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Rick Atkinson - El día de la batalla

Aquí puedes leer online Rick Atkinson - El día de la batalla texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2007, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Rick Atkinson El día de la batalla
  • Libro:
    El día de la batalla
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    2007
  • Índice:
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El día de la batalla: resumen, descripción y anotación

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Agradecimientos

El segundo volumen de la Trilogía de la liberación está terminado, y una vez más tengo una deuda inexpresable con muchas personas sin las cuales todavía estaría golpeándome contra la costa siciliana. La publicación del primer volumen, Un ejército al amanecer, animó a muchos veteranos y a sus descendientes, así como a otras personas con conocimientos de la Segunda Guerra Mundial, a proporcionarme memorias, historias orales y un variado material acerca de las campañas del Mediterráneo. Gran parte de todo ello sale a la luz por primera vez en este volumen. Me gustaría dar las gracias a:

Blair Alexander, Consuelo Allen, John B. Babcock, John C. Beam, Homer Bishop, Loyd J. Bliss, Nathan Block, Martin Blumenson, William W. Bonning, John M. Brooks, Paul W. Brown, Charles F. Bryan, Jr., Harold Burson, W. W. Keen Butcher, Andrew Carroll, Russell W. Cloer, Robert E. Coffin, Mark H. Cohen, Barbara Moir Condos, Michael J. Corley, Jerry Countess, J. W. Crawford, John L. Creech, J. K. Cullen, Michael J. P. Cunneen, Jim Davies, Warren Davis, Carlo D’Este, Robert J. Dole, Clifford W. Dorman, Elizabeth Bradley Dorsey, Christopher Dunphie, Lawyn C. Edwards, John S. D. Eisenhower, Susan Eisenhower, Uzal W. Ent, Graham Erdwurm, Francis A. Even, James F. Fain, Alicia Ferrari, R. L. V. ffrench Blake, Lou Fiset, David G. Fivecoat, Frederic D. Floberg, James D. Ford, Arthur L. Funk, Libby Gill, George H. Goldstone, Andrew J. Goodpaster, Paul F. Gorman, Douglas Gould, Richard Griffin, Fred Groff III, Arthur T. Hadley, George L. Hanssen, Joseph Heiser, Donald V. Helgeson, Thomas A. Higbie, Al Hormel, Fred S. Howard, Michael Howard, Charles P. Jacobi, Hugh S. Jacobs, Julian R. Jacobs, Michael Jason, George Juskalian, Walter T. Kerwin, Jr., Geoffrey B. Keyes, J. Keith Killby, Charles E. Kirkpatrick, Sherry Klein, William A. Knowlton, Edward C. Koenig, Jr., Bernard J. La Plante, James E. Lalley, George L. Laurie, D. H. Leathem, Ralph Ledesma, Arthur Lehrman, Rod Liner, Roy Livengood, C. Vincent Lyness, Clement S. Mackowiak, Jack Maher, Howard R. Maier, Mark Mann, Sanford H. Margalith, Jack Marshall, Tom May, Meg McAleer, John C. McManus, Allan R. Millett, Derek R. Mills, Frank Mills, William W. Monning, Louis J. Murchio, Lovern «Jerry» Nauss, Eric J. Neuner, Mike Norris, Michael O’Connor, Dick Oshlo, Robin K. Overcash, Adolph Panetta, Roy Paterson, Alan R. Perry, Henry Gerard Phillips, George Pickett, G. Kurt Piehler, Russell H. Raine, John Ray, Mark Reardon, Randy Revelle, Robert A. Riesman, David Roberts, John B. Romeiser, Theodore Roosevelt IV, Jack Russell, Frank Schultz, Michael H. Sebastian, Robert Segan, Heinz Seltmann, Nathan M. Shippee, Albert H. Smith, Arthur O. Spaulding, Frank J. Stech, Patti Stickle, James Stroud, Floride Hewitt Taylor, R. C. Taylor, Ray Thomas, John J. Toffey IV, Jason D. Umberger, Joanne Speranza Walker, George Watanabe, Aubrey L. Williams, Isobel Williams, Richard A. Williams, Randall J. Willis, James M. Wilson, Jr., Gary D. Winder, Harold R. Winton, Walter F. Winton, Jr., Dennis B. Worthen, John G. Wright, Eléonore M. Zimmermann y Carolyn A. Zuttel.

Una vez más, reconozco con gratitud mi deuda con cientos de historiadores, autores de memorias y demás personas cuyos escritos de los sesenta años posteriores a la guerra servirán por siempre de cimiento para todos los trabajos e investigaciones sobre el tema. Me he basado nuevamente en los 114 volúmenes de U. S. Army in World War II, la historia oficial estadounidense conocida informalmente como Green Series, así como en la History of the Second World War, la historia oficial británica.

El terreno habla incluso cuando los testigos principales ya no pueden hacerlo, y realicé numerosos viajes a los sitios donde tuvieron lugar las batallas del segundo volumen, comenzando a mediados de la década de 1990, cuando trabajé como jefe de redacción del Washington Post en Berlín y visité Salerno, Anzio, San Pietro y Cassino por primera vez. Otras correrías para mi investigación incluyeron una visita a Sicilia en septiembre de 1996 y viajes más prolongados a los campos de batalla italianos en abril de 2004 y noviembre de 2006. Por el último de estos viajes, doy las gracias al general David D. McKiernan, el comandante del ejército de Estados Unidos en Europa, y a dos antiguos jefes de historia del ejército, el mayor general (retirado) William A. Stofft y el general de brigada (retirado) Harold Nelson.

El núcleo de esta narración, como el de la anterior, está extraído de fuentes primarias contemporáneas que incluyen desde diarios, cartas y manuscritos sin publicar hasta documentos oficiales, informes posteriores a las acciones y mapas originales. Una vez más, agradezco profundamente la profesionalidad y la paciencia de muchos historiadores de textos y archiveros que siguieron la pista a estos miles de documentos. Cualquier error en los datos o en los juicios es únicamente mi responsabilidad.

En los National Archives en College Park, Maryland, agradezco a Richard Boylan, Timothy Mulligan, Larry McDonald y, especialmente, a Timothy K. Nenninger, jefe de los registros militares modernos y antiguo presidente de la Society for Military History. Prácticamente todas las páginas de este libro tienen la huella de Tim, y estoy profundamente agradecido por sus conocimientos, su humor, su amistad y su disposición a leer parte del manuscrito.

El U. S. Army’s Military History Institute, parte del Army Heritage and Education Center de Carlisle, Pensilvania, está entre los mejores archivos de la nación y es la principal fuente de la historia del ejército. Para la preparación de este volumen visité el MHI en veintinueve ocasiones, por lo general durante períodos de dos o tres días, y debo dar las gracias al coronel Robert Dalessandro, director del AHEC, por su profesionalidad y hospitalidad, así como a Conrad C. Crane, director del MHI, quien leyó parte del manuscrito. También estoy agradecido con Richard J. Sommers, jefe de atención al usuario; Louise Arnold-Friend; Richard L. Baker; Steve Bye; Tom Hendrix; Gary Johnson; Shaun Kirkpatrick; Stanley Lanoue; Michael E. Lynch; Robert Mages; Mike Monahan; Mike Perry; Melinda Torres y, especialmente, con David A. Keough.

En el U. S. Army War College en Carlisle Barracks, donde ocupé la cátedra General Omar N. Bradley de Dirección Estratégica durante el año académico 2004-2005, quiero dar las gracias al mayor general David H. Huntoon, Jr., a su profesorado y al cuerpo administrativo, incluyendo al decano, el coronel William T. Johnsen, al coronel Charles D. Allen, director del desarrollo de líderes y mi copiloto en clase, y al director de la biblioteca, Bohdan I. Kohutiak. Estoy especialmente agradecido con Tami Davis Biddle, de la cátedra George C. Marshall de Estudios Militares y un excelente historiador de las fuerzas aéreas, que ha sido un amigo excepcionalmente considerado y estimulante, y que leyó parte del manuscrito.

También quiero dar las gracias a Stephen P. Riley, el director ejecutivo de la Army War College Foundation. La cátedra Omar Bradley es administrada conjuntamente con el Dickinson College, y agradezco el apoyo del presidente, William G. Durden, así como del profesor Harry L. Pohlman y del coronel (retirado) Jeffrey D. McCausland.

El U. S. Army Center of Military History de Fort McNair en Washington, D. C., fue de nuevo una valiosa fuente de documentos y conocimientos. Debo dar las gracias al general de brigada (retirado) John Sloan Brown, antiguo jefe de historia militar, y a su sucesor, Jeffrey J. Clarke, así como a Richard Stewart, el historiador jefe; al coronel Gary M. Bowman; a Robert K. Wright, Jr.; a Mary L. Haynes y a R. Cody Phillips.

En la Dwight D. Eisenhower Presidential Library en Abilene, Kansas, estoy agradecido con el director, Daniel D. Holt, por su ayuda y hospitalidad, y con el archivero David J. Haight. Del mismo modo, en la Franklin D. Roosevelt Presidential Library en Hyde Park, Nueva York, doy las gracias a la directora, Cynthia M. Koch, y a los archiveros Robert Parks, Alycia Vivona, Mark Renovitch y, especialmente a Robert Clark, quien también ayudó a que varios documentos de los Servicios Secretos fueran desclasificados.

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