Dedicado al poder más grande que usted tiene,
el poder de amar,
y a todos los que le ayudan a compartir esa magia.
Y que para mí son, sobre todo,
Jairek, Joshua, Jolie, Tyler, Becky y mamá.
Título original: Unlimited Power
Tony Robbins, 1986
Traducción: José Antonio Bravo
Diseño de cubierta: Sergio Juan Design Office
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
«La vida pagará cualquier precio que tú pidas». Esta sencilla máxima muestra elocuentemente la teoría básica de este libro: el problema esencial del desarrollo personal no está en las circunstancias, sino en nuestra actitud vital. Solemos pedirle a la vida un precio bajo, limitando nuestras ambiciones, siendo presas de la frustración o el miedo de ir más allá. Y esta actitud negativa es lo que «Poder sin límites» ayuda a combatir enseñándonos el poder oculto del cerebro, los mecanismos correctos de relación interpersonal e incluso hábitos alimentarios adecuados para proporcionarnos el sistema de creencias y la sólida confianza en nosotros mismos que nos permitirán alcanzar el éxito.
Tony Robbins
Poder sin límites
La nueva ciencia del desarrollo personal
ePub r1.0
Titivillus 14.04.2021
PRIMERA PARTE
CÓMO SE MODELA
LA EXCELENCIA HUMANA
SEGUNDA PARTE
LA FÓRMULA DEL ÉXITO DEFINITIVO
TERCERA PARTE
EL LIDERATO: EL DESAFÍO DE LA EXCELENCIA
AGRADECIMIENTOS
Cuando me puse a pensar en las personas a quienes deseaba expresar mi agradecimiento por su ayuda, sugerencias y esfuerzo en la creación de este libro, me salió una lista inacabable. Ante todo he de agradecer a mi esposa y a mi familia su contribución al crear un ambiente que me permitió dejar correr mis ideas a cualquier hora del día o de la noche, hallando siempre unos oídos dispuestos.
Luego, naturalmente, agradezco la colaboración de Peter Applebome y Henry Golden por su acertada puesta en limpio de mis atropelladas ocurrencias. En varias fases del trabajo me fueron muy útiles las sugerencias de Wyatt Woodsmall y de Ken Blanchard. Eso sí, el libro no habría llegado a ver la luz sin los trabajos de Jan Miller y Bob Asahina, quienes, junto con el resto del personal de la editorial Simon & Schuster, estuvieron a mi lado durante los cambios de última hora.
A los maestros cuya personalidad, cuyos métodos y cuya amistad han influido más en mí (desde mis primeros estudios de comunicación con la señora Jane Morrison y Richard Cobb hasta Jim Rohn, John Grinder y Richard Bandler), no los olvidaré nunca.
Gracias también al equipo de diseñadores, secretarias y documentalistas que hicieron un gran esfuerzo bajo el apremio de las urgencias: Rob Evans, Dawn Aaris, Donald Bodenbach, Kathy Woody y, cómo no, Patricia Valiton.
Y un recuerdo muy especial para el personal de Robbins Research: la administración, los gerentes de los centros y los cientos de promotores que, en todo el país, me ayudan a llevar nuestro mensaje al mundo todos los días.
1
LA MERCANCÍA DE LOS REYES
La gran finalidad de la vida no es el conocimiento, sino la acción.
THOMAS HENRY HUXLEY
Me hablaban de él desde hacía meses. Decían que era joven, sano, rico, feliz y próspero. Quise convencerme por mí mismo. Le observé atentamente mientras salía de los estudios de la televisión y le seguí luego durante varias semanas, para observarle mientras impartía consejos a todo el mundo, desde el presidente de un país hasta un paciente víctima de una fobia. Le vi discutir con especialistas en dietética y ejecutivos del ferrocarril, y trabajar con atletas y con niños afectados por el fracaso escolar. Parecía increíblemente feliz con su mujer y enamorado de ella mientras ambos viajaban por todo el país y luego emprendían la vuelta al mundo. Y cuando regresaron, tomaron el avión a San Diego para pasar unos días con la familia en su casa, una mansión sita en las playas del océano Pacífico.
¿Cómo era posible que aquel muchacho de poco más de veinticinco años, sin más estudios que un bachillerato, hubiera conseguido tantas cosas en tan poco tiempo? Al fin y al cabo, era el mismo individuo que sólo tres años atrás vivía en un piso de soltero de unos cuarenta metros cuadrados, y se lavaba él mismo los platos en la bañera. ¿Cómo un desgraciado con quince kilos de sobrepeso, escasas relaciones y perspectivas muy limitadas podía convertirse en una persona equilibrada, llena de salud y bien relacionada, miembro influyente de su comunidad y pletórico de oportunidades de éxito?
Parecía increíble, ¡y lo más asombroso de todo es que ese individuo soy yo mismo! «Su» historia es la mía.
Desde luego, no estoy diciendo que el éxito sea lo único que me importa. Es evidente que todos albergamos sueños e ideas diferentes acerca de lo que nos gustaría hacer de nuestras vidas. Además, tengo perfectamente claro que las personas a quienes uno conoce, los lugares que uno frecuenta y las propiedades que uno posee no dan la verdadera medida del éxito personal. Para mí, el éxito está en la continuidad del esfuerzo de quien aspira a más. Es la oportunidad de progresar incesantemente en los aspectos emocional, social, espiritual, psicológico, intelectual y económico, al tiempo que uno aporta algo a los demás en alguna faceta positiva. El camino hacia el éxito está siempre en construcción. Es un proceso permanente y no una meta que se deba alcanzar.
La moraleja de mi historia es sencilla. Mediante la aplicación de los principios que leerá usted en este libro pude cambiar no sólo el concepto que tenía de mí mismo sino también los resultados obtenidos en la vida, y ello de manera considerable y comprobable. El propósito de este libro es participarle a usted el quid de la diferencia que me permitió cambiar mi suerte a mejor. Y espero sinceramente que las técnicas, las estrategias, las aptitudes y las técnicas psicológicas que desarrollo en esta obra resulten tan eficaces para usted como lo han sido para mí. En nosotros mismos está el poder para transformar nuestras vidas en la realización de nuestros mayores sueños: ¡ha llegado el momento de desencadenarlo!
Cuando contemplo con qué ritmo he logrado convertir mis sueños en mi realidad actual, no puedo evitar una sensación de inaudita emoción y gratitud. Y desde luego, estoy muy lejos de constituir un caso único. La realidad es que vivimos una era en que muchas personas consiguen realizar cosas estupendas casi de la noche a la mañana, y alcanzar éxitos inimaginables en épocas anteriores. Consideremos a Steve Jobs: un chico en pantalones vaqueros y sin un céntimo, que tuvo la idea del ordenador doméstico y levantó una compañía, hoy situada entre las 500 principales de la revista Fortune, con una celeridad nunca vista. Consideremos a Ted Turner: de un medio de comunicación que apenas existía, la televisión por cable, hizo un imperio. Consideremos a personajes de la industria del espectáculo como Steven Spielberg o Bruce Springsteen, a hombres de negocios como Lee Iacocca o Ross Perot. ¿Qué tienen en común todos ellos, salvo un éxito asombroso y prodigioso? La respuesta, naturalmente, es ésta: poder.
La palabra «poder» es de las que suscitan emociones fuertes, y muy diversas por cierto. Para unos tiene una connotación negativa; otros no anhelan sino el poder. Algunos consideran que les mancharía, como cosa venal y sospechosa. Y usted, ¿cuánto poder desearía tener? ¿Qué medida de poder le parecería justo alcanzar o desarrollar? ¿Qué significa el poder para usted, en realidad?