ACERCA DE ESTE LIBRO
El libro que tienes en tus manos está dirigido a todo tipo de lectores, a los más sensibles pero también a los más fuertes. Es delicado y provocador, emocional y realista. Pretende informar, inspirar y motivar. Quiere animar a encontrar nuevos caminos, a aceptarse a sí mismo y a los demás... sea cual sea nuestro grado de sensibilidad. Lo esencial: alta sensibilidad + fortaleza.
Este libro no es un manual de psicología, sino un cóctel inspirador compuesto de informaciones objetivas e historias reales, una recopilación de consejos prácticos y una obra de consulta emocional para la vida diaria. Un libro que quiere acompañarte en tu camino hacia una vida en la que la alta sensibilidad se convierta en un punto fuerte, un libro que busca darte un impulso práctico y descubrirte nuevas perspectivas. Puedes leer el libro de delante a atrás, de arriba abajo, de un lado a otro, o simplemente dejando que tu intuición decida dónde empezar a leer. Tu manera de avanzar dependerá de en qué punto te encuentres en ese momento. Tres ejemplos, a modo de sugerencia:
Escenario 1: ¿Tienes mil interrogantes en la cabeza y te cuestionas si eres altamente sensible? En la primera parte del libro encontrarás la información que estás buscando.
Escenario 2: ¿Conoces ya el fenómeno de la alta sensibilidad y te preguntas cómo viven otros su día a día? Entonces te recomiendo la segunda parte del libro. En ella encontrarás numerosas historias reales en las que personas altamente sensibles cuentan cómo se han enfrentado a determinadas situaciones, cómo las han superado y qué han aprendido de ellas. Si eres altamente sensible no solo experimentas muchas sensaciones, sino que también lo vives todo con mayor intensidad. Así que tómate tu tiempo para procesar todo lo que debes asimilar. ¿Por qué? Muy sencillo: así despejarás el camino para aceptarte a ti mismo y a los demás. Sustituir la frustración por la satisfacción es, en definitiva, mejor que una lucha continua con las realidades de la vida. Pero, incluso cuando uno ya no lucha contra el mundo, quedan por superar los desafíos de la alta percepción.
Escenario 3: ¿Ya has reconocido tu alta sensibilidad y has reflexionado sobre ella? Entonces entra en juego la tercera parte del libro. Aquí encontrarás recursos, estrategias y todo lo que hace fuertes a las personas altamente sensibles. Solo tienes que dar un paso más y atreverte a integrar en tu vida diaria lo que te beneficia. Así podrás vivir siendo sensible y fuerte a la vez, y alcanzarás tus objetivos, en vez de estar siempre persiguiéndolos.
Este libro ofrece amor, sensibilidad, empatía y reflexión... y mucho ánimo para considerar las cosas desde otra perspectiva. Acompañan al texto imágenes en blanco y negro de mi fondo como fotógrafa: los motivos son unas veces tranquilos y relajantes, otras inspiradores o provocadores. Este libro no ha salido de la pluma de una psicóloga y no sustituye a una terapia o un coaching . Si te encuentras en una situación en la que notas que no puedes seguir adelante solo, te recomiendo que recurras a la ayuda de un profesional. Yo escribo desde mi experiencia personal y como embajadora de la alta sensibilidad. Mi objetivo es el de animarte a vivir de forma auténtica, tratar abiertamente contigo mismo y con los demás y asumir la responsabilidad sobre ti mismo y tu bienestar. Quiero compartir conocimientos y experiencias e inspirarte para que analices de forma crítica las convenciones sociales. Me gustaría dar a conocer el fenómeno de la alta sensibilidad para que todo el mundo, independientemente de su grado de sensibilidad, adquiera una nueva perspectiva sobre este fenómeno. Y quien sienta curiosidad por conocer algo más sobre la mujer que ha escrito este libro sabrá leer entre líneas que esta obra es también muy personal. Pero no podría hacerlo de otra manera. No puedo prescindir de la proximidad, la autenticidad y las emociones. ¿Y tú?
MENSAJES DE LA ALTA SENSIBILIDAD
¿Sensible y fuerte? Parecen conceptos opuestos: como fuego y agua, dulce y salado o claro y oscuro. ¿Cómo pueden ir juntos? ¿Y a quién le gusta reconocer que es altamente sensible cuando lo que se lleva es estar disponible y en forma las veinticuatro horas del día? ¿Mostrar debilidad? No parece una buena idea. De acuerdo: ser sensible no es precisamente sexy. ¿O sí? Tener la piel muy fina es considerado poco profesional. Y el exceso de emociones resulta un estorbo, sobre todo en el trabajo. La vida no es fácil. Solo triunfan los tipos duros. Ya dormirás cuando estés muerto. De acuerdo, así son las cosas. De lo contrario, las personas poco sensibles no lanzarían continuamente dardos verbales como estos:
• ¡Te lo tomas todo a la tremenda!
• ¡No te pongas así!
• ¡Eres demasiado sensible!
• ¡No digas tonterías!
• ¡Lo haces todo muy complicado!
• ¡No hagas caso de lo que te digan!
• ¡Relájate!
• ¡Qué tontería!
• ¿Por qué no pones un poco de tu parte?
• ¡Tienes que adaptarte!
• ¿Tienes que estar siempre quejándote por todo?
• ¡No te lo tomes todo tan a pecho!
• ¡Sobre los cobardes no hay nada escrito!
• Tienes que ser más realista.
• ¡Eres un aguafiestas!
• Son imaginaciones tuyas.
• ¿Por qué eres así?
• ¿Y tú cómo lo sabes?
• ¡Ves fantasmas donde no los hay!
• ¡No seas tan susceptible!
¿Has escuchado alguna vez una de estas frases? ¿O se la has dicho a alguien? Yo algunas las conozco muy bien, porque las he oído con frecuencia. De otras he tenido conocimiento en mis entrevistas con personas sensibles o altamente sensibles. Las palabras tienen fuerza y, en mi caso, tuvieron el mismo efecto que un arma. Dejaron heridas. Cuando escuchamos este tipo de frases con regularidad durante la infancia, acaban afectándonos. Y los niños sensibles perciben que sus necesidades son diferentes a las de otros niños.
Hay una fiesta de disfraces en la guardería. Artur se agarra con fuerza a la falda de su cuidadora favorita. Necesita algo donde apoyarse porque hoy todo es diferente. Hay mucho ruido, todos están muy alborotados y no paran de ir de un lado a otro. De pronto, cuando explota uno de los globos rojos, el pequeño de ojos despiertos se da un gran susto y se echa a llorar. Su pequeña vida infantil se ha puesto patas arriba. No entiende por qué a los demás niños les resulta tan divertida esa fiesta de disfraces. A él le gustaría estar en casa.
Esta historia refleja una de las clásicas situaciones que viven los niños altamente sensibles. Según nos vamos haciendo mayores, se suman además reacciones de incomprensión y «dardos verbales». Y llega el momento en que se añade la sensación de ser distinto a los demás: una sinvergüenza llamada «auto-duda».