Catalina Zapata - Disciplina para niños pequeños: El poder de la crianza positiva y una comunicación saludable en la vida cotidiana de su hijo

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El poder de la crianza positiva y una comunicación saludable en la vida cotidiana de su hijo

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CATALINA ZAPATA

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Índice

Introducción

L a disciplina es un arte. Se trata de mostrar a los seres humanos cómo adherirse a ciertos comportamientos a través de técnicas como el refuerzo positivo y el amor incondicional, que es el afecto sin limitaciones ni condiciones. Es importante ser creativos al aplicar las diversas técnicas de disciplina con amor incondicional, porque los seres humanos reaccionan a la disciplina de manera diferente, dicha reacción depende de su temperamento, heredado y creado a través de la naturaleza y la genética, y de su entorno doméstico a través de la crianza. Lo que funciona para un niño puede no funcionar para otro.

Sin una disciplina amorosa, un niño pequeño eventualmente podría volverse un adulto desquiciado, metiéndose en problemas por no tener bien cimentada la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Esto sería difícil para su familia, para la sociedad y para el adulto indisciplinado, ya que entrará en constantes desacuerdos con los demás por su carácter rebelde. Lo último que alguien quiere es que, debido a la falta de amor y disciplina, su hijo termine en prisión y aparezca en el programa televisivo “Beyond Scared Straight”.

La tarea principal de un padre es amar incondicionalmente al niño. Debe enseñarle a su hijo, a través del amor incondicional y la disciplina positiva, cómo adoptar comportamientos y hábitos saludables que lo ayuden a prosperar y progresar en la vida. Cuando el niño tiene la capacidad de aprenderlo, alrededor de los seis meses, es cuando puede iniciar este entrenamiento. Esto ocurrirá tan pronto como un niño tenga la edad suficiente para entender las palabras sí y no. La forma en que entrene y discipline con amor a su hijo es lo que marcará la diferencia en su vida, y con amor incondicional, el niño prosperará. Recuerde, amar incondicionalmente significa aceptar al otro con todas sus imperfecciones, tal como es en este momento.

Un aspecto que voy a discutir en este libro es cómo lograr un equilibrio saludable en la disciplina, llevada a cabo con amor incondicional. Si el padre es demasiado estricto y autoritario en su estilo de crianza y disciplina, el niño podría rebelarse y meterse en problemas de algún tipo. Por otro lado, si el padre es demasiado indulgente y complaciente, el niño podría pensar que no habrá consecuencias para sus acciones. Esto también podría causarle problemas al niño en el futuro. Parecería que la disciplina es algo muy matizado, depende de cada niño y de su nivel de desarrollo. Sea como fuere, amar incondicionalmente significa amar y aceptar al niño. En otras palabras, su amor y cuidado deben ser consistentes, independientemente del tiempo, lugar o situación.

El momento en que más sencillo es enseñar al pequeño ocurre cuando aún se encuentra en los años formativos, en parte porque el niño todavía no ha sido influenciado por el mundo. Además, su mente está más abiertas a sugerencias, ya que todavía está creciendo y su comportamiento es más maleable y adaptable en comparación con la mayoría de los adultos.

Los niños pequeños necesitan más estructura, orientación y disciplina amorosa, pero positiva, para aprender a comportarse y a tratar a los demás. De lo contrario, un escenario probable podría ser similar a la película “Daddy Daycare”, donde hay un desenfreno de los niños de la guardería, pues logran hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran. Es cuando debe entrar en juego un modelo positivo que marque la diferencia.

Los padres positivos emplean una crianza positiva para enseñar y disciplinar a sus hijos a través del amor y la disciplina. La crianza positiva es muchas cosas, pero lo más importante:

E n otras palabras, la crianza positiva se realiza a través del amor incondicional y la disciplina a través de las acciones que los padres emprenden para enseñar y convertir a dicho niño en un adulto totalmente responsable que puede gobernarse a sí mismo. Esto podría incluir acciones como enseñarle a ir al baño a través de técnicas de refuerzo positivo, como alabarlo por un trabajo bien hecho. En última instancia, la crianza positiva, el amor incondicional y la disciplina van de la mano porque dan a los niños una estructura para aprender y crecer como individuos completos. Es decir, la disciplina amorosa y el cuidado incondicional se ponen en acción dentro de la crianza positiva no para que se les facilite la vida a los padres controlando a sus hijos, sino para el beneficio total de los niños. En general, el enfoque lo es todo cuando se trata de la disciplina de un niño, especialmente de un niño pequeño.