ARGENTINA
VREditoras
VREditoras
VR.Editoras
MÉXICO
VREditorasMexico
VREditoras
VREditorasMexico
A menudo enfrentamos conflictos importantes en nuestra vida. Y ese dolor, esa frustración o ese desencanto nos hacen creer que nuestros sueños están muy lejos de cumplirse o que incluso son inalcanzables. Sin embargo, en mi trayectoria como terapeuta he podido ver que todos tenemos el potencial para lograr lo que anhelamos y superar los periodos de confusión y estancamiento.
No te voy a mentir, el camino no es sencillo. Llegar a la meta requiere trabajo duro, constancia y huevos, muchos huevos. Pero te aseguro que el resultado vale el esfuerzo.
El libro que tienes en tus manos nació de un deseo de ayudarte a identificar las emociones que detienen tu crecimiento, pero también las que te impulsan. Es una invitación para que busques en tu interior y, a la vez, una guía que te acompañará en tu exploración personal.
Tenemos lo que creemos merecer. Por eso es tan importante que aprendas a conocerte. Si no eres consciente de lo que sientes, piensas y cómo te percibes, te expones a repetir errores dolorosos o, también, a caer en trampas emocionales que tan solo te desgastan. Lo que estas páginas ofrecen son herramientas y estrategias que te ayudarán a abrirte a nuevos modos de sentir y de actuar, para que consigas los resultados que buscas.
En cada capítulo me he propuesto compartirte mi experiencia como terapeuta y conferencista especializada en crecimiento personal. Además de mi conocimiento, me apoyo en las vivencias de otras personas que, igual que tú, se han arriesgado a confiar en ellos mismos para superar situaciones difíciles o conquistar sus metas.
A lo largo de tu lectura verás que recopilo las dos caras de una emoción para que identifiques dónde estás parado y qué camino tomar para llegar a tu meta. Comienzo presentándote el lado negativo (indecisión, miedo, estrés, etc.) porque generalmente es nuestro punto de partida. Después te brindo consejos, estrategias y ejercicios que te ayudarán a cambiar o abandonar esos afectos nocivos. Posteriormente, te presento la cara positiva de esa emoción, los beneficios que la acompañan, cómo trabajar para integrarla a tu vida cotidiana y, al final, te dejo algunas actividades para que lleves a la práctica la información que revisamos.
Desde ya te anuncio que es muy importante que pongas en acción lo que aprendas en estas páginas. De otro modo, todo se va a quedar en buenos deseos e intenciones.
Ya diste el primer paso para cambiar. Este libro que tienes en tus manos es el mejor testimonio de que anhelas crecer. Ahora, ¡atrévete a llegar hasta la última página!
El cambio que buscas no implica dejar de ser quien eres. En realidad, es algo mucho más sencillo. Consiste en saber cómo reaccionas a las situaciones que se te presentan día a día.
Mi énfasis está en tu vida cotidiana, porque ahí es donde se construyen los cambios significativos. No importa tu edad ni a qué te dediques, tampoco tus estudios o dónde vives, lo decisivo es que quieras transformarte y crecer.
Hay que tener más huevos que esperanza es un viaje de emociones positivas y negativas por una razón muy importante: porque representan la postura que tomamos ante la vida. Indican nuestra forma de responder a las exigencias del entorno y a nuestros propios sueños. Reconocerlo es un potente motor de cambio.
Te propongo que mientras leas te concentres en tus acciones presentes, porque ellas son las que en realidad afectan tu futuro. Toma la canasta de huevos que te ha regalado la existencia y deja las quejas, las dudas y la culpa para otro momento. Concéntrate en lo que tienes hoy en tus manos. Enfócate en conocerte. Considéralo un espejo que te ayudará a verte con mayor claridad. Te prometo que no te arrepentirás. Y cuando termines, mi más profundo deseo es que te encuentres con esa persona que siempre has querido ser. Más plena. Dueña de sí misma. Realizada. Feliz.
TOMA LA CANASTA
DE HUEVOS QUE TE HA
REGALADO LA VIDA Y
CONFÍA EN TI PARA SUPERAR
SITUACIONES DIFÍCILES O
CONQUISTAR
TUS METAS.
Un día la vida me propuso cumplir mi mayor sueño. Obviamente, no me lo esperaba. Desde hacía mucho tiempo anhelaba ser conferencista. Quería transmitirle a la gente los temas que veo a diario como psicóloga y neuropsicoeducadora, sobre todo compartirle que nuestro potencial humano no es rígido ni limitado.
Recuerdo claramente la llamada de mi mejor amigo: “Oye, Mónica, ¿de verdad quieres ser conferencista?”. Ni siquiera dudé. Era mi sueño. Y al contarte esto aún tengo frescas sus palabras: “Pues tengo la oportunidad de tu vida”.
Resulta que a uno de sus clientes le acababa de cancelar el famoso conferencista que habían contratado para un evento que tenían a la mañana siguiente. “¿Te subes o te bajas?”, sentenció. Tenía frente a mí la oportunidad que tanto había deseado. No poseía experiencia hablando en público y, vamos, ni siquiera sabía usar PowerPoint para armar mi presentación, pero tenía el tema perfecto: el miedo. “Me subo”, le respondí, sin saber en qué me había metido realmente.
La cita era temprano en un gran hotel de la Ciudad de México y la noche anterior no dormí nada. Jamás en mi vida había sentido tanto miedo como esa vez, porque salieron a confrontarme cientos de dudas y temores: “¿Y si no puedo?” o “¿Y si la gente no me acepta?”. Seguro sabes a qué me refiero.
Total que llegó el día y me presenté en el salón de la conferencia para las pruebas de sonido. En mi desconocimiento y emoción había olvidado preguntarle a mi amigo para cuántas personas iba a ser la charla. Cuando vi el escenario, entendí la magnitud del reto que tenía enfrente. En mi cabeza había imaginado una audiencia de 30 o 50 personas, pero en realidad había más de cuatro mil. El evento era para una importante empresa de ventas multinivel y en ese escenario se habían presentado artistas y expertos de renombre.