Javier Villán - Francisco Umbral: La escritura absoluta

Amancebarse. Convivir hombre y mujer, a todos los efectos, como si estuvieran casados. Expresa dependencia económica y, en ocasiones, cierta inferioridad social de la mujer respecto del hombre. — «La prima Marta acabó ABARRAGANÁNDOSE con el director de la oficina donde trabajaba».

Tendero que vende abarrotes: comestibles y otros productos de consumo. — «Pujol se diría que viene más bien de los ABARROTEROS de la Barceloneta».

Hermosa modelo, duquesa de Feria por su matrimonio con el duque del mismo título en prisión luego, por corruptor de menores y fotógrafo de niñas desnudas. Famosa por sí misma y por los hombres con los que compartió su vida, singularmente Ramón Mendoza. Y más famosa aún desde que sus expansiones sentimentales por teléfono fueron grabadas por el CESID en una indiscriminada operación de espionaje y control de la vida de los ciudadanos. Nati Abascal, la rabadilla sagrada de la jet-set. — «Ramón Mendoza ha navegado con muchas mujeres, pero ninguna, para mi gusto, como NATI ABASCAL».

Periódico fundado por Torcuato Luca de Tena como prolongación de un semanario, Blanco y Negro, que fue su matriz. Aunque se sumó activamente, y con protagonismo propio, al Alzamiento Nacional, siempre mantuvo un aristocrático desdén por la Falange. El periódico más asolerado de la prensa española; conservador y liberal a un tiempo, sobre todo, en los temas culturales nunca sujetos a prismas ideológicos, en especial bajo la batuta de Luis María Anson. Su apoyo a la causa de don Juan de Borbón le granjeó leves recelos y suspicacias del general Franco. — «Este puñado de vascos que quiere volar el ABC no puede entender lo que este periódico significa para cualquier globalización de la democracia, por haber sido durante un siglo el moderantismo liberal propicio a entenderlo todo, el monarquismo irónico frente a Franco (…) Tiene algo de la Nueva Gaceta Renana, donde escribía Carlos Marx, como hoy escribe en ABC, Marcelino Camacho o yo mismo».

Murmullo, rumor emitido por las abejas. — «Se pasaba el día recitando versos en voz baja, casi un ABEJEO dulce y musical, íntimo».

Nombre despectivo que se aplica al médico que practica abortos. — «El ABORTERO era un médico del barrio de Salamanca, de quien Licaria traía la dirección…». «El ABORTERO envolvía su humanidad traidora y castrense en una bata pulquérrima».

Adornar con bultos y ahuecamientos. — «Rimbaud, no sé si triste por dentro, enrollando figuras, ABULLONANDO almohadones triangulares».

Irse de un lugar, desaparecer. — «Da igual que a Roldán le hayan mandado ABRIRSE o se haya ABIERTO solo».

Puede significar, tanto agobio y mala conciencia o pesadumbre, como confusión de ideas. — «Los nacionales tienen mucho papel para hacer sus ABRUMACIONES literarias». «El dictador ha bajado la cabeza con ABRUMACIÓN».

A la significación tradicional de abandono y ausencia laboral por parte del obrero, Umbral añade el absentismo del patrón que no cumple sus deberes empresariales o produce la quiebra del negocio. — «Frente al ABSENTISMO de los obreros habría que considerar el ABSENTISMO de los patronos (…) o el ABSENTISMO indefinido del director gerente que mete la pasta en la cartera-estuche y se pierde…».

Licencia definitiva. — «Al gran Wyoming le han mandado a casa con LA ABSOLUTA».

Exuberante de cuerpo y generoso en el trato y los afectos. — «Mansilla de las Mulas es un pueblo que da muy buenas y ABUNDOSAS y trabajadoras putas».

Lugar donde el idioma desfallece y muere. Lugar sagrado y restricto donde no entró Valle-Inclán, ni Rafael Alberti, ni Ramón Gómez de la Serna. Ni Francisco Umbral. Carece, por lo tanto, no sólo de autoridad, sino de interés. Sitio donde se pierde el tiempo, según el académico Delibes; y cuyos muros fueron usados como mingitorio por Rafael Alberti y otros iconoclastas del 27. — «Los proyectos (de Lázaro Carreter) eran la ACADEMIA, pero Dámaso se murió, Lázaro se entibió y a mí la ACADEMIA siempre me la ha sudado mucho, porque es mejor la “Academia” de fuera, de los que no están porque no han querido estar».

Sinónimo de ovejuno; designa a las personas con instinto de rebaño, y da al carnero el mismo significado manso y gregario de la oveja. — «No sirve, pues, hablar de pueblo ACARNERADO ante el caos de la vida pública. Lo que hay ahí, es indiferencia».

Lugar imaginario en el que se sitúa a las personas de tendencia homosexual; metaforización de una realidad afectiva y sexual durante mucho tiempo vilipendiada. — «Paco Clavel, que ocurrente sí que es, pero me parece a mí que le veo un poco de la ACERA DE ENFRENTE».

Ladrón. — «Conde y González son dos ACHANGUEROS».

Adelgazarse la voz con leve tono de silbido modulado y de intención suasoria. — «¿Te gusta el texto, Nicolás? SE ACHIFLA la voz del Generalísimo».

Poner ligeramente ácida una cosa. — «Felipe se ha ido ACIDULANDO».

Acobardamiento. — «Pero el caso explica, sobre todo, el ACOJONE nacional». Acojonar, usado también como pronominal, significa acobardar, asustar; compuesto de cojones, parte del cuerpo en la que el lenguaje machista sitúa la virilidad y el valor, y una a privativa. Privar de cojones, o sea de valor. — «Y eso, parece que no, pero ACOJONA».

Asustar, acobardar. Variante más clásica de acojonar. — «Pretende (F. González) ACOLLONAR un poco con su sola figura en la que tanto confía».

Purificarse, pasar por el crisol que es un vaso en el que se funden, a altas temperaturas, los metales. — «Cien años para ACRISOLARSE y sólo diez días para putrefaccionarse y doblar».

Ponerse en cuclillas, sentado sobre los propios talones. La singularidad consiste en usarlo con carácter transitivo. — «Otros fumando o tirando de bota, alguno ACUCLILLADO por el miedo».

Protegerse de algo o de alguien arrimando el culo a una pared, un rincón, o a algo que da seguridad. — «El señor Rubio SE ACULA mucho en los silencios».

Nombre que se da entre los niños al que acusa y delata a los compañeros. — «A lo mejor es que Miralles es pícaro de teléfono y le dice pecados a su novia y eso distrae a los ACUSICAS».

Espacio de tiempo durante el que Adolfo Suárez fue presidente del Gobierno español, designado primero por el Rey y elegido después, democráticamente, en las elecciones de 1977. El adolfato es un período que va de 1976 a 1982; y es lo que se conoce como primera etapa de la transición. Se caracteriza por un juego de equilibrios entre las distintas fuerzas políticas; un neocapitalismo incipiente frente al paleocapitalismo del viejo régimen, una liberación de las costumbres morales y económicas y un olvido voluntario de la memoria histórica. La voz ADOLFATO se forma por mimetismo de los vocablos históricos, BAJALATO (gobierno y territorios de un bajá); CALIFATO (gobierno y territorios de un califa). — «