Los lectores asiduos de NOVA ya saben que Michael Flynn es uno de mis nuevos autores preferidos. Su primera novela, EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS (1990 — NOVA número 167), alcanzó un gran éxito y obtuvo los premios LOCUS y Compton Crook a la mejor primera novela del año, además del Prometheus. La obra, ambientada en el siglo XIX, presenta una sociedad secreta de matemáticos que construye realmente el ordenador diseñado por Charles Babbage y, con la ayuda de la etiología (la ciencia estadística de la historia), controla en cierta forma el devenir de la historia humana.
Tras el éxito de EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS, reeditada en 2000, la gran fama que hoy tiene Flynn entre los lectores de ciencia ficción de todo el mundo se cimenta, sobre todo, en una magna obra del más espectacular estilo heinleniano: la serie iniciada con FlRESTAR (1996) y que incluye ya tres títulos más: ROGUE STAR (1998), LODESTAR (1998) y FALLING STARS (2001), Se trata de una magna y épica saga del futuro cercano, una nueva «historia del futuro» al estilo de Heinlein.
Para un editor como yo y una colección como NOVA, el problema con esta serie de Flynn es la monumental extensión del primer libro de la serie: casi mil páginas que, evidentemente, habrán de aumentar en la traducción al español.
Por eso me he decidido por mostrarles antes la riqueza narrativa de Michael Flynn en otras obras suyas, siempre destacables y merecedoras de atención.
Hace poco fue con esa sorpresa que era EL NAUFRAGIO DE EL RÍO DE LAS ESTRELLAS (2003), una maravillosa, interesante y emotiva aventura de la más clásica space opera contada de una nueva manera.
Una sorprendente novela de ciencia ficción hard basada no tanto en la tecnología como en los personajes y sus complejas interacciones.
A la space opera clásica le era imprescindible una operación de cambio y remozado, algo parecido a lo que, por ejemplo, hizo Sin perdón por el western hace poco más de una década: mantener el tradicional interés por el aspecto aventurero pero, sobre todo, hacer descansar el valor de una obra en el tratamiento que se da a sus personajes. La vieja historia de los «perdedores» ha dado siempre mucho juego en la narrativa tradicional, y el western crepuscular no iba a ser una excepción. La space opera tampoco lo va a ser como demuestra brillantemente EL NAUFRAGIO DE EL RÍO DE LAS ESTRELLAS.
Mientras decidía si finalmente me atrevía o no con la edición en español de FlRESTAR (1996), Flynn publicó otra novela, precisamente esta EIFELHEIM (2006) que ahora les presento. Y no voy a comentarla yo, aunque podría hacerlo.
Me limitaré (y sin que sirva de precedente) a citar aquí lo que dijo de EIFELHEIM un gran conocedor como Orson Scott Card. Su admiración por esta última novela de Flynn viene avalada por su propio saber hacer narrativo y por su fundada experiencia de la dificultad que entraña lograr un acierto tan brillante como el de EIFELHEIM.
Ya en marzo de 2006, antes de que la novela llegara a las librerías, en esa página web en la que comenta todo tipo de obras (novelas, películas, obras de teatro, ensayos y todo lo que se tercie…), mi amigo Scott decía lo siguiente:
EIFELHEIM, de Michael E Flynn, puede llegar a ser la mejor novela de ciencia ficción de este año. Desafortunadamente, todavía no podéis comprarla, ya que la he leído en una copia de prueba enviada por el editor. Pero con el tiempo he descubierto que sí no escribo el comentario inmediatamente después de leer el libro, luego me veo obligado a releerlo, si es que al final me acuerdo de hacerlo… Por eso os lo digo ahora y podéis encargarla por adelantado on-line o reconocerla cuando la veáis en la librería.
En otras palabras, con mi floja memoria, deposito esa carga sobre vuestros hombros.
La recompensa, si os acordáis de hacerlo, es que vais a leer un libro fabuloso.
Flynn nos lleva con intensidad a dos mundos maravillosos: una aldea medieval en Alemania, donde el racionalismo y la cultura popular se ven forzadas a enfrentarse con una intrusión extraterrestre, y nuestro mundo moderno, en el que un historiador y una teórica de la física son capaces de cruzar los límites entre las respectivas especialidades y hacer juntos unos descubrimientos vitales.
En unos tiempos en los que el declinar de la ciencia ficción como género literario es un tema ampliamente comentado, es refrescante constatar la propuesta de Flynn, con una novela bien pensada para la que ha hecho una profunda investigación, una novela que nos conmueve y nos hace más listos tras haberla leído. ¿Con cuánta frecuencia encontramos una novela cuya lectura nos haga pensar: «Este tipo sabe de lo que está hablando»?
No es un libro fácil. Como El nombre de la rosa de Umberto Eco, espera del lector que absorba lenguajes, ideas y sistemas culturales muy distintos de los de la actualidad. Pero nada resulta enigmático. La dificultad procede del contenido que nos desafía, no de una escritura abstrusa. En realidad, Flynn es luminosamente claro.
Como no siempre ocurre en la ciencia ficción, esta novela incluye personajes memorables y adorables (no como los de hoy, que en general resultan irritantes, por desgracia).
Al final, descubrí que había acabado creyéndome la historia de los extraterrestres llegados a Alemania en el siglo XIV. Casi como me ocurrió cuando al acabar de leer Shogun, me sentí como si supiera hablar japonés (craso error). Quería que esa llegada extraterrestre pudiera haber sido verdad, de una manera extraña, casi semitrágica.
Y, como un entretenido tratado sobre las maneras de encontrar significado en la historia, EIFELHEIM es un libro excelente.
No creo que nadie se extrañe de que, tras leer este comentario de Scott Card, e interesado como siempre he estado en la obra de Michael Flynn, pidiera inmediatamente la novela a su agente español, la leyera, me sintiera sumamente de acuerdo con la opinión de Orson Scott Card sobre esta novela, y decidiera publicarla en NOVA cuanto antes.
Sé por experiencia que introducir un nuevo autor en España suele ser sumamente difícil. El lector español tiende a preferir una malísima novela de un autor ya conocido a una obra excepcional si todavía no le consta el nombre de su autor. Pero también sé que hay que insistir. El éxito actual de autores como el mismo Orson Scott Card, Lois McMaster Bujold, Vernor Vinge, Connie Willis, Neal Stephenson, Dan Simmons, Robert J. Sawyer y varios más que, poco ha poco, se han ido introduciendo incluso entre los lectores españoles acaba dándome la razón.
Mis últimas apuestas, por si alguien quiere saberlo, son el británico Jasper Fforde (EL CASO JANE EYRE y la incomparable serie protagonizada por esa también incomparable «detective literaria» llamada Thursday Next) o, en una vena más clásica y menos surrealista, este Michael Flynn del que ya les hemos ofrecido en NOVA EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS (1990 — NOVA número 167), EL NAUFRAGIO DE EL RÍO DE LAS ESTRELLAS (2003 — NOVA número 186) y este nuevo EIFELHEIM (2007 — NOVA número 208).
Como suele decirse, el que avisa no es traidor, y les aseguro que puedo ser muy insistente. Sobre todo cuando sé que mis cartas son buenas. Soy transparente y nunca me tiro un farol; Michael Flynn (al igual que Jasper Fforde en su terreno) es uno de los autores que, al menos hasta hoy, todavía no me ha decepcionado en ninguna de sus novelas, todas distintas, todas sugerentes y todas, a mi entender, merecedoras de su atención.
Por esto están en NO VA.