Edurne Uriarte, catedrática de Ciencia Política, da la vuelta al concepto de «caverna» utilizado habitualmente por la izquierda para mostrar las cavernas ideológicas de la propia izquierda, cuatro en especial, la terrorista, la pacifista, la identitaria y la intelectual radical. Edurne Uriarte desnuda las distintas posiciones de lo que la izquierda llama progresismo ante hechos como los terrorismos, la guerra de Iraq o de Libia, el 11-M, la Alianza de Civilizaciones, el islamismo o el feminismo. Esta disección de los preceptos progresistas recorre desde la disculpa al terrorismo de izquierdas, nacionalista e islamista, hasta la definición de «guerras buenas», la visión idílica del pacifismo, la mitificación de la ONU, la coartada del miedo, la defensa del velo integrista o la demonización del neoconservadurismo.
Desmontando el progresismo. La izquierda en sus cavernas, denuncia las «ideas antiliberales, tolerantes con la violencia y confusas con las reglas democráticas» del progresismo español y occidental. La autora, en su condición de politóloga y periodista, indaga en las contradicciones de la izquierda, examina su uso del lenguaje, su retórica y el papel ideológico de los medios de comunicación en la difusión de sus mensajes. Estamos ante un análisis crítico que desmenuza y enfrenta los «lugares comunes» del progresismo con sus rasgos más intransigentes y reaccionarios.
Edurne Uriarte
Desmontando el progresismo
La izquierda en sus cavernas
ePub r1.0
jandepora 13.08.14
Edurne Uriarte, 2012
Editor digital: jandepora
ePub base r1.1
A la memoria de María Bengoechea,
mi querida y admirada madre que falleció
cuando este libro estaba en imprenta
EDURNE URIARTE (Frúniz, Vizcaya; 27 de octubre de 1960) es politóloga, periodista y catedrática de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es autora, entre otros libros, de Contra el feminismo (2008), Terrorismo y democracia tras el 11-M (2004), Cobardes y rebeldes (2003) y España, patriotismo y nación (2003). Además, es columnista del diario ABC y colaboradora en diversos medios de comunicación.
Prólogo
LA IZQUIERDA HA DOMINADO EL DEBATE DE LAS IDEAS EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS. Sobre todo, porque ha ganado la batalla de la imagen, y eso ha ocurrido en la mayor parte de los países occidentales. Las ideas de la izquierda han tenido mejor imagen que las ideas de la derecha. La siguen teniendo. Ni siquiera la realidad de unas dictaduras comunistas que fueron más asesinas que las nazi y fascista hizo mella en esa hegemonía. Tampoco lo han hecho los múltiples terrorismos inspirados en la izquierda. Y no está claro que lo vaya a hacer la actual crisis del socialismo.
El triunfo del concepto de progresismo es bien representativo de esa superioridad de imagen de una izquierda que ha conseguido imponer el mensaje de que sus ideas son positivas, transformadoras y generadoras de progreso. La misma izquierda ha difundido, también con notable éxito, un segundo mensaje según el cual las ideas de la derecha serían reaccionarias, o, lo que es lo mismo, negativas y contrarias al progreso. Algo reflejado por la izquierda en múltiples conceptos, en España, en el concepto de la caverna según el cual las ideas de la derecha serían contrarias al progreso y nos llevarían a la época de las cavernas.
Y el mensaje anterior ha tenido notable éxito, no solo porque la izquierda es mayoritaria en los centros de creación intelectual y en los medios de comunicación. También, porque la derecha, desde su condición de minoría intelectual, ha sido poco eficaz en la tarea de desmontar el mito progresista.
Mi objetivo en esta obra es ese, desmontar el mito del progresismo. Desvelar cuáles son algunas de las inquietantes cavernas del progresismo, las ideas que nada tienen que ver con el progreso deseable de la humanidad sino con el cuestionamiento de algunos de sus grandes logros en las conquistas de la libertad, de la igualdad o de la tolerancia.
He analizado la caverna terrorista de la izquierda en otras obras, pero queda aún mucho por decir en este campo, son tantos los lados oscuros del progresismo en su comprensión o justificación de algunos terrorismos. Y algo parecido ocurre con la caverna pacifista, o, lo que el progresismo llama pacifismo, triunfadora absoluta en términos de imagen como también en manipulación del lenguaje.
Sobre la caverna identitaria, probablemente es el lugar donde el progresismo comienza a ser más vulnerable ideológicamente. Ponerse en Europa del lado del islamismo en algunas de sus exigencias a las mujeres como el velo, aliarse con los nacionalismos étnicos o descalificar como xenófoba toda crítica a las leyes de inmigración tiene costes. Y la izquierda europea comienza a sufrirlos de una manera quizá parecida a como ya los sufrió la izquierda estadounidense en tiempos anteriores.
Y, sobre la caverna radical, no solo es la más sorprendente en términos de la amplísima impunidad ideológica con la que ha actuado. También hace muy vulnerable al progresismo de cara al futuro. Su última apuesta, el movimiento Indignados, un movimiento radical, populista y antiintelectual, da una idea de que las ideas progresistas sufren de agotamiento, de incapacidad de renovación, de pérdida de perspectiva. El ala más moderada del progresismo ha sido engullida por el ala radical y las cavernas van a hacerse aún más profundas.
Queda por ver si hay, si habrá, una alternativa intelectual poderosa, inspiradora y con capacidad de liderazgo frente al progresismo. En Estados Unidos, lo es del neoconservadurismo. ¿Y en Europa, en España? Todo está por ver, por hacer. También la primera tarea intelectual para ese nuevo liderazgo, desmontar el progresismo.
CAPÍTULO 1
EN LA CAVERNA TERRORISTA
Disculpando a ETA
Esto es un conflicto
Empecemos por el terrorismo. Empecemos por ETA. Empecemos por España en este recorrido sobre las entrañas del progresismo y las cavernas de la izquierda. Y es que la expresión más clara, y la más grave, de las tentaciones radicales y antiliberales de la izquierda está en el terrorismo. En la comprensión del terrorismo. Siempre que el terrorismo sea de izquierdas, antiimperialista o nacionalista o, en nuestro caso, antifranquista. Dado que casi todo el terrorismo de cierta relevancia de la actualidad está encuadrado dentro de esos adjetivos ideológicos, nos encontramos con el hecho de que el rasgo más inquietante del progresismo es precisamente su coqueteo con el terrorismo, con los diversos terrorismos.
En la izquierda radical, la cercana a ETA en el caso español, la justificación del terrorismo es directa. La expresaba uno de sus intelectuales más importantes, el dramaturgo Alfonso Sastre en 2008: «Una parte de la opresión de España sobre el País Vasco ha desaparecido tras 30 años de democracia, pero otra no. La violencia siempre es indeseable. Ahora bien, para obtener la paz hay que llegar a un acuerdo con esa violencia existente de ETA. Solo con la actuación de la policía no se acabará con la violencia etarra y eso parece indudable. Por tanto es necesario negociar con ETA, y, sin negociación, no habrá paz».