¿La moneda del futuro?
Bitcoin es un sistema de relaciones entre personas integradas a una red (pares) que mediante un software, también denominado Bitcoin, sustentan de común acuerdo la existencia de una nueva moneda, electrónica, la única no emitida por Banco Central alguno. A diferencia de otros, Bitcoin es un sistema monetario descentralizado, que no está regido por las políticas de organismos públicos o gubernamentales.
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El origen de Bitcoin
Como introducción es interesante dejar en claro que la emisión de esta moneda es el fruto de los esfuerzos que algunas computadoras conectadas a la red realizan para resolver complejísimos algoritmos y finalmente “encontrar” bitcoins. No todas las computadoras lo logran, desde luego. Sólo quienes disponen de los procesadores más potentes llegan a extraer estos bienes de la mina virtual y los introducen al sistema. El descubrimiento de una nueva bitcoin es reconocido inmediatamente por el sistema, y se inscribe agregando los datos al final de una extensa cadena de bloques informáticos. Veremos más adelante que esta sucesión de hechos estará limitada a un monto ya establecido en el diseño original del sistema, por lo tanto, llegará un momento en que las posibilidades de obtener una nueva bitcoin serán tendientes a cero.
El resto de los individuos u organizaciones tiene la oportunidad de obtener bitcoins adquiriéndolas o cambiándolas por bienes o servicios.
Es interesante destacar que la creación del protocolo Bitoin se atribuye a Satoshi Nakamoto, en 2009 (el 3 de enero de ese año el primer bloque fue minado). Si bien giran retratos del mítico Nakamoto en Internet, no se sabe efectivamente quién es, o incluso si realmente existe, muchos afirman que se trata de un grupo de personas y no de un individuo en particular.
Es razonable pensar que toda creación surge para resolver un problema o cubrir una falta. De manera que buscar falencias en el presente del sistema monetario y financiero mundial puede aportar señales para entender el fenómeno y permitirnos anticipar cuál será su lugar en el futuro.
Esto es fundamental en este mismo minuto, puesto que es el momento en el que cualquier persona puede tomar la decisión de incorporar este activo a su cartera de valores.
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Similitudes con el dinero
El dinero es un concepto, pero hasta hace poco tiempo estuvo necesariamente asociado a objetos. Esos objetos son conocidos por todos nosotros como billetes y monedas. Lo curioso es que no siempre fue así. Cuando las sociedades lograron desarrollar herramientas y se establecieron en civilizaciones sedentarias, se dio lugar a un fenómeno no concebido hasta entonces, que es el llamado “excedente de producción”. La especialización en una actividad con valor agregado —a diferencia de la recolección o la caza, por ejemplo— brindó una habilidad orientada a determinadas labores por parte de los individuos, generando una distribución social de las tareas. Ya no eran todos los hombres jóvenes y fuertes de la aldea quienes salían a matar animales para provecho de las familias, sino clanes que empezaron a dedicarse cada vez más intensivamente a una actividad en particular.
Dependiendo de condiciones climáticas, geográficas y culturales, las familias o los pueblos forjaron su lugar en la compleja matriz del intercambio.
La colocación de los excedentes de producción de los bienes propios, con el fin de obtener otros dio origen al trueque, mecanismo de intercambio entre individuos que se basaba en el trato personal y que tenía una creciente dificultad a la hora de establecer el valor de los objetos. Éste variaba según la necesidad, oportunidad, estacionalidad, clima, etc.
Además del problema del valor, los bienes –perecederos en muchos casos– no servían en general como medio de atesoramiento de ese excedente.
La evolución de este esquema comenzó a tejer una red en la cual un individuo podía entregar su excedente a cambio de bienes que no necesitara o deseara, pero que suponía podría cambiar posteriormente por un tercer bien que sí le hiciera falta. En niveles posteriores de desarrollo, el movimiento físico de mercancías fue un problema que dio paso a la creación de un instrumento ligero que funcionara en representación de los bienes. Así nació, hace unos 2500 años, este objeto liviano, pequeño, perdurable en el tiempo, con valor y legitimidad reconocida por todos; de validez sustentable al arbitrio de terceros y representativo como valor de referencia.
Las primeras monedas se acuñaron en las regiones de más intenso tráfico de mercancías entre Europa y Oriente, que contaban además con una importante actividad de extracción de oro y plata. Precisamente una mezcla entre esos dos metales (denominada electro) es el material con el que se acuñaron las monedas más antiguas, halladas en la actual Turquía y la región comprendida entre los mares Negro y Mediterráneo.
Más tarde, el oro se estableció como el material aceptado para la emisión de monedas y fueron los estados quienes las acuñaron certificando la presencia de determinada cantidad de aquel metal en cada pieza. Es decir, el nacimiento del dinero cumple un papel dentro del orden práctico del comercio. Aún así, llegó el momento en que la emisión de piezas realizadas en oro y plata, que cargaran consigo el valor que tenían, se tornó ineficiente, dando origen al papel moneda. El papel era más fácil de transportar que las monedas, pero aún representaba en los mercados cierta cantidad en oro que podía ser reclamada por el portador del billete o letra ante la entidad emisora (Estado).
Ya en el siglo XX todos los países tenían su emisión de moneda soberana, con una convención de referencia en el oro, esto se denominó Patrón Oro y rigió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El nuevo orden económico y financiero global dio por terminada aquella modalidad y se decidió que todas las monedas debían establecer una paridad con respecto al dólar estadounidense, y sólo éste último ser liquidable en oro.
Una crisis posterior relacionada con la del petróleo, en 1973, puso en duda la validez del dólar que había sufrido políticas monetarias expansivas, y el gobierno de los Estados Unidos puso fin al Patrón Oro. En la actualidad, el respaldo de la moneda está dado por las reservas en dólares atesoradas gracias a la salud de la economía de cada nación.
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Las crisis y las monedas
El liderazgo del dólar norteamericano como moneda internacional de referencia ha sufrido el impacto de diferentes crisis financieras. Recordemos que durante 2008, las economías más firmes de occidente fueron sacudidas por el abrupto fin de lo que luego se llamó “burbuja financiera”. Se trató de un proceso que comenzó con el otorgamiento masivo de créditos hipotecarios con muy bajos requisitos, en el contexto de la economía expansiva de la segunda mitad de los años 90. Estas deudas tomadas por bancos comenzaron a transferirse a fondos de inversión que a su vez las colocaron en portafolios de pequeños inversores que desconocían el alto riesgo de aquellas atractivas colocaciones. Una suba de las tasas de interés ocasionó un alto índice de morosidad en el pago de las cuotas de los créditos originales de quienes habían comprado su vivienda, los bonos perdieron rápidamente su valor y el resto es historia conocida.