INTRODUCCIÓN
Cuando alguien pregunta quiénes han sido las personalidades más importantes para las ciencias en la historia, la mayoría de las respuestas que recibe son nombres como Isaac Newton, Charles Darwin, Thomas Edison y Albert Einstein. Aunque tanto los hombres como las mujeres sienten curiosidad por el mundo que tienen a su alrededor, las mujeres no siempre han tenido las mismas oportunidades de explorar las ciencias. En el pasado, a muchas mujeres se les negaba el acceso a la educación. Y las que seguían una carrera científica no tenían la oportunidad de publicar los resultados de sus trabajos. Otras veces, había hombres que se atribuían el trabajo que había hecho una mujer. Para las mujeres de color, las dificultades eran aún mayores.
Las mujeres representan el 51 por ciento de la población de los Estados Unidos, pero ocupan apenas el 24 por ciento de los trabajos en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Además, ganan menos que sus colegas hombres. Los hombres que trabajan en las áreas de STEM ganan un promedio de $37.69 por hora, mientras que el salario medio que cobran las mujeres es $31.59 por hora.
Las técnicas que trabajan en un laboratorio científico o médico deben tener amplios conocimientos de los equipos de laboratorio.
A pesar de estos obstáculos, algunas de las mentes científicas más brillantes de la historia han sido mujeres. En el siglo pasado, debido a la eliminación de varios obstáculos, las contribuciones de las mujeres a las ciencias se han multiplicado. Grace Hopper, por ejemplo, es conocida por haber creado el primer lenguaje informático. Gracias a Jane Cooke Wright, tenemos tratamientos eficaces contra el cáncer. El kevlar que ha inventado Stephanie Kwolek salvó la vida de muchos policías. Aunque la contribución de las mujeres a las ciencias se ha ignorado en el pasado, hoy en día estas mujeres inteligentes y curiosas son reconocidas por sus numerosos logros.
— Capítulo 1 —
CREADORAS DE INVENCIONES
Las mujeres desempeñaron un papel importante en la creación de muchos productos y aparatos populares que utilizamos en la actualidad. Los nuevos inventos se diseñan para mejorar la manera en la que se hace algo. Estas son apenas algunas de las mujeres cuyos inventos mejoran la vida de millones de personas todos los días.
Stephanie Kwolek (1923–2014)
Stephanie Kwolek con un modelo molecular
Cuando Stephanie Kwolek era joven, su padre le inspiró el amor por las ciencias Stephanie Kwolek con un modelo molecular cuando la llevaba de caminata por la naturaleza. La madre le enseñó a coser, lo que le infundió amor por las telas y la costura. Esas pasiones se combinaron en la invención más famosa de Kwolek: el kevlar.
Kwolek asistió a la universidad Margaret Morrison Carnegie College, en Pittsburgh, Pennsylvania. Tras graduarse en 1946 con un título en , como los plásticos. Kwolek disfrutaba tanto el trabajo que decidió quedarse en DuPont en vez de estudiar medicina.
En 1964, DuPont empezó a interesarse en los neumáticos. Como se preveía una escasez de gasolina, la empresa pensó que sería bueno tener un nuevo tipo de neumático liviano. Le encargaron a Kwolek que trabajara en la creación de una nueva fibra sintética con este fin.
Kwolek combinó dos moléculas (tereftalato de poliparafenileno y polibenzamida) y creó una solución turbia de cristales líquidos. Cuando se calentó, la solución se “hiló” en fibras. Esta nueva fibra era excepcionalmente resistente. La llamaron
El kevlar fue un invento innovador entre las fibras de polímeros. Debido a sus características únicas, su utilidad no se limitó a los neumáticos. El kevlar es más conocido como el material que se utiliza para hacer los chalecos antibalas. También se utiliza en guantes de trabajo, esquíes, cables de fibra óptica y cables de suspensión para puentes colgantes.
Kwolek obtuvo 17 por su trabajo de investigación. Es una de las inventoras más reconocidas de su época y recibió muchísimos premios y honores. En 1994, a los 90 años, ingresó en el Salón de la Fama Nacional de Inventores.
“ Supongo que así es la vida de los inventores: lo que la gente hace con tus ideas te toma completamente por sorpresa. ”
–Stephanie Kwolek
Madam C. J. Walker (1867–1919)
Madam C. J. Walker, 1914
Con frecuencia elogiada como “la primera mujer millonaria de los Estados Unidos”, Madam C. J. Walker se hizo famosa por su exitosa línea de productos para el cuidado del cabello.
Walker no tuvo una crianza fácil. Su nombre de nacimiento era Sarah Breedlove. Era la hija de y exesclavos de Louisiana. A los siete años, quedó huérfana. Se casó a los 14 años y enviudó a los 20. Entonces, junto a su hija de dos años, se fue a vivir con sus hermanos a St. Louis, Missouri. Allí, después de un tiempo se casó con su segundo marido, Charles J. Walker.
En la década de 1890, Walker empezó a perder el cabello. Comenzó a experimentar con algunos tratamientos caseros para mejorar este problema. En 1905 ya había desarrollado un tónico y un método de tratamiento propios que, según ella, hacían crecer el cabello nuevamente. El “sistema Walker” consistía en limpiar el cuero cabelludo, aplicar lociones y utilizar peines de hierro. Sus productos estaban orientados a las necesidades especiales del cabello de las afroamericanas. Aplicaba un método de ventas personalizado, mediante la venta directa de sus productos a otras mujeres afroamericanas. Se ganó muchas clientas leales y un equipo entusiasta de vendedoras.
Las empresas de cosmética habían desatendido a las mujeres afroamericanas como clientas. Como Walker se dirigía a un mercado que no estaba explotado, tenía poca competencia en su negocio. Su empresa tuvo un éxito total. Al momento de su muerte en 1919, el negocio de Walker valía más de $1 millón, lo que equivaldría a más de $14 millones en la actualidad. le permitió convertirse en la primera mujer que se hizo millonaria por su propio esfuerzo en los Estados Unidos.
Walker retribuyó a su comunidad mediante donaciones a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) y otras organizaciones. Además, como empleaba a mujeres afroamericanas en su equipo de ventas, generó empleos bien remunerados en su comunidad.
Katharine Burr Blodgett (1898–1979)
Katharine Burr Blodgett, 1951
El mundo se pudo ver un poco más claro gracias al revestimiento antirreflectante para vidrio de Katharine Burr Blodgett. Blodgett era una estudiante talentosa. Sobresalía en Matemáticas y Ciencias. A los 15 años, ganó una beca para asistir a la universidad para mujeres Bryn Mawr College, en Pennsylvania. Después de obtener su maestría en Física de la Universidad de Chicago en 1918, Blodgett se postuló para trabajar en los laboratorios de General Electric. Fue la primera mujer contratada por General Electric como científica investigadora.