SILVANA PATERNOSTRO
Soledad & Compañía
Periodista nacida en Colombia, Silvana Paternostro es autora de los libros Mi guerra colombiana: una travesía por el país que dejé y En la tierra de Dios y del hombre: hablan las mujeres de América Latina y finalista del premio PEN/Martha Albrand. En 1999 fue nombrada una de los 50 líderes latinoamericanos para el nuevo milenio por Time/CNN por su voz innovadora. En 1996 recibió el premio Lange-Taylor por sus reportajes sobre Cuba. Sus artículos han aparecido en The New York Times Magazine, The Atlantic, The Virginia Quarterly Review, The Paris Review, El malpensante y Etiqueta Negra, entre otras publicaciones. Es miembro del World Policy Institute y del consejo editorial de la revista Bomb. Reside en Nueva York.
PRIMERA EDICIÓN VINTAGE ESPAÑOL, OCTUBRE 2014
Copyright © 2014 Silvana Paternostro
Todos los derechos reservados. Publicado en los Estados Unidos de América por Vintage Español, una división de Random House LLC, Nueva York, y en Canadá por Random House of Canada Limited, Toronto, compañías Penguin Random House. Originalmente publicado en español por Penguin Random House Grupo Editorial, S. A., de C.V. en 2014. Copyright de la presente edición en lengua castellano para todo el mundo © 2014 por Vintage Español, una división de Random House LLC.
Vintage es una marca registrada y Vintage Español y su colofón son marcas de Random House, Inc.
Las intervenciones de Luis Enrique García Márquez, Jaime García Márquez, Aida García Márquez, Margot García Márquez y Gustavo García Márquez fueron tomadas del libro Los García Márquez de Silvia Galvis, publicado por Arango Editores, Ltda., 1996.
Las intervenciones de Plinio Apuleyo Mendoza que aparecen en las páginas fueron tomadas de su libro Gabo: cartas y recuerdos, publicado por Ediciones B, 2013.
Información de catalogación de publicaciones disponible en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Vintage Español ISBN en tapa blanda: 978-0-307-95141-0
Vintage Español eBook ISBN: 978-0-307-95142-7
Diseño de portada: PRHGE/Nora Grosse
Imagen de portada: © Latinstock
Fotografía de la autora: © Ruven Afanador
www.vintageespanol.com
v3.1
Índice
A.C.
Antes de Cien años de soledad
D.C.
Después de Cien años de soledad
A Gabriel García Márquez y
a George Plimpton,
maestros, in memoriam
Me consuela, sin embargo, que alguna vez la historia oral podría ser mejor que la escrita, y sin saberlo estemos inventando un nuevo género que ya le hace falta a la literatura: la ficción de la ficción.
G ABRIEL G ARCÍA M ÁRQUEZ , Vivir para contarla
Prólogo
A principios de 2001, la revista Talk, recién fundada por la legendaria Tina Brown, me contrató para que preparara una historia oral sobre Gabriel García Márquez. Querían dos mil palabras que son, mal contadas y con fotos, unas tres o cuatro páginas. O sea, algo corto. Definitivamente no la biografía.
Me la pidieron porque, aunque vivo en Nueva York desde 1986, soy barranquillera de nacimiento y, por lo tanto, vecina del mundo imaginario de Macondo. Además, porque en el número de invierno de 1996 de The Paris Review publiqué «Tres días con Gabo», una crónica minuciosa de un taller de periodismo que García Márquez dictó en Cartagena y al que yo asistí como alumna.
Les propuse que, en vez de entrevistarme con jefes de Estado, estrellas de cine, hombres de inmensas fortunas con los que él a diario compartía, viajaría a Colombia a hablar con aquellas personas que lo conocieron antes de ser el legendario escritor latinoamericano. Cuando les dije que hablaría hasta con los personajes que aparecen en Cien años de soledad, refiriéndome a los «mamagallistas de La Cueva», inmediatamente me mandaron un boleto de avión que me dio mucha gracia, pues en el forro venía impresa la imagen del ratón Mickey. Talk era financiada por la Corporación Disney.
—Después de Colombia, tengo que pasar por México —me aventuré a decirle al editor—. Fue donde escribió la novela.
—Lo que necesites —me respondió.
La nota nunca salió publicada. Talk cerró en menos de dos años. La fórmula de mezclar farándula con periodismo y literatura no dio resultado. «¿Qué otra revista pone a Hugh Grant sin camisa en la portada y le dedica seis páginas a una sección seria sobre libros? —me dijo hace poco el editor que me la pidió—. Solo Tina hubiera pedido una historia oral de Gabriel García Márquez.»
Gracias al atrevimiento de Tina existen las primeras veinticuatro cintas de noventa minutos por cada lado con las que regresé a Nueva York y que quedaron huérfanas. Cuando en 2002 se editó Vivir para contarla, su libro de memorias, la revista El Malpensante publicó una versión más colombiana y extensa de la que había preparado para Talk. La titulé «Soledad y compañía», el nombre que en algún momento García Márquez le iba a poner a una compañía de producción de cine que quiso montar con unos socios colombianos. Con ese mismo título traducido al inglés publiqué otra versión en la edición conmemorativa de los cincuenta años de The Paris Review, que a su vez tradujo y publicó en México la revista Nexos en su número de la primavera de 2003. Pasó casi una década antes de que decidiera, en marzo de 2010, que era hora de volver a escuchar esas cintas y transformarlas en este libro.
Cuando terminé de oírlas, me di cuenta de que lo que tenía no era suficiente para un libro. Necesitaba llenar huecos. Por eso empecé una segunda ronda de entrevistas con quienes consideré que les darían contexto y cronología a las primeras voces.
Soledad & Compañía está dividido en dos partes. En la primera, «», aparece García Márquez premiado, celebrado e importante.
Sobre García Márquez se ha escrito mucho pero, por más que se escriba, la prosa del autor, la censura de sus recuerdos o el análisis del biógrafo pesan. La historia oral, el nombre formal de este género, deja que aquellos que estuvieron muy cerca de él nos describan a quien se convirtió en el escritor latinoamericano más importante, amante del poder y defensor hasta el último momento de Fidel Castro. Deja que nos cuenten cómo lo acogieron, lo ayudaron y lo vieron hacerse; permite que nos hagan sentir cuánto lo quieren o cuánto les molestaba; ellos solos, sin otros narradores ni adjetivos como intermediarios.
Este libro es pues un boleto de entrada para una fiesta en la que todos hablan, todos gritan, todos opinan y hasta dicen mentiras. Esa es la esencia de la historia oral, en la misma línea de la que George Plimpton hizo sobre Truman Capote. Este formato, que me cayó del cielo con aquella llamada imperiosa de Tina Brown, es formidable, pues es divertido e irreverente, es ligero y profundamente verdadero.
Pero hay que tener en cuenta que se trata de la versión de quien está hablando. Esta lectura es tan divertida como asistir a una fiesta y pararse a oír a los invitados hablar de García Márquez, y, como pasa en las mejores fiestas, algunos hablan más que otros. Están los gritones, los súper analíticos, los chistosos, los que cantan, los groseros y hasta los que se pasan de copas. En esta fiesta compartimos con la compañía que hizo posible la soledad que necesitó García Márquez para escribir sus