Pilar Sordo es psicóloga e investigadora. A lo largo de su carrera se ha adentrado en temas como la psicología femenina y la infertilidad, trastornos de la alimentación, menopausia, sexualidad adolescente y adulta, familia y género. Ha publicado libros de divulgación que han representado verdaderos éxitos de venta en América Latina, tanto entre adultos como adolescentes. Además creó y dirige la Fundación Cáncer Vida para pacientes con cáncer de pulmón y páncreas en Chile, su país natal. Es conferencista, y participa en diversos programas de radio y televisión en aquel país. Fue elegida como una de las cien mujeres líderes en Chile en 2006, 2007, 2010 y 2013. Ha recibido reconocimientos en diferentes ciudades de América, como el otorgamiento de las llaves de la ciudad de Miami en 2015.
Diseño de portada: Estudio Sagahón / Leonel Sagahón
Fotografía de la autora: © Marisa Bonzon
BIENVENIDO DOLOR
© 2012, 2015, Pilar Sordo
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Primera edición en libro electrónico: octubre, 2015
eISBN: 978-607-735-748-3
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Introducción
Muchas veces me preguntan si para escribir un libro me tengo que encerrar o hacer algo especial. La verdad es que un libro se escribe más con disciplina que con inspiración y tengo que reconocer que éste, particularmente, me ha costado mucho empezarlo. Cuando trato de averiguar por qué, surgen muchas posibles respuestas: la primera es que trata sobre un tema complejo... hablar del dolor nunca ha sido fácil.
La segunda es que las investigaciones que respaldan este libro son difíciles de traducir en términos sencillos, y como ése ha sido mi objetivo primordial en cada uno de mis libros, los resultados han pasado mucho tiempo en mi cabeza intentando ser simplificados.
Un tercer aspecto, no menos importante, es que en un año nada fácil ni para mí ni para mi país, he tenido que enfrentar situaciones permanentemente que me han impedido lograr esa disciplina necesaria para encerrarme a escribir este libro.
Humorísticamente, le he comentado a mucha gente cercana que traducir estas investigaciones a términos más simples me ha producido “una constipación literaria”, la cual no me ha permitido escribir de manera fluida y ha hecho salir de forma atorada algunas de las ideas que van a ver expresadas en Bienvenido dolor.
Espero haber tomado “el laxante” adecuado para que toda la información salga en la manera en que ustedes se lo merecen.
Siempre he pensado que mis libros no deben necesariamente encasillarse en el concepto de autoayuda, porque son el resultado de investigaciones y no necesariamente de un acto de iluminación personal, que evidentemente no creo tener. Sin embargo, no puedo dejar de observar ni de opinar acerca de la gente que ha manoseado y denostado el concepto de autoayuda; son personas que se ubican en un lugar, a mi juicio, de mucha soberbia, ya que creo profundamente que todos, sin excepción, necesitamos ser ayudados en la vida, y si un libro (por malo que sea) contiene una sola línea que a un ser humano cualquiera le sirva para darse cuenta de algo que antes no había visto, sin duda alguna que ese libro tiene sentido y valió la pena el tremendo esfuerzo que su autor realizó para escribirlo.
Bienvenido dolor suena o parece un nombre extraño, paradójico, contradictorio; para muchos incluso puede resultar agresivo, sobre todo en el marco de una estructura social que hemos construido todos, que genera la ilusión, ficticia, por supuesto, de haberle ganado al dolor. Ejemplo de eso son los avances en medicina, que nos intentan mostrar que cada día y con mayor frecuencia van apareciendo las tratamientos y medicamentos para que, aparentemente, no nos duela nada. Desde el punto de vista emocional, los seres humanos también hemos ido diseñando conductas, rituales, “escapes” que nos hacen sentir que el dolor se puede ignorar y que de una u otra forma lo podemos evadir.
¿Por qué entonces escribir un libro que se titule Bienvenido dolor? En una ocasión, un ciudadano argentino me dijo que yo estaba usando este título porque no conocía el dolor, de lo contrario, jamás lo hubiera llamado así. Claramente no estaba en lo cierto.
La gran mayoría de ustedes me conoce, pero para los que no, les tengo que informar que mi vida, como la de muchos, no ha sido nada fácil y por lo mismo es que decidí investigar y reflexionar acerca de los beneficios que tiene mirar el dolor, tocarlo y recibirlo como una “encomienda” que llega sin que la solicitemos, pero que, si estamos dispuestos a abrirla, seguramente encontraremos dentro de ella cientos de regalos y oportunidades para poder ser mejores personas.
Bienvenido dolor es una invitación a transitar por un camino que nos hace enfrentarnos simultáneamente a lo más frágil y más fuerte que tenemos, a nuestras debilidades y fortalezas, a nuestras voluntades y miserias, a entender que la llegada del dolor es inevitable, pero que la elección del sufrimiento depende enteramente de nosotros. Pero no se engañen... este libro es una invitación alegre, que nos ayudará a entender aspectos de nuestro funcionamiento personal y social. Con mucho humor y emoción, pretendo desenredar y transmitirles toda la información de la que mi pequeñez es capaz para que quizás en estas líneas encuentren alguna luz, alguna reflexión o algún ejemplo que les permita acercarse a sus miedos, a sus fragilidades, a lo más hermoso y a lo más oscuro que tenemos.
Quiero que me acompañen a caminar por este sendero, que se llama Bienvenido dolor y que nos hará transitar por estaciones o capítulos que tratan sobre la felicidad, las emociones, el cáncer, la muerte y otras formas de partir, para terminar en la última estación, en la cual espero que hayamos conseguido disminuir algún miedo, alguna resistencia, alguna defensa, para que juntos seamos todos capaces de decir con fuerza, con ganas y, aunque parezca extraño, con alegría: “¡Bienvenido, dolor!”.
Capítulo 1
La felicidad: un valor anhelado
Durante estos últimos años, en distintos países de Centroamérica, me solicitaron que dictara conferencias cuyo tópico fuera la calidad de vida; particularmente desde México hacia el sur me pedían estudios que permitieran revisar o analizar cuáles eran las condiciones que se requerían para tener contacto con el concepto de felicidad. El último país en el que realicé este estudio fue Chile y cuando me preguntan por qué partí al revés siendo chilena, la verdad es que tengo que reconocer que la felicidad es un tema que no hace mucho tiempo nos empezó a preocupar a los latinoamericanos del Cono Sur, aunque ha sido un asunto relevante hace ya bastante rato tanto en los países centroamericanos como en el resto del mundo hispánico.
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