparecer hasta su novela Legacies (1998). Desde entonces ha escrito varias novelas y relatos de géneros diversos, como relatos de vampiros Midnight Mass, ciencia ficción Sims e incluso suspense de la Nueva Era The Fifth Harmonic.

A lo largo de su obra -especialmente en sus primeras obras de ciencia ficción (especialmente en An Enemy of the State)- Wilson ha incluido entre sus temas la filosofía política libertaria que ha extendido a sus novelas de "Repairman Jack". Ganó el primer Premio Prometheus en 1979 por su novela Wheels Within Wheels y otro en el año 2004 por Sims. La Sociedad Futurista Libertaria también honró a Wilson incluyéndolo en su Salón de la Fama en 1990 por Healer y An Enemy of the State (1991).

Francis Paul Wilson también se considera un destacado fan de H. P. Lovecraft

Como la mayoría de los escritores estadounidenses de ciencia ficción Wilson ha sido influenciado directa o indirectamente por la perspectiva John W. Campbell del género como una literatura de ideas. En su obra Wilson utiliza y explora teorías y tecnologías especulativas a medida que se desarrollan. Un ejemplo destacado se encuentra en su novela An Enemy of the State (publicada en 1980), que escribió durante la década de 1970, una época de estanflación en el desarrollo de la economía de los Estados Unidos. Durante este período la inflación estadounidense alcanzó su nivel más elevado desde la Segunda Guerra Mundial, debido al dinero fiduciario de la Reserva Federal. En la novela de Wilson extiende esta situación económica a una conclusión que provoca una hiperinflación del dinero que termina desmoronando un imperio galáctico -y la única esperanza de la humanidad llega bajo la forma de una conspiración anarquista que completa la caída del imperio y reemplaza los bonos estatales sin valor con dinero honesto respaldado por valores reales. A lo largo del libro, Wilson sitúa en los encabezados de los capítulos citas de obras de economía como Fiat Money Inflation in France.

En 1983 se realizó la película The Keep, basada en su novela El torreón y desde varios años existen rumores sobre una película basada en las novelas de Repairman Jack.

Sus relatos cortos "Foet", "Traps" y "Lipidleggin" fueron adaptados como cortometrajes y recopilados en el DVD "OTHERS: The Tales of F. Paul Wilson."

Su relato corto Pelts fue adaptado como uno de los capítulos de la serie televisiva Masters of Horror.

Desde hace años Wilson reside en Wall Township, Nueva Jersey.

Para saber más: Wikipedia

Un destino horrible castiga a cuatro políticos norteamericanos.

¿Quién los odia?

¿Quién se ensaña con ellos?

La clave la tiene Lisa.

Pero ¿quién es Lisa?

El autor desea dejar constancia de que Hill rat, el excelente libro de John L. Jackley, es una de las principales fuentes de información sobre lo que pasa entre bastidores en el Capitolio.

También me gustaría dar las gracias a los funcionarios del Congreso que dedicaron tiempo a hablar conmigo y a enseñarme cómo se hacen —y no se hacen— las cosas en el Congreso. Respetando sus deseos, no citaré sus nombres. Vosotros sabéis quiénes sois. Gracias.

La Comisión Conjunta sobre Ética y Normas para el Ejercicio de la Medicina no existe, pero sí existen todos sus miembros. Sencillamente les he cambiado el nombre.

-L

a línea sigue sin variaciones —dijo alguien.

«Eso ya lo sé, maldita sea», pensó Gina Panzella con los ojos clavados en el monitor y sintiéndose impotente, deseando que el hilo de luz uniforme mostrara sístole, siquiera una sacudida muscular.

El hilo de luz no le hizo caso. Sólo una pequeña interferencia de sesenta ciclos alteró su marcha constante.

El agrio y desagradable olor de la muerte llenó el aire mientras las tres enfermeras que formaban el equipo Código Azul la observaban con expectación, esperando que reconociese lo que era obvio.

—Bueno —se dijo a sí misma—. Es mejor dejarlo.

Suspiró.

—Es inútil. No volverá a la vida.

Las enfermeras asintieron con la cabeza y empezaron a guardar sus cosas en el carrito. Gina retrocedió un paso y dirigió una última mirada al cuerpo pálido, hinchado, desnudo, sin vida del señor Nussbaum, de cincuenta y dos años. Yacía con las extremidades extendidas, de su boca laxa surgía un tubo acanalado de plástico, tenía en el pecho unas plaquitas de plástico de las que salían varios alambres, y tubos intravenosos clavados en ambos brazos y debajo de la clavícula derecha. Le habían practicado una colecistectomía laparoscópica el día antes y todo había ido muy bien. Pero esa noche o, mejor dicho, esa madrugada, ya que eran las tres y cinco, más o menos, se había producido un paro cardíaco y había sonado la alarma.

Ninguno de los cardiólogos de plantilla se encontraba en el hospital en aquel momento y ninguno hubiera podido llegar a tiempo, de manera que Gina, que estaba de guardia, se había encargado del asunto. Al llegar ella, el equipo ya había colocado la tabla debajo de la espalda del señor Nussbaum y empezado la reanimación cardiopulmonar. Gina le había entubado y luego, bajo su dirección, el equipo había trabajado en el enfermo durante cuarenta minutos. Habían aplicado al señor Nussbaum todo lo que podían aplicarle: inyecciones intracardíacas, repetidas desfibrilaciones, todo. Todo menos abrirle el pecho y estrujarle el corazón con las manos.