DR. MICHEL ODENT
El Bebé es un Mamífero
Autor: Odent, Dr. Michel
©2009, OB STARE
ISBN: 9789872616618
Generado con: QualityEbook v0.84
El Bebé es un Mamífero
Dr. Michel Odent
Editorial Madreselva
© Michel Odent (por los textos)
© Rosa Roca Riera y Joan Medina Roca (por la traducción)
Edición original: Editorial O ATARE (2009)
© Editorial Madreselva (para esta edición)
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
Odent, Michel
El Bebé es un Mamífero
1 ª ed. - Buenos Aires: Madreselva, 2011.
188 p.; 13 × 20 cm.
ISBN: 978-987-26166-1-8
Prólogo
Del conocimiento a la nueva consciencia
ESTA nueva edición de «El Bebé es un Mamífero» representa, una oportunidad para analizar la historia reciente del nacimiento. En otras palabras, una oportunidad para echar la vista atrás. Y debe ser así porque miramos al futuro.
Esta reedición aparece ahora que no podemos dar un paso más allá sin asimilar la enorme cantidad de datos científicos acumulados durante los últimos veinte años. En primer lugar, debemos preguntarnos cómo, a cierto nivel cultural, podemos alcanzar una nueva consciencia; es por ello que me parece urgente intentar anticipar la historia del nacimiento y, así, entrar en el reino de la ficción.
En lugar de analizar posibles pesimistas y optimistas escenarios, nos referiremos al famoso libro «Utopía», publicado por Thomas More hace medio siglo. Pretendemos que éste sea el Prólogo de la edición del año 2031 de «El Bebé es un Mamífero».
Como todo el mundo sabe, nuestro país, Utopía, es un territorio independiente.
A pesar de nuestro elevado nivel científico y tecnológico, nos hemos mantenido, e incluso desarrollado, más allá de nuestras características culturales básicas. En concreto, hemos desarrollado nuestra capacidad para plantear proyectos irrealizables y trascender los límites de lo políticamente correcto. Presentamos los detalles de la Utopía según la historia del nacimiento.
En 2010, dos celebridades locales habían elegido dar a luz por cesárea. Así es cómo el nacimiento, de repente, se convirtió en uno de los principales asuntos de discusión en los medios de comunicación. Todo el mundo se dio cuenta de que cada año el índice de cesáreas era mayor que el año anterior. La opinión dominante estaba a favor de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Utopía (OMÍU). Para hacer frente a esta situación sin precedentes, el Presidente de la OMU decidió organizar un encuentro multidisciplinar.
El primero en hablar fue un estadista. Presentó unos gráficos impresionantes que comenzaban en 1950, cuando la operación de segmento bajo sustituyó a la clásica. Según sus conclusiones, era altamente probable que, después de 2020, la cesárea se convirtiera en la forma más común de dar a luz. Un conocido obstetra se vio obligado a comentar de inmediato este dato, reivindicando que tendríamos que tener en cuenta el aspecto positivo de este nuevo fenómeno; explicó cómo la cesárea se había convertido en una operación fácil, rápida y segura, y estaba convencido de que muy pronto la mayoría de las mujeres preferirían evitar los riesgos asociados al parto vaginal. Para justificar su punto de vista, presentó estudios publicados en Canadá en el año 2007 de más de 46.000 cesáreas electivas de presentación de nalgas a las 39 semanas de gestación con ninguna muerte materna, y otros de EE.UU. publicados en 2009 de 24.000 cesáreas de repetición con una muerte neonatal. Explicó que, en muchos casos, una cesárea electiva previa al trabajo de parto era, con diferencia, la manera más segura de tener un bebé. Mientras concluía diciendo «no podemos parar el progreso», el lenguaje corporal de una comadrona insinuaba que había algo que este médico no había entendido.
Una mujer muy expresiva, la Presidenta de la ANCA (Asociación para el Nacimiento Con Amor), reaccionó de inmediato a la exposición del médico. Primero le preguntó por los criterios en los que se estaba basando para evaluar la seguridad de la cesárea; por supuesto, él sólo mencionó los índices de morbimortalidad perinatal y los índices de morbimortalidad materna. Luego, la Presidenta de la ANCA explicó que esta reducida lista de criterios se había establecido hacía mucho tiempo, antes del s. XXI, y que actualmente una gran variedad de disciplinas científicas sugerían una nueva relación de criterios en la evaluación de las prácticas de obstetras y comadronas. Éste fue el punto de inflexión de este histórico encuentro multidisciplinar.
El Catedrático de Hormonología reaccionó de inmediato ante este elocuente y convincente comentario. Después de referirse a gran cantidad de datos sobre los efectos de las hormonas relacionadas con el nacimiento sobre el comportamiento, de manera muy sencilla demostró a la audiencia que, para tener un bebé, la mujer ha sido programada para segregar un auténtico «cóctel de hormonas del amor». Confirmó cómo, durante la siguiente hora al nacimiento, las hormonas segregadas por la madre y el bebé aún no se han eliminado, y cómo cada una de ellas desempeña un papel específico en la interacción entre la madre y el recién nacido. En otras palabras, añadió, gracias a la perspectiva del sistema hormonal, ahora estamos en disposición de interpretar el concepto «período crítico» introducido por los científicos del comportamiento: algunos pioneros de este campo entendieron, ya a mediados del s. XX que, entre los mamíferos, inmediatamente después del nacimiento existe un corto período de tiempo que jamás volverá a ocurrir, y que se trata de un período crítico en el vínculo entre la madre y el bebé.
Según los datos obtenidos de los resultados de incontables estudios epidemiológicos que sugerían que la forma en que nacemos tiene consecuencias de por vida, este hombre se atrevió a concluir que la capacidad de amar se desarrolla, en gran medida, durante el período perinatal. Los obstetras se quedaron boquiabiertos.
Después de tal discurso del Catedrático de Hormonología, el Director del Departamento de Epidemiología de la OMU no pudo quedarse callado. Este epidemiólogo tiene especial interés en la «Investigación en Salud Primal». Ha recogido cientos de estudios publicados en los que se detectan factores de riesgo en el período perinatal asociados a gran diversidad de patologías desarrolladas tanto en la edad adulta como en la adolescencia y en la infancia. Presentó una visión general de los estudios más completos, concretamente de aquéllos con mayor número de aspectos a tratar, y resumió los resultados de sus preguntas sosteniendo que, cuando los investigadores estudian, desde la perspectiva de la Investigación en Salud Primal, condiciones patológicas que pueden ser interpretadas como una alteración en la capacidad de amar (de amar a otros y de amarse a sí mismo), siempre encuentran factores de riesgo en el período perinatal. Acerca de los comentarios de la Presidenta de la ANCA sobre la necesidad de nuevos criterios para la evaluación de las prácticas de obstetras y comadronas, este epidemiólogo insistió en la necesidad de pensar a largo plazo. Para terminar, presentó la Base de Datos de Investigación en Salud Primal como una herramienta para aprender a pensar a largo plazo.
Luego, una genetista levantó impaciente la mano. Presentó el concepto «expresión génica» como otra forma de interpretar las consecuencias de por vida de los acontecimientos pre y perinatales. Explicó que, entre el material genético de los seres humanos recibido en la concepción, algunos genes se silencian, aunque sin llegar a desaparecer. El fenómeno de la expresión génica está influenciado principalmente por factores ambientales ocurridos durante el período pre y perinatal. El obstetra estaba más y más atento y curioso, como si estuviera descubriendo algo nuevo; una de sus sensatas preguntas sobre la génesis de las patologías y los rasgos de personalidad le dieron la oportunidad a la genetista de explicar que la naturaleza del factor ambiental es, con frecuencia, menos importante que el momento de la interacción. Explicó el concepto de «período crítico» para la interacción gen-ambiente. La presentación de la genetista condujo a una fructífera conversación multidisciplinar. El epidemiólogo lanzó una pregunta para dar más detalles sobre una de las nuevas funciones de la Base de Datos de Investigación en Salud Primal, que es ofrecer algunas pistas sobre el crítico período para la interacción gen-ambiente acerca de distintas condiciones patológicas y rasgos de personalidad.
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