El doctor Stanislav Grof es un psiquiatra con más de treinta años de investigación sobre los estados no ordinarios de conciencia. Fue jefe de investigación en el Psychiatric Research Center de Maryland y es autor de más de noventa artículos profesionales y seis libros, entre ellos The Adventure of Self-Discovery y Beyond the Brain.
A Christina, Paul, y a mi madre Maria
Título original: Beyond the Brain
Stanislav Grof, 1985
Traducción: Enric Tremps
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Notas
[1] En su trabajo más reciente, Thomas Kuhn ha comenzado a diferenciar mayor número de constituyentes y elementos específicos de lo que originalmente calificó con el término global de paradigma. Así pues, distingue por ejemplo entre generalizaciones simbólicas (la práctica de expresar ciertas relaciones fijas en situaciones sucintas, tales como f = ma, I = V/R, o E = mc2); la creencia en modelos determinados (modelo planetario del átomo, modelo de partículas u ondas de la luz, modelo de los gases como pequeñas bolas de billar de materia física en movimiento azaroso, etc.); compartir valores (importancia de la predicción, comprobabilidad, repitibilidad, consistencia lógica, plausibilidad, visualizabilidad, o margen de error aceptable); y modelos (ejemplos de soluciones concretas a los problemas a los que se han aplicado principios aceptados en áreas diversas).
[2] Ejemplos de lo dicho los constituyen los axiomas básicos de la geometría de Euclides (dos puntos sólo se conectan por una línea recta y dos líneas paralelas nunca se encuentran), los postulados de Newton sobre la indestructibilidad de la materia o sus leyes del movimiento y los principios de Einstein de la constancia o de la relatividad.
[3] Según Frank, el objeto de la ciencia es el de crear un sistema de relaciones entre símbolos y definiciones operacionales de los mismos, de modo que las conclusiones lógicas obtenidas de dichas afirmaciones se conviertan en manifestaciones de hechos observables, susceptibles de confirmación por observación a través de los sentidos.
[4] El siguiente análisis del paradigma newtoniano-cartesiano sigue, hasta cierto punto, las formulaciones de Fritjof Capra en sus libros: El tao de la física (1975) y The Turning Point (1982). Reconozco con agradecimiento la influencia que han ejercido en mi forma de pensar sobre este tema.
[5] La palabra griega atomos se deriva del verbo temnein, que significa «cortar», con el prefijo negativo «a» significa «indivisible», es decir, lo que ya no puede ser cortado.
[6] Este concepto ha sido expresado en su forma más sucinta por los «materialistas vulgares». Se niegan a aceptar que la conciencia sea diferente a cualquier otra función fisiológica y afirman que el cerebro produce la conciencia del mismo modo en que los riñones producen orina.
[7] Un punto de vista similar ha sido expresado recientemente por R. D. Laing, en su erudita y excelente obra The Voice of Experience (1982).
[8] Un buen ejemplo de esta experiencia la constituye la visión de Charlotte analizada en el libro Realms of the Human Unconscious: Observations from LSD Research (1975, pp. 227 y ss.).
[9] Una descripción detallada de diversos tipos de experiencias psicodélicas, con ejemplos clínicos, puede hallarse en mi libro Realms of the Human Unconscious (1975). El capítulo dos de este libro constituye una versión condensada de dicho material.
[10] El término perinatal es una palabra compuesta grecolatina, cuyo prefijo peri significa literalmente «alrededor» o «cerca» y natalis se traduce como «perteneciente al parto». Sugiere acontecimientos que preceden inmediatamente o siguen al parto biológico, o están asociados con el mismo.
[11] Las experiencias ocasionales de progresión histórica, destellos precognoscitivos o las complejas visiones clarividentes del futuro suponen un problema especial en este contexto.
[12] Los siguientes, entre otros, son ejemplos de ellos: Fritjof Capra The Tao of Physics (1975) y The Turning Point (1982), Lawrence LeShan The Medium, the Mystic, and the Physicist (1974), Arthur Young The Reflexive Universe (1976b) y Geometry of Meaning (1976a), Gary Zukav The Dancing Wu-Li Masters (1979), Nick Herbert Mid Science: a Physics of Consciousness Primer (1979), Fred Wolf Taking the Quantum Leap (1981), e Itzak Bentov Stalking the Wild Pendulum (1977).
[13] Este concepto de vacío dinámico muestra una similitud extraordinaria con el del vacío cósmico y supracósmico de muchos sistemas de la filosofía perenne.
[14] Se encuentran aspectos importantes de la crítica de la ciencia mecanicista en las siguientes obras de Gregory Bateson: Steps to an Ecology of Mind (1972) y Mind and Nature: A Necessary Unity (1979).
[15] El conflicto conceptual entre la ciencia mecanicista y los revolucionarios descubrimientos modernos representa una réplica del antiguo conflicto entre las escuelas principales de la filosofía griega. La escuela jónica de Mileto (Tales, Anaxímenes, Anaximandro y otros) consideraba que la cuestión filosófica básica era: «¿De qué está hecho el mundo? ¿Cuál es la sustancia básica?». En contraste, Platón y Pitágoras creían que lo fundamental era la forma, la pauta y el orden del mundo. La ciencia moderna es claramente neoplatónica y neopitagórica.
[16] Las «estructuras disipativas» derivan su nombre al hecho de que mantienen una producción entrópica permanente y disipan la entropía acumulada por intercambio con el medio ambiente. El ejemplo más famoso lo constituye la denominada reacción de Belousov-Zhabotinski, que consiste en la oxidación con bromuro del ácido malónico en una solución de ácido sulfúrico, en presencia de cerio, hierro o iones de manganeso.
[17] Las obras de Erich Jantsch Design For Evolution (1975) y The Self-Organizing Universe (1980) constituyen una fuente única de información adicional sobre los descubrimientos analizados.
[18] El ejemplo más famoso lo constituye la observación anecdótica narrada por Lyall Watson en Lifetide (1980), conocida como el «fenómeno del ciento mono». Cuando una joven mona japonesa «Macaca fuscaca», en la isla de Koshima, aprendió una forma completamente nueva de conducta (lavando boniatos crudos cubiertos de arena y tierra) no sólo transmitió dicho comportamiento a los simios con los que se relacionaba, sino que se extendió a los monos de las islas circundantes, a partir del momento en que un número considerable de individuos hubieron aprendido el truco.
[19] En los últimos años, la física se ha ido acercando rápidamente al punto en el que tendrá que tratar explícitamente con la conciencia. Hay físicos eminentes que creen que una teoría amplia de la materia en el futuro deberá incorporar la conciencia como constituyente integral y fundamental. Diferentes versiones de esta idea han sido expresadas por Eugene Wigner (1967), David Bohrn (1980), Geoffrey Chew (1968), Fritjof Capra (1982), Arthur Young (1976b), Saul-Paul Sirag y Nick Herbert (1979).
[20] Los datos clínicos en los que se basa dicho supuesto y los errores lógicos que se incluyen en su interpretación han sido ya analizados al principio del libro.