The Cosmovisioners - Ikigai: Los secretos orientales para la longevidad explicados con el cine y la cultura pop

IKIGAI

Los secretos orientales para la longevidad explicados con el cine y la cultura pop

INTRODUCCIÓN

N o hay duda de las grandes diferencias entre la cultura oriental y la occidental; son opuestos geográficamente y en cuanto a ideales, eso se debe a que a diferencia de nosotros, ellos tienen arraigado en su rutina las enseñanzas ancestrales que efectúan desde la arquitectura y organización de sus hogares, su dieta y como manejan los conceptos de familia y honor.

Por eso mismo, occidente sigue fascinado con oriente, tratando de aprender más sobre ese pensamiento milenario que los ha ayudado a tener vidas con mejor salud mental como física. En occidente, específicamente en el continente americano, las tradiciones indígenas ancestrales quedaron opacadas ante la colonización europea; esos secretos de tantos siglos no se mantienen vivos en la mayor parte de la población a diferencia de la contraparte asiática.

Occidente maneja como pilar “el éxito” como motor de la vida; una extenuante carrera donde el ser humano debe estar pendiente de sus logros exteriores, descuidando muchas veces todo lo referente a lo interior, a lo retrospectivo. Nuestra cultura normaliza el desgaste laboral en una profesión no deseada en vez de cultivar los talentos y gustos desde la infancia para que aquella actividad que se escoja con el fin tener un sustento económico no sea una tortura.

A nuestro alrededor tenemos estas enseñanzas de oriente, pero las tomamos como mero entretenimiento. Karate Kid, Star Wars, DragonBall Z y producciones de Pixar como Ratatouille o Soul siguen la filosofía del budismo Zen en sus narrativas cinematográficas, podremos aprender mucho al prestar atención a sus historias y aquí las repasaremos. Al igual que muchos testimonios de personas de Japón que han alcanzado los 100 años llenos de dicha y han estados dispuestos a compartir sus secretos.

Ikigai es un concepto japonés tan importante que lo acuñaron en una sola palabra; Iki significa vida y gai se traduce de muchas formas, pero la acepción más cercana es razó n. La razón de vida, la felicidad en las ocupaciones. El psicólogo inglés Francis Galton planteó una hipótesis a finales del siglo XIX destacando que los rasgos de la personalidad de una cultura, entre más importantes psicológicamente, se expresarán con solo una palabra. Ikigai por eso mismo es un concepto tan trascendental dentro de la cultura japonesa. Si obtienes ikigai; tendrás una vida más plena donde no tendrás una constante ansiedad, no te compararás con otros, aprenderás a estar más enfocado en tus tareas pero también en elementos de la naturaleza o tu propia comida, aquí aprenderás a disfrutar más de la comida; encontrar el ikigai te ayudará a la salud, podrías dejar un vicio gracias a hallarlo y tener una figura ideal gracias al goce por el deporte que genera el ikigai, pero lo principal es que encontrás un motor de vida, una forma de adaptarse incluso ante tragedias para que tu mente permanezca fuerte y que siempre se levante; de hecho a la mayoría de personas les cuesta levantarse de la adversidad o de su cama en la madrugada.

¿Te ha costado levantarte en las mañanas? Probablemente sí y no solo un par de veces, es algo común en esta parte del mundo, pero no solo por una mala noche de sueño, la mayoría de individuos no logran tener ese impulso interior, esa chispa de energía matutina que encenderá su luz a lo largo del día. Eso es precisamente el Ikigai; lo que te va a ayudar a levantarte en las mañanas, la actividad por la que no te costará madrugar, pero el Ikigai no algo individual, sino es un cúmulo de experiencias que puedes tener a lo largo del día; por eso no solo es lo que te hará despertar motivado si no te motivará a lo largo del día ya que el Ikigai cambia el estilo de vida para apreciar más pequeños detalles, anular el ego o la ansiedad, y disfrutar el presente; todo eso generará una vida más dichosa y por lo tanto una más longeva. Pongamos un ejemplo:

Un hombre desea bajar de peso y debe trabajar para tener techo y comida en su mesa; el hombre se propone despertarse temprano a correr, pero la actividad física no lo motiva, solo la meta (adelgazar), por lo que varias mañanas lo pospone. Del mismo modo, el hombre que escogió una carrera con una amplia oferta laboral, pero esta profesión no se acerca a su verdadera vocación, no era algo que disfrutaría de niño. Aquí hay que aclarar que no solo oficios como pintar o bailar son válidos como los que gozaría el niño interior; los niños tienen diferentes habilidades, incluso aquellas que incluyen los números y cálculos; un niño que le gusten los acertijos está usando lógica matemática, por ejemplo. Uno de los Ikigai de este hombre será encontrar la actividad física que disfrutaba de niño, esa por la que no le costaría madrugar

Entonces, este hombre tiene una obligación con su organismo para no pasar hambre y frío, las necesidades básicas de un ser vivo, pero se descuida la parte anímica y emocional. En otros ejemplos tenemos a una mujer que pudo escoger una profesión basada en una habilidad que ella hacía bien y se sentía cómoda, pero siente un vacío que desea llenar con un hobby de su juventud. Esta chica tiene un gran problema sobre la competitividad: en su trabajo, ella creerá que es de las peores en su oficio y en su empresa al ver los logros de otros; ella se sentirá defraudada consigo misma y no disfrutará su día a día. Algo similar le ocurrirá con su hobby, en el cual se comparará con otras personas que lo realizan, su camino personal quedará truncado ante estos sentimientos. Ella al encontrar su Ikigai podrá ser capaz de anular el ego que la hace compararse y sentirse insegura para concentrarse en su proceso personal no centrado en el éxito exterior sino en la satisfacción interior.

Por último, tenemos dos niños que en el colegio que practican instrumentos musicales; el chico está feliz aprendiendo a tocar bajo y ella goza ser segunda flautista en la banda, pero su maestro comenzará a condicionarlos, diciéndole a él que debe apuntar a ser un guitarrista eléctrico para hacer solos durante los conciertos y ganarse aplausos mientras que a ella le dirá que no se conforme con ser la segunda sino debe ser la primera flautista. Esa presión llevará a los niños por un camino equivocado, donde podrían llegar a odiar su talento gracias a la competitividad sin sentido ya que el objetivo no son los aplausos o estar en primera fila de una orquesta sino disfrutar de lo que se hace (ikigai); a veces se escoge mal la actividad como el hombre que desea adelgazar o en cambio a la actividad correcta se le agrega un filtro que crea inseguridad como la mujer con su hobby, y eso es perjudicial para la salud.

En este libro te ayudaremos a que no cometas los mismos errores repetitivos en la sociedad occidental para que encuentres una razón para que te levantes de la cama, sorprendiéndote a ti mismo de hacerlo a pesar del natural cansancio corporal; que los bostezos no impidan que empieces tu día con una actitud nunca antes vista gracias a Ikigai. Realmente es muy importante que te sumerjas en esta sabiduría; vivimos en un mundo lleno de estrés, de egos y de presiones autoimpuestas que generan enfermedades, el hecho de que encuentres ikigai te ayudaría a prevenir muchas aflicciones pero también resistir; vivirías mejor tu presente y estarías blindado para el futuro; muchas personas ahorran dinero para su pensión en tu vejez, tu estarías teniendo una pensión pero de vitalidad y felicidad con el ikigai.