• Quejarse

Mark Billingham - En la oscuridad

Aquí puedes leer online Mark Billingham - En la oscuridad texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

No cover

En la oscuridad: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "En la oscuridad" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Durante una noche de lluvia, Theo Shirley, un chico de diecisiete años, dispara al coche de una mujer cumpliendo así con la ceremonia de iniciación para formar parte de una banda. Ella no muere, pero su coche se estrella contra una parada de autobuses, matando a un policía. La novia de éste, también policía, no acepta que su muerte haya sido un accidente. En su deseo por descubrir la verdad, llevará a cabo su propia investigación e irá descubriendo oscuros secretos que nos conducirán a un sorprendente giro final de la historia.

Mark Billingham: otros libros del autor


¿Quién escribió En la oscuridad? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

En la oscuridad — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" En la oscuridad " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Mark Billingham En la oscuridad 1 de agosto La noche es seca pero la - photo 1

Mark Billingham

En la oscuridad

1 de agosto

La noche es seca, pero la carretera todavía está grasienta por el chaparrón de hace unas horas, resbaladiza al ser engullida bajo los faros, y no hay demasiado tráfico sobre los socavones de la que probablemente es una de las grandes arterias peor cuidadas de la ciudad.

Es por la mañana, por supuesto, en sentido estricto, primera hora. Pero para las escasas almas que se dirigen a sus hogares, luchan por llegar al trabajo en la oscuridad o se dedican ya a sus asuntos de uno u otro tipo, se parece mucho a la noche, altas horas de la condenada.

Noche cerrada.

Es una noche cálida, bochornosa. La segunda de lo que se presenta como un agosto bastante decente. Pero esa no es la razón por la que el copiloto del Cavalier azul inclina la cabeza hacia la ventanilla abierta y suda como un cerdo.

– Pareces un sobaniños en un castillo hinchable -dice el conductor-, joder, tío, ¿tú te has visto?

– ¿Este chisme no tiene aire acondicionado?

– Nadie más está sudando tanto.

Los tres hombres que van en el asiento trasero se ríen, se apretujan unos contra otros y se asoman entre los dos asientos delanteros para ver el tráfico que viene de frente. Encienden unos cigarrillos, y el conductor estira una mano para pedir uno. Lo encienden y se lo pasan.

El conductor da una profunda calada, luego observa el cigarrillo.

– ¿Por qué fumas esta mierda, tío?

– Un amigo me dio unos cartones. Me debía un favor.

– ¿Por qué no me pasas unos cuantos?

– Lo estaba pensando, tú fumas esa mierda fuerte. Marlboro, o lo que sea.

– Ya… Lo estabas pensando. -Da un volantazo, esquivando rápidamente una bolsa de basura que ha volado hasta el medio de la calzada-. Mira esa mierda ahí tirada, tío. Esta gente vive como cerdos.

Las tiendas y restaurantes cerrados se deslizan junto a la ventanilla del copiloto; establecimientos turcos o griegos, colmados asiáticos, clubs, una oficina de taxis de una sola habitación con una luz amarilla. Todas las persianas y puertas de seguridad están firmadas: letras rojas, blancas y negras que caen por el metal, indescifrables.

Territorios marcados.

– ¿No tenemos música? -Uno de los hombres que va atrás empieza a tamborilear un ritmo en la parte de atrás del reposacabezas.

– No vale la pena, tío. -El conductor se inclina, señala despectivamente los mandos de la radio con una mano-. El equipo de este cacharro va como el culo.

– ¿Y la radio?

El conductor chasquea la lengua con un ruido como el de algo pequeño al caer aceite caliente.

– A estas horas no hay más que tíos diciendo chorradas -dice-. La mierda esa del chill-out y viejos éxitos. -Estira el brazo y coloca la mano en la nuca del copiloto-. Además, tenemos que dejar que el chaval se concentre, ¿me entiendes?

Desde atrás alguien dice:

– Tiene que concentrarse en no mearse en los pantalones. Yo diría que está nervioso. Nervioso como un flan.

– Cosa fina…

El copiloto no dice nada, simplemente se gira y los mira, haciendo saber a los tres de atrás que ya tendrán tiempo de hablar luego, cuando hayan terminado. Vuelve a darse la vuelta y mira hacia delante, sintiendo el peso sobre el asiento entre las piernas, la sensación pegajosa que le pega la camiseta al final de la espalda.

El conductor acelera hasta pegarse a un bus nocturno, luego gira bruscamente hacia la derecha, canturreando algo para sí mientras se salta el semáforo justo cuando pasa de ámbar a rojo.

Ha tomado la A10 en Stamford Hill, dejando atrás las casas más grandes, los Volvos aparcados en la calle y los pulcros jardincitos, y ha puesto rumbo al sur con su BMW.

Se lo toma con calma por Stoke Newington, sabe que hay cámaras listas para hacer una foto a cualquiera lo bastante tonto como para saltarse un semáforo. Controla la velocidad. No hay mucho tráfico, pero siempre hay algún urbano quemado por el trabajo dispuesto a fastidiarle la noche a algún pobre capullo.

Lo último que ella necesita.

Unos minutos más tarde, se adentra lentamente en Hackney. Puede que el sitio no parezca tan malo por la noche, pero ella no se deja engañar. Aunque, por lo menos, los embaucadores de la inmobiliaria local tienen que currárselo para ganarse sus comisiones.

Oh, sí, es una zona bastante emergente. Es cierto que tiene mala prensa, pero hay que ver más alláde todo eso. Aquíse respira una verdadera sensación de comunidad y, por supuesto, todos esos prejuicios implican que los precios de las viviendas son muy competitivos…

O sea, lo pronuncies como lo pronuncies, De Beauvoir Town suena bien, ¿no? Limítate a hablar de Hackney Downs y Regent's Canal y no te preocupes por minucias como las puñaladas, la esperanza de vida y cosas así. Hasta hay alguna que otra zona verde, por amor de Dios, y uno o dos adosados Victorianos.

Si plantas unos cuantos…¿cómo se llaman?… cipreses al fondo del jardín, ni siquiera llegas a ver la urbanización Los pobres capullos bien pueden tener dianas pintadas en sus puertas principales.

Cruza Ball's Pond Road sin tener que reducir; a un lado, Kingsland, al otro, Dalston esparciéndose como una mancha hacia el este.

Ya no falta mucho.

Tiene las manos pegajosas, así que saca un brazo por la ventanilla, separa los dedos y deja que el aire nocturno pase entre ellos. Cree poder notar lluvia en el aire, apenas una gota o dos. Deja el brazo donde está.

El BMW suena bien: apenas un zumbido grave y un susurro bajo las ruedas. Siente el cuero del asiento del copiloto suave y limpio bajo la mano al tocarlo. Siempre le ha encantado este coche, se sintió cómoda en él desde el momento en que puso los pies dentro.

A alguna gente le pasa eso con las casas. Diga lo que diga el vendedor, a veces todo se reduce a esa sensación o lo que sea al entrar en ellas. Lo mismo le pasó con el coche, lo sintió suyo.

Ve el Cavalier viniendo hacia ella mientras reduce para detenerse en el semáforo. Va mucho más rápido que ella y frena en seco, rebasando las líneas blancas del cruce.

Va sin luces.

Busca a tientas la palanca de detrás del volante y le da dos veces; da luces al Cavalier con los faros de alta gama del BMW. Mejores que las luces de aterrizaje de un 747, recuerda que le dijo el vendedor. Los vendedores de coches dicen aún más gilipolleces que los de las inmobiliarias.

El conductor del Cavalier no hace gesto alguno, simplemente se limita a mirarla.

Luego enciende las luces.

Ella atraviesa el cruce con el BMW y se aleja. Las primeras gotas de lluvia manchan el parabrisas. Comprueba el retrovisor y ve cómo el Cavalier hace un rápido giro de 180° a unos cien metros por detrás de ella, oye el estruendo de un claxon cuando se mete en el carril opuesto y adelanta a un taxi negro, avanzando rápidamente por el carril bus hacia ella.

Siente que algo le da un salto en el estómago.

– ¿Por qué esa? -pregunta el hombre del asiento del copiloto.

El conductor mete quinta y se encoge de hombros.

– ¿Por qué no?

Los tres del asiento de atrás se inclinan ahora más hacia delante, excitados por la acción, pero sus voces suenan como si tal cosa:

– La muy imbécil se ha seleccionado a sí misma.

– Si te metes con la gente, te buscas problemas, es lo que hay.

– Sólo intentaba ayudar.

– Así es como lo hacemos -dice el conductor.

Nota el asiento del copiloto caliente bajo él al girarse, como si todo le pareciese bien. Como si respirase con facilidad y no sintiese que la vejiga le va a explotar.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «En la oscuridad»

Mira libros similares a En la oscuridad. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


No cover
No cover
Lisa Jackson
No cover
No cover
Torsten Pettersson
No cover
No cover
Jo Nesbø
No cover
No cover
Åsa Schwarz
No cover
No cover
Karen Rose
No cover
No cover
Dorothy Sayers
No cover
No cover
John Connolly
No cover
No cover
Peter James
Reseñas sobre «En la oscuridad»

Discusión, reseñas del libro En la oscuridad y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.