Epílogo y documentos
Epílogo
E n el libro en el que Berlín conmemora a las víctimas del nacionalsocialismo aparecen los nombres de Beer (Boris) y Feiga (Fanja) Schönhaus, que fueron deportados al «este» el 13 de junio de 1942. Se indica como fecha de la muerte de Boris Schönhaus el 16 de agosto de 1942, como lugar de la muerte, Majdanek. Fanja Schönhaus, de soltera Bermann, aparece como desaparecida en Majdanek.
El campo de concentración de Lublin-Majdanek estaba situado en el llamado Gobierno General, la Polonia ocupada por los alemanes, y en un principio estuvo concebido como «Campo de prisioneros de guerra de las Waffen-SS Lublin». La construcción del campo comenzó en otoño de 1941. En el transcurso de los años 1942/1943 fueron deportados a ese campo de judíos y no judíos de Polonia, judíos de Checoslovaquia, Eslovenia, de los guetos de Varsovia y Bialystok y del territorio del Reich, todos los cuales, una vez instalada la infraestructura necesaria para gasear, fueron asesinados con el gas venenoso Zyklon B inmediatamente después de su llegada. Pero en Majdanek fueron fusilados 17.000 prisioneros el 3 de noviembre de 1943. El motivo fue la rebelión, el 14 de octubre de 1943, de los prisioneros del campo de exterminio de Sobibor situado más al este. Ante el temor de que pudiera producirse en otros campos un levantamiento semejante, fue dada la orden, bajo la consigna «Acción fiesta de la cosecha», de fusilar judíos en los campos de trabajo de Trawniki, junto a Lublin-Majdanek, y en otros campos. Cayeron víctimas de esa operación un total de 43.000 judíos. El campo de Majdanek fue liberado en julio de 1944. En él habían hallado la muerte unas 200.000 personas, entre ellas, de 60.000 a 80.000 judíos.
«Mis padres Boris y Fanja Schönhaus-Bermann. Yo, Samson Schönhaus, nací en Berlín el 28 de septiembre de 1912. Mi nombre de pila es Cioma. El niño del centro, con el dedo del pie torcido, soy yo».
Boris y Fanja Schönhaus fueron deportados de Berlín al campo de concentración y de exterminio de Lublin-Majdanek en junio de 1942, con el transporte número 15. La tarjeta postal que Boris Schönhaus pudo escribir a su hijo hace suponer que los padres se perdieron de vista ya durante el transporte o inmediatamente después de la llegada al campo.
La tía Sophie y el tío Meier Bermann fueron deportados el 22 de septiembre de 1942 a Theresienstadt y de allí a Auschwitz. Se tiene a ambos por desaparecidos. Enta (Marie) Berman, llamada cariñosamente por Cioma Abuelita Vieja, fue transportada el 3 de octubre de 1942 a Theresienstadt, y allí murió el 3 de febrero de 1943.
Boris y Fanja Schönhaus habían llegado a Berlín a principios de los años veinte. Boris había desertado del Ejército Rojo y buscaba junto con su mujer otra existencia mejor. Pertenecían al gran grupo de emigrantes rusos a los que la guerra civil y la revolución habían expulsado del país. A principios de los años veinte, la colonia rusa de Berlín contaba con unas 300.000 personas. Entre los monárquicos, socialistas y conservadores exiliados por motivos políticos había también un gran número de artistas, intelectuales y escritores que hicieron de Berlín en los primeros años de la República de Weimar un centro de arte y cultura rusas. Pero entre los refugiados del territorio ruso soviético había también apátridas, perseguidos políticos y desplazados, pobres itinerantes, personas arruinadas y otras que habían escapado de las hambrunas de los territorios del Volga y de Ucrania. Entre esas masas de apátridas llegaron también judíos de Europa Oriental que habían podido escapar a los pogromos de Polonia, Ucrania y Rusia Blanca. Los rusos bien situados se afincaron en la zona occidental de Berlín, los menos acomodados, entre ellos los padres de Cioma Schönhaus, se establecieron cerca de la Alexanderplatz, en el llamado «Scheunenviertel» (barrio de los graneros).
Fanja y Boris Schönhaus eran ambos oriundos de Minsk, en la Rusia Blanca. Fanja ya se había establecido en Berlín con su familia cuando Boris Schönhaus abandonó su tropa y fue a reunirse con ella. Se casaron en Berlín en 1920, y Boris trató de crearse allí una nueva posición. Entre los judíos europeos orientales de Berlín encontró seguramente círculos sionistas que propagaban la colonización judía de Palestina, ya que, entusiasmado con la idea del sionismo, Boris Schönhaus se decidió a emigrar a Palestina. En 1926, la familia se estableció con el niño Cioma, de cuatro años escasos, en Rishon-Lezion, la primera colonia agrícola de Palestina, que había sido fundada en 1882 por colonos rusos al sur de la ciudad portuaria de Jaffa. Con más de 2.000 colonos, Rishon-Lezion era una de las colonias agrícolas de Palestina sólidamente establecidas, porque además del cultivo de cereales, almendras y naranjas, prosperaba ya el cultivo de las viñas, y sus bodegas eran las mayores del país.
Sin embargo, como tantos otros inmigrantes, el matrimonio Schönhaus no pudo hacer frente a las condiciones climáticas ni al modo de vida extremadamente precario de Palestina. Fanja y Boris tomaron la decisión de regresar a Europa al cabo de un año, debido también a que Cioma, ya de casi cinco años, había caído enfermo y su asistencia médica no estaba garantizada en aquel país. A los doce meses la familia Schönhaus retornó a Berlín y se estableció en la Sophienstrasse. Boris Schönhaus fundó una fábrica de agua mineral, lo que permitió a la familia vivir con holgura. A la familia le quedaban pocos años de solidez económica y de vida burguesa en Berlín.
Fanja y Boris Schönhaus no sólo habían encontrado un asilo en Alemania sino que también esperaban echar allí raíces. Ambos admiraban la literatura y el arte alemanes y estaban identificados con las virtudes llamadas prusianas. Pensaban que podrían superar las campañas antisemitas que ya durante la República de Weimar surgían en círculos de ideología nacional. Como tantos judíos de Alemania, Boris y Fanja Schönhaus tampoco creían que el yugo nacionalsocialista comportase una amenaza mortal. Como muchos judíos de Alemania tuvieron una actitud crítica y de preocupación ante la llamada toma del poder de Hitler el 30 de enero de 1933, pero confiaban en la tradición supuestamente alemana de derecho y orden. Eso subrayaba también el órgano oficial de la Unión Central de Ciudadanos Alemanes de credo judío con estas líneas: «Los judíos alemanes tampoco perderán en estos tiempos la tranquilidad que les da la conciencia de su inseparable vinculación a todo lo verdaderamente alemán. Menos que nunca permitirán que su actitud interior frente a Alemania se vea influida por ataques exteriores que ellos sienten como injustificados. Tienen demasiado arraigada la conciencia de lo que significa para ellos el espacio vital alemán».
El boicot, anunciado por el Partido Nacionalsocialista y llevado a cabo el 1 de abril de 1933, un boicot dirigido contra las tiendas, los médicos y los abogados judíos y en el que se impidió a los judíos que asistieran a escuelas y universidades, causó sin duda una gran alarma pero no produjo un movimiento de huida y pánico generalizados. De los aproximadamente 500.000 judíos alemanes, en 1933 salieron del país unos 37.000. Incluso cuando las condiciones de vida de los judíos empeoraron más y más por leyes y decretos discriminatorios, hasta 1937 el número de emigrantes no superó las 25.000 personas al año. Fue en 1938, después de los pogromos de noviembre en los que las sinagogas y las tiendas judías fueron destruidas e incendiadas, cuando aumentó el número a 40.000, y en el año 1939 a 78.000. En total, en 1945 sólo se habían puesto a salvo huyendo al extranjero la mitad de los 500.000 judíos alemanes.
Los padres de Cioma Schönhaus tampoco consideraron la posibilidad de emigrar. En primer lugar, ¿adónde iban a ir? Y después, faltaban los medios económicos. Como se ve claramente por los apuntes de Cioma Schönhaus, se aguardaba la «evacuación» al este con miedo, sí, pero con serenidad. La idea de sustraerse a la orden de deportación refugiándose en la clandestinidad era perfectamente ajena a Boris y a Fanja Schönhaus, lo mismo que a muchos otros judíos.