ÍNDICE
Isabel
Allende
Bussi
G obernabilidad y cohesión social: el caso de Chile
Conferència impartida per l’honorable diputada xilena
senyora Isabel Allende
a l’acte d’inauguració de la XXIVena edició
de la Universitat d’Estiu de Gandia,
el 9 de juliol de 2007.
© Isabel Allende, 2008
© D’aquesta edició:
Publicacions de la Universitat de València, 2008
CEIC Alfons el Vell, 2008
Universitat Internacional de Gandia, 2008
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Realització ePub: produccioneditorial.com
ISBN: 978-84-370-7129-9
Agradezco a la Universidad de Valencia, a la Universidad de Verano de Gandia por haberme invitado a participar en estas jornadas por este lema tan original «Por el mar sin fronteras», que nos sugiere unión, entendimiento, cercanía, hermandad en un mundo cada vez más interrelacionado en lo económico y en el acceso a la información, pero carente de solidaridad, de inclusión social y de sensibilidad ante los efectos depredadores del medio ambiente. Gracias a este lema he venido a Gandia trayendo mis opiniones sobre América Latina y Chile.
El Ayuntamiento de Gandia y la Uni versidad de Valencia se han caracterizado por mirar y ser solidarios más allá de sus fronteras, más allá del mar Mediterráneo. Fiel representante de este espíritu, Joan del Alcázar, destacado académico de esta Universidad, junto con otros españoles, aportaron antecedentes para procesar al dictador Pinochet durante su detención en Londres, lo que agradecemos todos los chilenos democráticos. Demostración de este espíritu de colaboración del Ayun tamiento y de la Universidad son las redes en la formación de líderes locales en América Latina, de las cuales ya se han señalado convenios con Brasil y Chile. Particularmente en el caso de Chile, con la ciudad de Rancagua, y aprovecho a darle la bienvenida a aquellos estudiantes y aquellas personas que han venido de mi país y de aquella ciudad.
Pablo Neruda, nuestro poeta, decía: «Y desde hoy tu casa sin puertas es la tierra». Pienso que este verso apunta en el mismo sentido que el lema de la Universidad de Verano. Y los comparto porque expresan ideales, y utopías en un mundo donde la utopía está venida a menos, donde la historia y la utopía se han separado. Considero necesario recuperar la utopía, entendida como una aspiración orientadora de nuestro quehacer a favor del bien común, la que debe ser permanentemente enriquecida.
Concepto de gobernabilidad
El tema que he elegido para esta oportunidad lo he titulado «Gobernabilidad y cohesión social: el caso de Chile». Estos dos conceptos son complementarios y constituyen sin duda materias de interés en Chile y en los demás países de América Latina.
Gobernabilidad es un concepto pluridimensional. Su expresión fundamental tiene relación con la democracia. Los regímenes dictatoriales tienen en su esencia el germen de la ingobernabilidad, aun cuando utilicen la represión como recurso de dominio. En cambio la democracia dispone, entre otras ventajas, de mecanismos legitimados para resolver civilizadamente las discrepancias o las distintas opciones que se dan en la sociedad, recurriendo al acatamiento de las minorías frente a la opinión de las mayorías, así como del respeto a las minorías por parte de las mayorías; todo ello, en el marco del Estado de derecho. Democracia y gobernabilidad son, como decía, términos complementarios. Para que exista gobernabilidad debe darse el funcionamiento estable de las instituciones, la legitimidad de los gobernantes, un proyecto de país mayoritariamente compartido, y el bienestar de la población con respeto a la diversidad y respeto a los derechos humanos.
También gobernabilidad es la capacidad de acción del Gobierno; la eficacia de sus políticas públicas, particularmente aquellas orientadas hacia los sectores más desprotegidos; la capacidad de disponer de un sistema de educación equitativo y de calidad; la transparencia y la eficacia de la gestión pública; el desarrollo o incorporación de ciencia y tecnología; la posibilidad de resolver los conflictos sociales; lograr consensos sociales en materias fundamentales; impulsar el crecimiento sostenido y proteger el medio ambiente. Asimismo, está relacionada con la capacidad de anticipar soluciones frente a hechos que pueden convertirse en detonantes de malestar social.
La gobernabilidad debe incorporar la participación y la organización de la sociedad civil para que ésta cumpla un rol más protagónico en la defensa de sus derechos y en la formulación de sus anhelos y propuestas. De esta manera puede involucrarse en el diálogo nacional y en la toma de decisiones sobre los grandes temas que preocupan a los países.
La gobernabilidad democrática respeta los derechos de las personas y resuelve los conflictos a través de canales que permiten el diálogo, la negociación.
La gobernabilidad en América Latina y en Chile
América Latina superó el período de dictaduras militares que se prolongó entre las décadas del setenta y ochenta del siglo pasado en la mayoría de sus países. Hoy existen regímenes democráticos después de un período de transición que significó superar anteriores estructuras de poder militar autoritario y represivo. Sin embargo, en los últimos diecisiete años doce presidentes de países latinoamericanos elegidos democrá-ticamente concluyeron prematuramente sus períodos constitucionales por situacio nes de ingobernabilidad. Sus renuncias obe de cieron a crisis políticas que no pudie ron resolver, que detonaron violentas reacciones sociales y que los obligaron anticipadamente a dejar sus mandatos. En todos estos casos no existían esos mecanismos institucionales para resolver los conflictos.
Con todo, es positivo apreciar que tales crisis no concluyeron en golpes de Estado y en dictaduras militares, como ocurrió en las décadas pasadas. Esto, es porque hoy día no existen condiciones sociales ni políticas que legitimen acciones de esta naturaleza.
En Chile el paso de la dictadura a la democracia se logró sobre la base de una coalición de centro izquierda. Por primera vez en toda la historia política de nuestro país, tenemos una alianza. Fuerzas políticas que siempre fuimos, más bien casi antagónicas y adversarias, y tal vez casi enemigas. Estoy hablando de la democracia cristiana y del mundo socialista. Logramos generar la Concertación de Partidos por la Democracia, que fue capaz de elaborar un proyecto de país que ha permitido el triunfo de cuatro gobiernos sucesivos, el último de ellos lo encabeza, por primera vez en toda la historia de nuestro país, una mujer, la presidenta Michelle Bachelet. La Concertación ha logrado establecer condiciones de paz y de confianza que han permitido el funcionamiento de las instituciones en el marco del Estado de derecho. El prolongado período de transición a la democracia que ha experimentado el país ha sido pacífico, las desconfianzas políticas tendieron a desaparecer después de la salida del ex dictador de la Comandancia en Jefe del Ejército y de su detención en Londres. Un hecho significativo para la democracia lo constituyen las reformas constitucionales que fueron promulgadas el año 2005, las que, entre otras modificaciones, terminaron con la doctrina de la Seguridad Nacional que subyacía en la Constitución impuesta en el 80 y que entre otras cosas designaba la fuerza armada como garante de la democracia. Si bien no se han eliminado todos los enclaves, al menos creo que avanzamos bastante en la profundización de la democracia. Pero aun tenemos ciertas ataduras, entre otras un sistema electoral binominal excluyente, que altera la representatividad ciudadana. Yo espero que sea una de las tareas que seremos capaces de cumplir a pesar de que ya llevamos diecisiete años de transición democrática.
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