Frank Herbert
Bill Ransom
El Incidente Jesús
Sinopsis
(Solapas de la contraportada)
Nave: un vehículo interestelar, una Nave Profunda, enorme y en constante crecimiento, consciente gracias a un experimento olvidado hace mucho tiempo. Dentro de ella, los colonos: humanos y clones, que no saben nada de sus orígenes y para quienes Nave es Dios, un dios celoso al que hay que veNaverar o pondrá fin de forma definitiva a la experiencia de la humanidad. Pero ¿quién sabe cono veNaverar?
La nave gira en órbita en torno a Pandora, un mundo hostil repleto de formas de vida hostiles. Y uno de los clones, Morgan Oakes, cree tener una solución al dilema: conquistar Pandora. Multiplicar los clones adaptados a este planeta, y sacrificarlos sin piedad para construir una fortaleza inexpugnable desde donde desafiar a Nave, y quizás incluso destruirla.
Pero entonces Nave saca de su hibernación a Raja Lon Flattery, que fue testigo de su despertar. Y Flattery desea salvar la humanidad, contra Oakes y contra Nave. Ayudado por Panille el poeta, por Hali la tecmed, a la que Nave ha hecho vivir un acontecimiento muy antiguo ocurrido en el monte Gólgota, y por Waela, que sabe que en el océano de Pandora vive un ser inmenso y benévolo, el varec, Flattery cree poder conseguirlo. Si Nave lo permite …
En la novela se desarrollan tres argumentos paralelos: la nave y su pseudodivinidad; el intento de colonización del planeta; y la existencia de una entidad sintiente en él, el varec, que son unas algas que, como se demuestra al final de este libro, forma una sola entidad de alcance planetario. Las escenas que transcurren en la nave proporcionan a la novela el ángulo mesiánico tan querido por Herbert; los intentos de colonización (militarista) proporcionan la acción y la intriga también tan queridas por Herbert; el varec le proporciona la ración de ensayo de ecologismo planetario que tanto éxito le dio en Dune.
Título original: THE JESUS INCIDENT
Traducción: Domingo Santos
Primera edición: mayo 1993
© 1979 by Frank Herbert and Bill Ransom
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Printed in Spain - Impreso en España
Los autores desean dar las gracias a Connie Weineke por su investigación sobre el arameo, y a Marilyn Hoyt-Whoreton por su buena mecanografía y su buen humor.
Para Jack Vanee que, mientras enseñaba cómo utilizar el martillo de orejas y la sierra, enseñó también la diferencia entre fantasía y ciencia ficción.
Para Bert Ransom, que nunca dijo, ni una sola vez, que la fantasía no era real.
*
Hay un portal a la imaginación al que tienes que entrar antes de ser consciente, y las llaves de la puerta son símbolos. Puedes pasar ideas a través de la puerta... pero esas ideas deben tener forma de símbolos.
Raja Flattery
Capellán-psiquiatra
Algo hizo «tic».
Lo oyó claramente... un sonido metálico. Se reprodujo: «tic». Abrió los ojos y fue recompensado con oscuridad, una falta absoluta de energía radiante... o de receptores para detectar esa energía.
¿Estoy ciego?
« Tic.»
No podía situar la fuente, pero estaba ahí fuera... aunque no sabía qué era exactamente ese ahí fuera. El aire era frío en su garganta y pulmones. Pero su cuerpo estaba caliente. Se dio cuenta que yacía apoyado muy ligeramente en una superficie blanda. Respiraba. Algo cosquilleó en su nariz, un débil olor a... ¿pimienta?
«Tic.»
Carraspeó.
—¿Hay alguien ahí?
Ninguna respuesta. El hablar hizo que le doliera la garganta.
¿Qué estoy haciendo aquí?
La blanda superficie debajo de él se curvaba hacia arriba en torno a sus hombros para sostener su cuello y cabeza. Encajaba sus caderas y piernas. Esto era familiar. Despertaba distantes asociaciones. Era... ¿qué? Tuvo la sensación de que tenía que saber qué era aquella superficie.
Después de todo, yo...
«Tic.»
El pánico se apoderó de él. ¿Quién soy?
La respuesta llegó lentamente, descongelada de un bloque de hielo que conocía todo lo que debía saber.
Soy Raja Flattery.
El hielo se fundió en una cascada de recuerdos.
Soy el capellán—psiquiatra de la Nave Profunda Earthling. Nosotros... nosotros...
Algunos de los recuerdos permanecían congelados.
Intentó sentarse, pero estaba retenido por suaves bandas elásticas cruzadas sobre su pecho y muñecas. Ahora sintió los conectores retirarse de las venas en sus muñecas.
¡Estoy en un tanque hib!
No tenía ningún recuerdo de haberse sometido a hibernación. Quizá los recuerdos se descongelaban más lentamente que la carne. Interesante. Pero había unos pocos recuerdos ahora, helados en su fluir y profundamente inquietantes.
Fracasé.
La Base Lunar me ordenó hacer estallar nuestra nave antes que permitirla vagabundear por el espacio como una amenaza a la humanidad. Tenía que enviar la cápsula con el mensaje de vuelta a la Base Lunar... y hacer estallar nuestra nave.
Algo se lo había impedido. Algo...
Pero ahora recordaba el proyecto.
Proyecto Consciencia.
Y él, Rasa Flattery, tenía un papel clave en ese proyecto. Capellán- psiquiatra. Había sido uno de los miembros de la tripulación.
Una tripulación umbilical
No se detuvo en la simbología natal de esa etiqueta. Los clones tenían tareas más importantes. Había clones en la tripulación, todos ellos con el Lon como nombre intermedio. Lon significaba clon, del mismo modo que Mac significaba hijo de. Toda la tripulación... clones. Eran dobles enviados lejos al aislante espacio, para resolver el problema de crear una consciencia artificial.
Un trabajo peligroso. Muy peligroso. La consciencia artificial poseía una larga historia de volverse contra sus creadores. Se volvía salvaje con una violencia feroz. Incluso muchos de los no clonados habían perecido agónicamente.
Nadie pudo decir por qué.
Pero los directores del proyecto en la Base Lunar eran persistentes. Habían enviado una y otra vez la misma tripulación clonada al espacio. Los rasgos parpadearon en la mente de Flattery a medida que pensaba en los nombres: un Gerrill Timberlake, un John Bickel, un Prue Weygand...
Raja Flattery... Raja Lon Flattery...