W. W. RAND
Diccionario
de la
SANTA
BIBLIA
© 2006 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
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completamente a Thomas Nelson, Inc.
Grupo Nelson es una marca de Thomas Nelson, Inc.
www.gruponelson.com
Publicado originalmente por Editorial Caribe, Inc.
© 1978 por Editorial Caribe, Inc.
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Nashville, TN 37217-1000
Estados Unidos de América
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Tipografía: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-0-89922-726-9
Impreso en Estados Unidos de América
3a Impresión, 9/2007
Contents
E l avance extraordinario del evangelio en los últimos años en el Continente Americano ha promovido un interés creciente en el conocimiento de la Biblia y en su estudio, de tal suerte que el clamor por obras alusivas excede en vastas proporciones la existencia de tales. Uno de los libros de mayor utilidad e imprescindible auxilio para el estudiante de la Biblia es el Diccionario bíblico por W. W. Rand.
Atendiendo la urgente demanda del público evangélico por esta obra, Editorial Caribe se complace en ofrecer una nueva impresión del diccionario, antes editado por la Sociedad Americana de Tratados, cuyas nobles tradiciones de empeño en el desarrollo de una literatura evangélica Editorial Caribe se ha propuesto perpetuar.
Existen, además, varios tomos que se suman al total de una colección bastante amplia ya, impresos en español, y disponibles de Grupo Nelson. Entre estos figuran la Nueva Concordancia Strong Exhaustiva de la Biblia, el Diccionario Expositivo Vine de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamentos Exhaustivo, el Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, el Diccionario de Teología Bíblica de Elwell y muchas más obras disponibles en formato electrónico en los programas BECA, Biblioteca Electrónica Caribe e iLumina, la primera Biblia y enciclopedia digitalmente animada del mundo.
Al darlo a la estampa, lo hacemos recomendándole con instancia al que lo lea, que solo se sirva de él para ayudarse en el estudio de la Biblia misma, consultando todos los pasajes a que se haga referencia, y examinándolos, con el esencial propósito de explorar a fondo las Escrituras para descubrir a aquel de quien principalmente dan ellas testimonio, aquel que es único como “el camino, la verdad y la vida”.
E n esta obra se ha adoptado la cronología de Ussher, generalmente aceptada. Si bien es cierto que hay incertidumbre no pequeña en cuanto a algunas épocas antiguas, también lo es que las especulaciones científicas que pretenden aumentar en muchos miles de años las edades primitivas de la humanidad sobre la tierra, no han sido de ningún modo confirmadas por las investigaciones ulteriores.
El significado de los nombres bíblicos de personas y lugares se ha impreso en letra bastardilla siempre que ha podido precisarse; pero debe advertirse que en muchos casos se ha conjeturado de una derivación algo incierta.
Como la letra ch que en el castellano antiguo iba seguida de r o de a, o, u, se ha sustituido en el moderno por c, y por qu cuando precede a las vocales e, i, se ha seguido las más veces en la traducción española esta innovación que tiende a hacer más lógica y concisa la Escritura. Búsquense por consiguiente, en el lugar que les corresponda en la letra C, las palabras que en la Biblia comienzan con chr, o cha, che, chi, cho, chu, o con k, que no se hallen en su lugar respectivo. Igualmente se ha sustituido la k por la c o la qu en sus casos, excepto cuando la etimología de una palabra exige la conservación de aquella letra. En las demás letras y en la acentuación, a la vez que el traductor ha seguido hasta donde es posible la ortografía que en la escritura de nombres propios adoptó la versión española de Cipriano Valera, impresa en Madrid en l880, no ha descuidado por eso de conformarse a las últimas prescripciones dadas a ese respecto por la academia española.
Al hacerse referencia a algún pasaje bíblico, se menciona primero el libro con la abreviación acostumbrada, después el capítulo, seguido de un punto (.); los versículos se separan uno de otro por medio de una coma (,), y de otra referencia, con un punto y coma (;). Con un guión (-) se indica que se hace referencia a todos los versículos comprendidos entre los marcados en los extremos del guión.
SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS ÁRABES QUE OCURREN CON FRECUENCIA EN EL DICCIONARIO
Abu, padre.
Ain, fuente.
Bab, puerta.
Bahr, mar.
Beit, casa.
Benat, hijas.
Beni, hijos.
Bir, pozo.
Deir, convento.
Ghor, un valle largo.
Humman, baño.
Jebel, montaña.
Jisr, puente.
Kefr, ciudad.
Khan, posada.
Kh, o Khurbet, ruinas.
Kubbet, cúpala.
Kulah, castillo.
Kuryet, población.
Merj, prado.
Nahr, río.
Neby, profeta.
Ras, cabeza.
Tell, mole o cerro.
Túr, montaña.
Um, madre.
Wady, cañada.
Wely, santo.
El artículo definido arábigo el cambia a menudo su consonante final según la palabra a que se adhiere, como ed-Deir, el castillo; er-Ram, Ramah; esh-Sheikh, el anciano.
A
A, la primera letra en casi todos los alfabetos. En hebreo se llama aleph: en griego, alpha, siendo omega la última en el alfabeto de este idioma tanto los hebreos como los griegos usaban sus respectivas letras como números; y de aquí es que A (aleph o alpha), denotaba uno o primero. Por eso nuestro Señor dice: “Yo soy el Alpha y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último;” declarando así su eternidad, y que es la causa y el fin de todas las cosas, y que lo que ha sido y ha hecho es una prenda, de lo que siempre será y hará. Ap. 1.8, 11; 21.6; 22.13. Compárese Is. 44.6; 48.12; Col. 1.15–18.
AARÓN, maestro o excelso, hijo de Amram y Jocabed, ambos de la tribu de Leví, y hermano de Moisés y de María, Éx. 6.20. Nació por el año 2430 A. M. o sea 1574 A.C. era menor que María y tres años mayor que Moisés, Éx. 7.7; y fue el que hablaba por este, y le auxilió en sacar de Egipto al pueblo de Israel, Éx. 4.16,30; 7.19. Su esposa era Elisabet, hija de Aminadab; y sus hijos fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, Éx. 6.23. Tenía 83 años de edad cuando Dios le mandó que se uniese a Moisés en el desierto que se halla cerca de Horeb. Prestándole su cooperación a su hermano en la salida de Egipto, Éx. 4.16, le tuvo levantada una de sus manos durante la batalla dada a los amalecitas, Éx. 17.9; y se acercó con él al Monte Sinaí para ver la gloria de Dios, Éx. 24.1, 2, 9–11, aunque solo Moisés subió hasta la cima.
La principal distinción de Aarón consistió en la elección que de él y de su descendencia masculina se hizo para el sacerdocio. Fue consagrado como primer sumo sacerdote, por disposición de Dios, Éx. 28, 29; Lv. 8; Sal. 106.16; y fue después confirmado en su cargo por la destrucción de Coré y sus secuaces, por la cesación de la plaga, debido a su intercesión, y por el hecho de haber echado flor su vara, Nm. 16, 17. Fue fiel y abnegado en el desempeño de las obligaciones anexas a su cargo, y humildemente “calló” cuando fueron muertos sus hijos Nadab y Abiú, Lv. 10.1–3. Con todo, incurrió, algunas veces, en pecados graves: hizo el becerro de oro en el Sinaí, como imagen de Jehová, para que el pueblo lo adorase, Éx. 32; se unió a María en sedición contra Moisés, pretendiendo el uno como sumo sacerdote y la otra como profetisa, asumir una autoridad igual a la suya, Nm. 12; y como Moisés desobedeció a Dios en Cades, Nm. 20.8–12. Dios, por eso, no le permitió que entrara a la tierra prometida, sino que murió en el Monte Hor, en Edom, cerca de Moserá, Dt. 10.6, en el cuadragésimo año después de la salida de Egipto, y de cerca de 123 años de edad, siendo sepultado por Moisés y Eleazar, que fue quien le sucedió como sumo sacerdote, Nm. 20.22–29; 33.39. Los árabes pretenden mostrar su sepulcro en el monte que lleva su nombre todavía, y lo tienen en gran veneración. En su cargo de sumo sacerdote Aarón fue un eminente tipo de Cristo: por haber sido “llamado por Dios” y ungido; por haber ofrecido sacrificios; por haber llevado el nombre de las tribus en el pecho; por haber comunicado la voluntad de Dios por el Urim y Tumim; por haber entrado en el santuario o Lugar Santísimo en el día de expiación, “no sin sangre,” y por haber intercedido por el pueblo de Dios y bendecido, He. 6.20.
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