Mi pequeño soldado
Cecilia Orozco
Copyright © 2011 por Cecilia Orozco.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso
de EE. UU.: 2011961787
ISBN: Tapa Dura 978-1-4633-1416-3
Tapa Blanda 978-1-4633-1415-6
Libro Electrónico 978-1-4633-1414-9
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivadas de los mismos.
Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.
Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:
Palibrio
1663 Liberty Drive, Suite 200
Bloomington, IN 47403
Llamadas desde los EE.UU. 877.407.5847
Llamadas internacionales +1.812.671.9757
Fax: +1.812.355.1576
379284
Memorias de un soldado.
Es entre juegos, entre risas, donde se forjan sueños;
Es ahí donde nace una ilusión.; una inquietud por ser alguien de alguna forma reconocido, dejar una huella, o quizá es la lucha por ganar un lugar en esta sociedad donde abundan los héroes ficticios, los que todos los niños conocen e imitan a la hora de los juegos, pero que carecen en realidad de sentido común;
La transición de niño a adolecente con los juegos a veces toscos y rudos, al joven que lucha por sobre salir de un medio a veces hostil en el que se encuentra.
Dar un rumbo a la vida que lo haga sentir, ser diferente a los chicos del barrio donde ha pasado su niñez y adolescencia para convertir los juegos en sueños pero también en angustias, dolor y penas.
Raúl, el protagonista de nuestra historia, Al igual que los de más chicos, dejaba correr su imaginación, disfrazándose de tortuga ninja, de soldado y hasta de bombero con sombreo vaquero;
El tiempo transcurre inexorablemente. Los hechos cotidianos dignos de toda familia
De historia común, luchando por un Sueño
Un común denominador., sobrevivir a duras penas y con la
La cabeza en alto, poniendo la mejor sonrisa, Rogado a Dios todo poderoso que el porvenir de los más jóvenes fuera más prometedora que lo que se podía vislumbrar.
Gracias mama, como siempre la cena estaba deliciosa!
La mesa rodeada de todos los miembros de la familia, la rutina de los chicos por ganar el lugar preferido en la meza, las bromas y hasta pequeñas discusiones de sobre meza, hacían que cada noche fuera especial, aun cuando éramos las mismas personas. Mama se ocupaba de cada cena a conciencia que esta era la mejor hora familiar, el tiempo de calidad como ella lo solía llamar.
Mi madre nos había enseñando a levantar nuestro lugar en la meza, nadie podía retirarse hasta que esta estuviera tal cual al principio.
Las costumbres que nos rigen y atan a lo elemental y que hace de los hombres Seres aceptables. o inaceptables dentro de un circulo social.
Lo básico. Lo que nos define como seres humanos hablantes y pensantes diferentes de las otras especies, aun cuando en el caso de crisis nuestra reacción termine convirtiéndonos en fieras irreflexivas.
Observaba mi madre organizándolo, tanto que veces solía compararla con alguna de las madres de mis amigos. Reconozco que también me cansaba tanta organización la cual parecía una obsesión.
La vida tiene sus caminos para cada uno de nosotros, yo estaba sin saberlo siendo moldeado por la vida para cumplir mi misión, me estaba encaminando hacia lo que por casi diez anos, sería mi carrera. Me preparaba para mi misión más importante, la de ser un hombre de honor.
Buscado siempre la perfección se cometen muchos errores que no solo cambian la vida de un ser humano sino todo lo que a este rodea empezando por los suyos, Los que lo aman. Y como amaba yo a los míos! Claro que de eso aun no me había dado cuenta, fue sino hasta que hube partido de su lado, que pude comprender que eran ellos, mis padres y hermanos las personas más importantes, que mi hogar que a veces me parecía demasiado sofocante, era el hogar más seguro del mundo! Mi mundo!
No todo es perfecto, siempre habrá fallas que nos harán salir de nuestro cauce, como el Rio cuando se desborda y arrasa todo a su paso. Así también es el hombre, y así era yo, Raúl.
Un joven con inquietudes hasta entonces desconocidas para mi mismo!
Soñando aun cuando trabajaba, en eso era tan idéntico as mi madre. Capaz de desempeñar mis labores cotidianas sin parpadear para no perder la visión de otro mundo tan lejano como en el que se encontraba físicamente.
Me veía realizando mil proezas, Conociendo medio mundo, soñando viajar por diferentes ciudades importantes del mundo;
Pero como todo en la vida tiene un fin. mis sueños no serian la excepción, o por lo menos hubo que posponerlos temporalmente y volver a la realidad y encarar lo más apremiante que se venía venir, ya que mi familia al igual que en su gran mayoría de familias Americanas comenzaba sentir los estragos resultantes de un desequilibrio provocado por los atentados terroristas del 11 de Septiembre del dos mil uno, la cual como es del dominio mundial, provoco a su vez una cruenta guerra y por consiguiente la peor recesión conocida hasta hoy en la unión americana y a nivel mundial.
Frente a la realidad;
Había llegado la época navideña y las fiestas de fin de año, habían llegado los recuerdos de tiempos mejores, Recuerdo ese vecindario de la ciudad de Fontana lleno de luces y las figuras de plástico de los tres Reyes magos.
Es así como me encontraba, recordando mi niñez y añorando los aromas a canela y manzana, típicos de los hogares Californianos, y estaba de nuevo ahí, justo al inicio.
Solo Dios sabe cuánto las necesitábamos todos, ese había sido uno de los años más difíciles que hasta hoy, en mi familia, nos había tocado vivir.
La inestabilidad económica del país era ya un hecho, el caos era evidente. Las grandes empresas bancarias fueron las primeras en difundir el pánico y más de algunas, serrar sus puertas, haciendo recordar a los fanáticos de cine, las escenas de las películas donde el barco se hunde y salen corriendo los ratones.
La recesión de la guerra de Irak había acabado con la reservas económicas de la familia, y no solo de mi familia sino la de un país entero!= trabajos escaseaban.-Mi padre por su parte llevaba ya casi tres años en los cuales no había trabajado en lo que fue su carrera por más de veinte años,—ahora solo trabajaba eventualmente en lo que se presentara, un mil usos como se decía a los aprendices de todo.—No había tregua, mama decía; Si para resolver el problema económico es necesario multiplicar esfuerzos, se hará de esa manera! Su resolución por prevalecer fue la que de una u otra forma nos dio la fuerza necesaria a todos. Tiempos difíciles que transformaron nuestras vidas.
Era una lucha constate y los esfuerzos parecían poco fructíferos; Las fiestas navideñas añadían un toque de nostalgia y un mucho de estrés.
Mama solía decir, Los chicos no tienen porque prescindir de lo acostumbrado, en la navidad
Mama, has visto mi suéter gris, pregunto Raúl asomando la cabeza por la puerta de su recamara.
-No hijo, no sé de qué suéter me hablas,—por un momento se quedo pensando y exclamo.= Recuerdas el suéter que tu tía lucha mostraba el día de navidad preguntando de quien Hera y nadie lo reconoció? _Ah, ya savia!, me pareció que Hera el mío, pero como lo hubiera podido imaginar!—Porque no dijiste nada mama si fuiste tú quien lo saco del auto ese día!
Yo?_ No, no lo recuerdo! Además yo que iba a saber que era tuyo,-Y que no estabas también ahí tu para haber respondido!—diciendo que te pertenecía? La mire en silencio, Solo bastaba cualquier cosa para hacerme explotar.
Página siguiente