HeatherAsh Amara, nos enseña que la transformación se puede encontrar aceptando los cambios que ocurren en nuestras vidas en lugar de luchar contra ellos.
Nos explica como los cuatro elementos primordiales, aire, fuego, agua y tierra, no solo corresponden a nuestra vida material, sino que son en realidad símbolos de nuestro interior. Aprovecha su poder y te transformarás de forma radical, consiguiendo la gran libertad.
Libro eminentemente práctico, con ejercicios y meditaciones que te guiaran hacia tu objetivo, hacia tu libertad.
Espero que estas palabras ayuden a todo el mundo a encontrar el equilibrio mental, espiritual, emocional y corporal, y regresar a su auténtico centro divino.
Todo ser humano tiene cuatro dones: la conciencia de sí mismo, conciencia moral, voluntad independiente e imaginación creativa. Estos dones nos proporcionan la libertad humana. El poder para escoger, para actuar, para cambiar.
Introducción
En cada uno está el mundo entero, y si sabes cómo mirar y aprender, entonces la puerta la tienes delante y tienes la llave en la mano. Nadie excepto tú puede darte ni la puerta ni la llave.
K RISHNAMURTI
Freedom (libertad).
Esta palabra promete el fin de la servidumbre. Su origen en el antiguo inglés y alemán señala incluso algo más profundo, que lo relaciona con la palabra friend (amigo), a través de una raíz que comparten que significa «amar».
A veces, usamos la palabra libertad para expresar la habilidad de movernos por el mundo sin restricciones y de expresarnos libremente. Podemos vivir donde queramos, relacionarnos con quien queramos y leer libros como este de tal modo que nunca deberíamos tomar nada por sentado. Este tipo de libertad externa es increíblemente importante. Pero el tema de este libro va más allá.
Este libro trata de otro tipo de libertad, una que solo procede del interior. Se trata de la liberación de la negatividad interna, del autoenjuiciamiento tan dañino, de las creencias limitadoras y del dolor emocional de experiencias pasadas. Es la libertad que nace de una amistad profunda con tu ser más auténtico, en el que nuestras creencias y acciones proceden de un lugar en el que hay, más que miedo, amor. Esta es la libertad que hace que se te abra el corazón, que bombea coraje en tus venas y trae conocimiento acerca de lo que sucede en el mundo, en lo que no tenemos voz ni voto, pero que sí podemos elegir cómo actuamos respecto a ello.
Esto es lo que denomino Gran Libertad.
En mi opinión, cada uno de nosotros nace con gran libertad. Se puede ver en los ojos de un recién nacido, que no reflejan ni una pizca de juicio o autocrítica, sino asombro, curiosidad y gratitud. Sin embargo, cuando crecemos, las cosas empiezan a cambiar. Empezamos a construir muros a nuestro alrededor basados en miedos, creencias y experiencias traumáticas. Si miramos atrás, observamos que algunas de estas paredes eran necesarias en su momento, nos protegieron y nos mantuvieron a salvo. Pero si no nos damos cuenta de ello, estas paredes protectoras se convierten en una prisión y nos separan no solo de los peligros potenciales, sino también de la alegría y de la conexión.
Uno de los beneficios de ser adulto es que te puedes liberar de estas reclusiones y escoger cómo quieres vivir. Puedes construir la casa de tus sueños y vivir con gran libertad. Ahora mismo.
Imagínate a ti mismo como una casa. Tu mente, tu cuerpo y espíritu están contenidos en esta forma física. Has estado construyendo la casa de ti mismo desde tu infancia, muchas veces basándote en los diseños de otros. Ahora, como adulto, si tuvieras todos los recursos a tu disposición para remodelar tu vida, ¿cómo lo harías?, ¿cómo sería tu casa que expresara la gran libertad como un derecho natural?
Cuando sea que empieces con cualquier proyecto de remodelación, el primer paso es evaluar la estabilidad de la estructura actual. ¿Las puertas de tu casa interior se basan en una conexión duradera con tu verdad interior? ¿O están mal equilibradas en creencias falsas y obsoletas que has creado o que te traspasaron en la infancia? Unos cimientos internos temblorosos abren paso a la ansiedad, al miedo y a un sentimiento de escasez que se impone en toda tu casa.
Nuestros cimientos actuales se crearon en una edad temprana, a veces a partir de sucesos nimios que tienen un gran impacto en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Una vez entendemos la mecánica de cómo fue construida nuestra antigua casa, tenemos los conocimientos para ponernos manos a la obra y empezar a reconstruirla nosotros mismos.
CIMIENTOS DEFECTUOSOS
Cada uno de nosotros está formado por ciertas experiencias centrales. La siguiente historia es un ejemplo de una situación que activa temas comunes que muchos de nosotros experimentamos en una edad temprana: la decepción, la confusión y el miedo. A medida que lo vayas leyendo, mira si puedes recordar experiencias tuyas en una edad temprana que te generaron sentimientos similares.
Tengo tres años y estoy jugando con mi revoltosa hermana de ocho años. Estamos riendo y corriendo alegremente por toda la casa, imitando a un pájaro con los brazos y con los pies apenas tocando el suelo.
De repente, oigo un ruido fuerte detrás de mí; me vuelvo y veo que mi hermana ha tirado accidentalmente un jarrón, que se ha roto en mil pedazos en el suelo. Heladas nos miramos la una a la otra, preguntándonos qué hacer. Mi hermana sacude la cabeza y dice: «Mejor que limpiemos esto antes de que llegue mamá». Pero cuando entramos en la cocina para coger la escoba, decidimos comer algo antes. En poco tiempo estamos riendo y jugando de nuevo, sin acordarnos del jarrón.
Mientras tanto, nuestra mamá ha estado fuera cuidando del jardín. Tiene calor, está cansada y todavía un poco disgustada por la discusión que tuvo antes con papá. Está pensando en todo lo que necesita que esté hecho y se obliga a deshacerse de su estado de ánimo actual de agobio físico y emocional.
El mal día de mamá está a punto de empeorar.
A medida que se dirige a casa, nos oye reír y correr. Entonces, ve el jarrón de su abuela (el único objeto que su abuela le había dejado) roto en el suelo.