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Remedios Montero Martínez - Historia de Celia

Aquí puedes leer online Remedios Montero Martínez - Historia de Celia texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2004, Editor: ePubLibre, Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Remedios Montero Martínez Historia de Celia

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Es que si no contamos lo que hemos vivido nadie sabrá nada, ni lo que hemos vivido, ni los silencios, ni nada. Y Remedios Montero se quedaba mirando no sé dónde: a través de sus gafas y los ojos tan vivos abiertos detrás de sus cristales, estrujaba el pasado, aquellos días y noches de cuando era joven, casi una cría, y les compraba comida a los del monte”. (Alfons Cervera).

Remedios Montero Martínez Historia de Celia Recuerdos de una guerrillera - photo 2

Remedios Montero Martínez

Historia de Celia

Recuerdos de una guerrillera antifascista

ePub r1.0

Mangeloso 25.10.14

Título original: Historia de Celia

Remedios Montero Martínez, 2004

Retoque de cubierta: Mangeloso

Editor digital: Mangeloso

ePub base r1.2

A mi compañero Florián García y a todos los hombres y mujeres que han sido - photo 3

A mi compañero Florián García y a todos los hombres y mujeres que han sido perseguidos, torturados y muertos por luchar y amar la libertad.

A mis queridos amigos Alfons Cervera y Juana Romero, por la gran ayuda que me han prestado para que este libro haya sido posible.

A Dulce Chacón, mi Dulce, mi querida Dulce…

REMEDIOS MONTERO MARTÍNEZ CELIA nació en Beamaud de la Sierra Cuenca Era - photo 4

REMEDIOS MONTERO MARTÍNEZ «CELIA» nació en Beamaud de la Sierra, Cuenca. Era uno de los siete hermanos de una familia campesina. Su padre era guarda forestal. Terminada la Guerra Civil Española la familia se convierte en apoyo de los guerrilleros en la Serranía de Cuenca. Huye tras ser delatada por un conocido incorporándose ella también a la guerrilla. A principios de los 50 es detenida y llevada a la cárcel modelo de Valencia, donde permanece durante ocho años. Tras ser puesta en libertad huye a Francia. Remedios retorna a España en 1978 y en 2003 decide contar su experiencia en un libro de memorias: Historia de Celia.

Prólogo

Alfons Cervera

Es que si no contamos lo que hemos vivido nadie sabrá nada, ni lo que hemos vivido, ni los silencios, ni nada. Y Remedios Montero se quedaba mirando no sé dónde: a través de sus gafas y los ojos tan vivos abiertos detrás de sus cristales, estrujaba el pasado, aquellos días y noches de cuando era joven, casi una cría, y les compraba comida a los del monte. La conocí hace años, cuando publiqué mi novela «Maquis», y desde entonces no he parado de escuchar sus historias, el tiempo de una vida recorrida a contracorriente, a leves saltitos de ave líquida sobre los remolinos concéntricos del agua alborotada. Un día se lo dije: si tú no escribes todo eso nadie sabrá nada y la historia de aquel tiempo, la vuestra y las pequeñas o grandes historias que surcaban los alrededores, seguirán contándola a su manera los vencedores de la guerra.

Un día me acercó un manojo de folios: diecisiete. Ahí está mi vida, dijo. Leí esas páginas, contenidas, estrechamente ligadas a su manera humilde de recordarse como era entonces. Nunca he visto el miedo y la inocencia más apretujados, menos dispuestos a ocupar el espacio que el miedo y la inocencia siempre comparten con la valentía, mejor contados con unas palabras directamente volcadas al papel desde el recuerdo. Aun así, allí no estaba todo: nunca está todo en ningún sitio —y menos en el recuerdo—, pero a la vida que Remedios me contaba le faltaban los renglones intermedios, tan imprescindibles como los otros a la hora de hacer un balance definitivo, más o menos, de lo que ha sido su vida hasta ahora mismo. Escribe más. No sé escribir más, ahí está todo. Escribe más. Y le señalaba párrafos enteros para que los fuera llenando de tiempo, de gente, de lugares, de esa memoria nuestra que nos hace falta completar con la memoria de quienes nos acompañaron en el viaje. Escribe más. Escribe. Vale, seguiré escribiendo.

Ahora tenemos en las manos «Historia de Celia», el libro que poco a poco, con esa lentitud sabia y paciente de las tortugas en sus cien años de vida, Remedios Montero ha acabado escribiendo para contarnos un pedazo de tiempo que hasta hace cuatro días estaba siendo bastardeado por los mercenarios escribas del franquismo. La guerra y la posguerra eran un cuento de hadas en su boca y las torturas y asesinatos del fascismo vencedor se traducían en un relato heroico donde se apuñalaba sin pudor de ninguna clase los valores que encarnaba la República y el recuerdo de quienes la defendieron. Luego, cuando el horror agonizó en esa muerte impúdica, entubada hasta el escarnio, del dictador, llegarían el olvido, los pactos entre izquierdas y derechas rubricados por la amnesia. Y de nuevo, aquel tiempo del monte, de la guerrilla antifascista, se quedaría en el rincón más oscuro de la memoria. Una vez más se cumplía el veredicto: lo que no se cuenta es como si no hubiera existido.

Las cosas fueron cambiando, sin embargo. Y libros como éste, y tantos otros parecidos, nos hacen falta para que el olvido no siga haciendo de las suyas. «Me llamo Remedios Montero y nací en Beamud de la Sierra, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca. En guerrillas mi nombre era Celia». Es el principio. Las primeras líneas. Ojalá esas y las que siguen, hasta el final de sus páginas, no fueran las últimas. Ojalá.

Gestalgar. La Serranía (Valencia)

Febrero de 2004

Me llamo Remedios Montero y nací en Beamud de la Sierra, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca. En guerrillas mi nombre era Celia.

No pensaba escribir nada porque la verdad es que no sé muy bien cómo hacerlo.

Al fin mis amigos me han convencido de que lo haga, porque dicen que lo bueno de la Historia no es lo bonita que la cuentes sino escribir la verdad de los hechos. Creo que tienen razón y me decido a escribir lo que recuerdo, porque pienso que nuestra juventud sabe muy poco de las cosas tan terribles que sucedieron en la posguerra de nuestro país. Es bueno que sepan la historia tal y como fue y no como la han disfrazado los «vencedores». De esta forma se podrá luchar mejor para que nunca vuelvan a suceder aquellos terribles acontecimientos que tanta sangre y vidas costaron.

Yo creo que sin el conocimiento del pasado, el presente no tiene porvenir. Ojalá esto lo tuviéramos siempre en cuenta.

Ya he dicho que nací en Beamud y de este pueblo eran también mi padre, Eustaquio Montero, y mi madre, Remedios Martínez. Pero nunca vivimos allí.

Mi padre era guarda forestal. Por eso vivíamos en una casa en el centro de los pinares, lejos de alguna población. La más cercana era Cuenca, que distaba de casa unas tres horas, y que es donde mi padre iba siempre a comprar lo que necesitábamos. Lo hacía con un caballo que teníamos porque por allí no podían circular coches u otros vehículos. Había dos pueblos cerca, Valdemoro de la Sierra y Beamud, donde nacieron casi todos mis hermanos. Cuando mi madre iba a dar a luz la subían a Beamud, ya que aquí había médico; después volvía a casa con su retoño y ya no nos movíamos de allí.

Mi padre era un hombre alto, fuerte y con un gran sentido del humor, donde él estaba se hacía notar por sus bromas y su buen carácter. Era un hombre bueno. Yo le recuerdo rodeado de amigos que cuando venían a casa nunca tenían prisa por marcharse. Le gustaba ayudar a todo el mundo y tratar con respeto y afecto tanto a los demás como a todos nosotros en casa. Así recuerdo yo a mi padre. Él era de izquierdas, del sindicato de la UGT, por eso no nos costó mucho seguir su ejemplo y ver que ese ideal era justo y todos seguíamos luchando siempre por aquello que él nos enseñó.

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