José María Fernández Gutiérrez - La novela del sábado (1953 - 1955)

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INTRODUCCIÓN

LA NOVELA DEL SÁBADO EN SU CONTEXTO

HISTÓRICO Y CULTURAL

Hacemos, en primer lugar, un recuento de los autores de La Novela del Sábado que habían publicado obras en las colecciones de La Novela Corta (1916) o de La Novela Semanal (1921), las dos colecciones de novelas más importantes de antes de la guerra y que no quedan excesivamente alejadas de La Novela del Sábado como sería, tal vez, el caso de El Cuento Semanal (1907) o de la etapa inicial de Los Contemporáneos (1909).

Pretendemos ver con ello o bien qué autores se repiten y qué importancia tuvieron como pretendidos continuadores de una forma de escribir novelas, forma consolidada antes de la guerra, o bien averiguar si los autores que se repiten es porque cambiaron de manera de pensar y se adaptaron a las nuevas circunstancias, las de posguerra y, por consiguiente, sus novelas actuales (las de La Novela del Sábado) responden a otros planteamientos ideológicos, estéticos, morales, de actitud ante la vida, etc.

Los autores de La Novela del Sábado que habían publicado antes en La Novela Corta o en La Novela Semanal, o en ambas, son los siguientes:

Alas, Leopoldo (Clarín): Doña Berta, núm. 24. (Nov Semanal, con dos números), (Nov. Corta, con un número que es un estudio crítico de Clarín…).

Azorín: El buen Sancho, núm. 46, (Nov. Corta).

Baroja, Pío: Los amores de Antonio y Crstina, núm. 5 (Nov. Corta).

Borras, Tomás: El sainete triste, núm. 51, (Nov Semanal, con tres números). (Nov. Corta, con un número).

Espina, Concha: Llama de cera y El jayón, núm. 20., (Nov Semanal, con tres números). (Nov. Corta, con dos números).

Fernández Flórez, W.: El fantasma, núm. 61., (Nov Semanal).

Hernández Catá, Alfonso: La madrastra, núm. 50., (Nov Semanal, con seis números). (Nov. Corta, con once números).

López de Haro, Rafael: Piropo, núm. 15., (Nov Semanal, con cuatro números). (Nov. Corta, con nueve números).

Marquina, Eduardo: Un caballero desconocido, núm. 32., (Nov Semanal, con cuatro números). (Nov. Corta, con cinco números).

Martínez Olmedilla, A.: Miedo a la vida, núm. 72., (Nov Semanal, con cinco números). (Nov. Corta, con trece números).

Miró, Gabriel: Nómada, núm. 12., (Nov Semanal).

Molina, Roberto: Colocación en Madrid, núm. 75., (Nov Semanal, con un número). (Nov. Corta, con tres números).

Ortiz de Pinedo, José: Casa de amor, núm. 69., (Nov Semanal, con un número). (Nov. Corta, con nueve números).

Palacio Valdés, Armando: Cómo se casó Brañanova, núm. 28., (Nov Semanal, con un número). (Nov. Corta, con un número).

Pardo Bazán, Emilia: Gota de sangre, núm. 8 y Cada uno, núm. 100. (Nov. Corta, con cuatro números y un estudio sobre ella).

Pérez Galdós. Benito: Celina, núm. 97. (Nov. Corta, con un número y dos estudios sobre él).

Salaverría, José María: Una aventura en el tren, núm. 65., (Nov Semanal, con cuatro números).

Sassone, Felipe: La casa sin nombre, núm. 9, (Nov Semanal, con un número).

Valera. Juan: Garuda, o la cigüeña blanca, núm. 16., (Nov Semanal, con dos números). (Nov. Corta, con un número).

De los diecinueve autores citados, sólo once escritores de La Novela del Sábado habían publicado obras en las otras dos colecciones precedentes (La Novela Corta y La Novela Semanal). De estos once autores, tal vez y en apariencia con la excepción de Concha Espina, que tiene dos obras, aunque reunidas en un mismo número, el 20, ninguno ocupa un lugar destacado o preferente en La Novela del Sábado. Por el otro lado y por la frecuencia con la que figuran en el catálogo de La Novela Semanal y de La Novela Corta destacan, por este orden, Martínez Olmedilla, Hernández Catá, López de Haro, Ortiz de Pinedo y Eduardo Marquina, con 18, 17, 13, 10 y 9 novelas respectivamente. De los cinco autores que nos quedan para completar los once que se repiten. Clarín, Palacio Valdés y Juan Valera son autores ya con prestigio y solera en la Historia de la Literatura, pero Tomás Borrás y Roberto Molina, los otros dos de la lista no tienen una aparente y rápida justificación, lo cual nos inclina a pensar que fueron autores especialmente escogidos o destacados expresamente por La Novela del Sábado.

En principio, de los autores que habían colaborado en las colecciones que hemos tomado como referencia de antes de la guerra, destacan tres en La Novela del Sábado. Concha Espina, Tomás Borrás y Roberto Molina.

Lo anterior nos lleva a hacer algunas averiguaciones. En el caso de Cocha Espina, porque, repelimos, es la única autora que habiendo publicado en colecciones anteriores aparece con dos relatos (núm. 20) en La Novela del Sábado y en el de Tomás Borrás y Roberto Molina para ver si se corrobora nuestra hipótesis de que se trata de dos autores que hallaron, por el tipo de novelas que escribían, buena acogida y acomodo en la Colección.

Consultamos, por la carga ideológica y los criterios intencionados por los que frecuentemente se guía la obra, la Historia General de la Literatura Española e Hispanoamericana escrita por Emiliano Diez Echarri y José María Roca Franquesa (Aguilar, 1960) y en los juicios de valor que los autores dicen que definen a Concha Espina leemos que «es tierna y dulce, mujer al fin; pero no dulzona» (p. 1388) y que es «profundamente cristiana» (p. 1389); para Tomás Borrás, que su poesía es de «copla y guitarra» (p. 1183, que es de «filiación rubeniana» (p. 1295) y que sus novelas están «construidas desde el ángulo visual de la llamada «derecha» (p. 1396), al igual que las de W. Fernández Flórez, Concha Espina y Ricardo León.

De Roberto Molina no hay datos en la citada historia de la Literatura.

A continuación repetimos la consulta, también intencionadamente, en un libro que en unas palabras de presentación o de declaración de intenciones dice que pretende que en él se pueda leer la Literatura «al margen» de cualquier prejuicio ideológico o «pasión política», lo cual no se cumple porque en la noticia que se da de Tomás Borrás se señala su filiación política. Concretamente se dice que «antes de la guerra había sido vanguardista del círculo de Gómez de la Sema, (que) la guerra le sorprendió en Madrid, de donde logró evadirse a los pocos meses, (que) una vez en el lado franquista, empezó a colaborar en «Vértice» y otras publicaciones nacionalistas con «unos artículos violentos y demagógicos…» (De Andrés Trapiello: Las armas y las letras, Barcelona. Planeta. 1994, p. 349).

En conclusión, todos estos indicios nos inclinan a pensar que Concha Espina, Tomás Borrás y probablemente Roberto Molina se caracterizarían y se justificarían en la Colección por sus ideas, desde luego no inconformistas con el régimen surgido de la guerra civil. También deducimos, que podríamos sumar a los tres citados, por afinidades ideológicas, a Martínez Olmedilla, Hernández Cata, al notario López de Haro y a Ortiz de Pinedo, novelista este último al que Diez Echarri y Roca Franquesa señalan como autor de «sano realismo y amena prosa» (p. 1393); curiosamente como si hubiese un realismo corrompido y perjudicial y otro sano.