Como forma de poder, el sometimiento es paradójico. Una de las formas familiares y agónicas en que se manifiesta el poder consiste en ser dominado/a por un poder externo a uno/a. Pero si, siguiendo a Foucault, entendemos el poder como algo que también forma al sujeto, que le proporciona la misma condición de su existencia y la trayectoria de su deseo, entonces el poder no es solamente algo a lo que nos oponemos, sino también, de manera muy marcada, algo de lo que dependemos para nuestra existencia y que abrigamos y preservamos en los seres que somos. La teoría foucaultiana otorga poco protagonismo al ámbito de la psique y no explora el poder en esta doble valencia de subordinación y producción. Si la sumisión es una condición de la sujeción, resulta pertinente preguntar: ¿cuál es la forma psíquica que adopta el poder? Judith Butler acomete el proyecto de elaborar una teoría de la psique para acompañar a la teoría del poder, tarea que los autores adscritos tanto a la ortodoxia foucaultiana como a la psicoanalítica han eludido.
Judith Butler
Mecanismos psíquicos del poder: teorías sobre la sujeción
Feminismos - 68
ePub r1.0
Titivillus 04.11.2021
Título original: The Psychic Life of Power: Theories in Subjection
Judith Butler, 1997
Traducción: Jacqueline Cruz
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Feminismos
Consejo asesor:
Giulia Colaizzi: Universitat de Valencia
María Teresa Gallego: Universidad Autónoma de Madrid
Isabel Martínez Benlloch: Universitat de Valencia
Mary Nash: Universidad Central de Barcelona
Verena Stolcke: Universidad Autónoma de Barcelona
Amelia Valcárcel: Universidad de Oviedo
Instituto de la Mujer
Dirección y coordinación: Isabel Morant Deusa: Universitat de Valencia
Nota sobre la traducción
El término subjection, que aparece en el título del libro y reiteradamente a lo largo del mismo, se puede traducir como sujeción o sometimiento. El segundo término me parece por lo general más adecuado, puesto que alude a los dos componentes del proceso, el activo (someterse a alguien) y el pasivo (someterse a alguien), mientras que sujeción destaca el componente activo (sujetar a) y tiene, además, connotaciones de fuerza que no siempre son pertinentes en el contexto de los argumentos de Judith Butler Sin embargo, siguiendo el uso del término francés assujetissement por parte de Louis Althusser y Michel Foucault, la autora utiliza subjection con el doble significado de sujeción y subjetivación (el proceso de devenir sujeto), y uno de los argumentos centrales del libro es que el sujeto se forma en la sujeción. Por este motivo, he optado por traducir subjection como sujeción en el título y en aquellos pasajes del texto donde se hace referencia explícita a este doble sentido. En los demás casos, he preferido sometimiento. Por otra parte, el inglés subject significa tanto sujeto como súbdito, lo cual introduce una ambigüedad adicional (por ejemplo, al hablar de «sujetos sociales») que se pierde en la traducción, donde por lo general utilizo sujeto.
Las palabras inglesas self y «I» y el término freudiano ego pueden traducirse todos como yo. Utilizo cursivas siempre que Butler se refiere al ego freudiano, para distinguir este concepto del uso más coloquial.
Las citas de los textos que Butler comenta en profundidad en el libro (Fenomenología del espíritu, de Hegel; La genealogía de la moral, de Nietzsche; «Ideología y aparatos ideológicos del estado», de Althusser; Vigilar y castigar, de Foucault, e «Introducción al narcisismo», «Duelo y melancolía», El «yo» y el «ello» y El malestar en la cultura, de Freud) están tomadas de las ediciones en castellano indicadas en las notas correspondientes. En el resto de las citas las traducciones son mías, aunque igualmente indico en las notas la edición castellana, cuando la hay.
J. C.
Agradecimientos
Este trabajo fue posible gracias a una generosa Beca de Investigación de Humanidades de la Universidad de California en Berkeley. Quiero expresar mi agradecimiento a los amigos y colegas que hicieron penetrantes lecturas de algunos de los capítulos: Wendy Brown, William Connolly, David Palumbo-Liu, Kaja Silverman, Anne Norton, Denise Riley y Hayden White; así como a los estudiantes que participaron en el seminario «Social Subjects/Psychic States» [Sujetos Sociales/Estados Psíquicos] en Berkeley. Agradezco a Adam Phillips la autorización para reimprimir aquí nuestro intercambio de ideas publicado en Psychoanalytic Dialogues. También agradezco a Helen Tartar su profunda, meticulosa e inteligente labor editorial, y a Gayle Salamon su asistencia con el manuscrito.
Introducción
Deberíamos intentar comprender el sometimiento en su manifestación material como constitución de los sujetos.
MICHEL. FOUCAULT, «Two Lectures»
La escisión del sujeto, dentro del cual el yo está presente para sí solo un momento, y la cargada reflexividad de ese momento, son el punto de compra de su sometimiento por parte del sujeto. El hondo y corpóreo sentimiento de culpa con el que está investido el sujeto, y que representa el febril trasfondo de su autoconciencia, la cual en última instancia sabe tan poco de sí, es decisivo para asegurar el profundo control interior que se ha denominado interpelación.
FRANCIS BARKER, The Tremulous Private Body: Essays on Subjection
Subjection [sujeción]: Acción o efecto de estar sujeto, como bajo un monarca u otro soberano o poder superior; condición de estar sujeto a, o bajo el dominio de otro; por tanto gen, subordinación… Condición de estar sujeto, expuesto o predispuesto a; responsabilidad… Lógica. Acción de proporcionar un sujeto a un predicado.
Oxford English Dictionary
Como forma de poder, el sometimiento es paradójico. Una de las formas familiares y agónicas en que se manifiesta el poder consiste en ser dominado/a por un poder externo a uno/a. Descubrir, sin embargo, que lo que «uno/a» es, que la propia formación como sujeto, depende de algún modo de ese poder, es algo muy distinto. Estamos acostumbrados a concebir el poder como algo que ejerce presión sobre el sujeto desde fuera, algo que subordina, coloca por debajo y relega a un orden inferior. Esta es ciertamente una descripción adecuada de una parte de las operaciones del poder. Pero si, siguiendo a Foucault, entendemos el poder como algo que también forma al sujeto, que le proporciona la misma condición de su existencia y la trayectoria de su deseo, entonces el poder no es solamente algo a lo que nos oponemos, sino también, de manera muy marcada, algo de lo que dependemos para nuestra existencia y que abrigamos y preservamos en los seres que somos. El modelo habitual para entender este proceso es el siguiente: el poder nos es impuesto y, debilitados por su fuerza, acabamos internalizando o aceptando sus condiciones. Lo que esta descripción omite, sin embargo, es que el «nosotros» que acepta esas condiciones depende de manera esencial de ellas para «nuestra» existencia. ¿No existen condiciones discursivas para la articulación de ningún «nosotros»? El sometimiento consiste precisamente en esta dependencia fundamental ante un discurso que no hemos elegido pero que, paradójicamente, inicia y sustenta nuestra potencia.
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