• Quejarse

Pere Estupinyà - El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados

Aquí puedes leer online Pere Estupinyà - El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2016, Editor: ePubLibre, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Pere Estupinyà El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados
  • Libro:
    El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    2016
  • Índice:
    5 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 100
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Pere Estupinyà: otros libros del autor


¿Quién escribió El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

PERE ESTUPINYÀ Tortosa 1974 Es bioquímico y comunicador científico - photo 1

PERE ESTUPINYÀ (Tortosa, 1974). Es bioquímico y comunicador científico. Consumidor omnívoro de ciencia que, tras estudiar química y bioquímica, abandonó un doctorado en genética para dedicarse a la difusión del conocimiento científico. Ha sido Knight Science Journalism Fellow en el MIT, y ha trabajado en los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y como editor del programa Redes de TVE. También ha sido consultor en la Organización de Estados Americanos y del Banco Interamericano de Desarrollo, y ha escrito en diferentes medios de comunicación. Actualmente reside en Nueva York. No pierde ocasión de robar cerebros científicos con el objetivo de difundir su preciado contenido. Buena prueba de ello son El ladrón de cerebros. Compartiendo el conocimiento científico de las mentes más brillantes y S = EX2.

INTRODUCCIÓN
El sentido científico

Algo maravilloso ocurre cuando levantas la palma de tu mano e intentas mirar a través de su piel. Con los ojos no puedes, pero con el cerebro sí.

A diferencia del resto de los animales cuyos ojos sólo perciben radiación electromagnética; los oídos, ondas sonoras; el gusto y olfato, moléculas químicas; el tacto, presión y cambios de temperatura, y en ciertas especies, campos magnéticos por mecanismos desconocidos todavía, nuestro cerebro es capaz de ampliar sus sentidos y llegar a descubrir lo imperceptible orgánicamente. Lo hace de dos maneras: con la imaginación y con la ciencia.

La imaginación es fabulosa. Con ella creamos dioses y seres mitológicos, novelas y música, ideales y normas, y todo tipo de teorías con las que interpretar la naturaleza. La imaginación de Demócrito descubrió los átomos antes de que lo hiciera la ciencia, la de Newton que existía una fuerza llamada gravedad, la de Pasteur sentó los principios de la vacunación, la de Ramón y Cajal intuyó que aquellas mariposas del alma eran neuronas comunicándose por señales químicas, y la de Freud que el inconsciente tenía un peso determinante en nuestro comportamiento tan aparentemente racional. Sin imaginación y filosofía no habría ciencia. Pero la ciencia, que es muy reciente en la historia de la humanidad, ha logrado ampliar nuestros límites espaciales y temporales de una manera impresionante: ahora podemos observar directamente virus y bacterias, detectar agujeros negros y planetas extrasolares, entender la extinción de los dinosaurios y la evolución de nuestros antepasados homínidos, saber por qué brillan las estrellas, pronosticar que si emitimos más dióxido de carbono la temperatura del planeta no dejará de aumentar, y deducir que si quitamos un fragmento específico del ADN de un niño evitaremos su enfermedad. Ramón y Cajal no hubiera descubierto las neuronas sin un microscopio y el método de tinción celular desarrollado por Golgi, ni Watson y Crick la estructura del ADN sin las cristalografías de Rayos-X de Rosalind Franklin. Gracias a esta portentosa fusión entre tecnología y ciencia podemos ver lo más grande y lo más pequeño, el pasado y el futuro, y comprender cómo funciona desde el interior de nuestro cerebro hasta las leyes que rigen el universo exterior. Obviamente la retroalimentación entre ciencia y tecnología aporta también inestimables herramientas para transformar el mundo y mejorar nuestras vidas, con beneficios mucho más tangibles que el simple conocimiento. Pero quizá lo más fundamental y revolucionario de la ciencia, y algo que representa uno de los principales mensajes de este libro, es que nos permite saber si nuestra admirada imaginación está equivocada o no.

Yo concibo la ciencia como nuestro verdadero sexto sentido, un sentido creado por la cultura que permite al cerebro interpretar información externa llegada a través de experimentos. A la imaginación, sin embargo, costaría catalogarla de sentido, pues al igual que la intuición, nace dentro del cerebro y se proyecta hacia fuera. La ciencia, en cambio, sí es una especie de órgano sensorial externo y colectivo que permite ampliar nuestra visión de la realidad, superar nuestras limitaciones de espacio y de tiempo y descubrir mundos que nunca percibiríamos con el resto de nuestros limitados sentidos.

En este libro te invito a un tour científico por los últimos avances de la neurociencia, la genética, la cosmología, la medicina, la psicología y las investigaciones que nos ofrecen útiles recomendaciones para mejorar nuestro bienestar físico y espiritual. Pero confieso que me gustaría que cumpliera otro gran objetivo además de ayudarte a aprender cosas nuevas: me encantaría que te incitara a abrir de verdad tu mente a la ciencia; que te impregnaras no sólo de sus conocimientos, sino también de su manera de pensar. A lo largo de esta obra te voy a sugerir encarecidamente que despliegues tu sentido científico. Lo hago porque estoy convencido de que la ciencia te permitirá desarrollar un pensamiento más crítico con el que elaborar hipótesis, analizar en qué puede estar traicionándonos nuestra imaginación, valorar el cambio de opinión como algo tremendamente positivo y ayudarnos a conocernos mucho mejor, evitar engaños y tomar decisiones personales y profesionales mucho más fundamentadas. Una mente cerrada es la que cree, no la que duda.

De ninguna manera, esta lógica debe impedir que nos dejemos llevar por las emociones irracionales cuando esto nos haga más felices. La ciencia no debe tomarse como una doctrina. Pero estoy convencido de que pensar científicamente nos puede ayudar en nuestro día a día, inspirarnos cuando nos descubre nuevos mundos casi poéticos, y sin duda significa tener una mente más abierta que la dogmática aferrada a las creencias y resistente a cambiar de opinión. La ciencia escucha, cierra los ojos al comer las cerezas y luego decide. Si frente a un cesto de cerezas tempranas o picadas buscas la más madura y reluciente para justificar que son buenísimas, no estarás actuando científicamente. La ciencia no sólo implica experimentar, sino también —más importante incluso y mucho más difícil— interpretar objetivamente los resultados e información de la que dispongas. Comer cerezas con los ojos cerrados y la mente abierta es, en realidad, el gran reto intelectual que te sugiero.

Permitidme terminar esta introducción reconociendo que mi otro deseo confesable es que estas páginas te sepan a poco, que los capítulos se te hagan cortos y que te generen un picor intelectual que te fuerce a rascar desesperadamente en zonas del conocimiento que antes no te escocían. Al igual que tener hambre es más excitante que estar saciado, no saber de una disciplina puede ser más ilusionante que dominarla. Este libro está escrito desde la emoción del asombro, desde el placer de aprender y desde un optimismo no ingenuo hacia el papel que puede desempeñar la ciencia en nuestras vidas y sociedades. Pero no perdamos más tiempo y empecemos ya el viaje científico por la ampliación de nuestros sentidos, regresando a la palma de tu mano.

3
Reparando conexiones neuronales

El reto de la neurociencia no es sólo comprender el cerebro, evidentemente, sino utilizar este conocimiento para repararlo cuando no funciona bien. Cuando una noche neoyorquina conocí a la médica e investigadora Mar Cortés, le pregunté a qué se dedicaba, y me dijo que «estimulaba el cerebro de pacientes en silla de ruedas para devolverles la movilidad», mi propio cerebro creó de repente oscuridad y silencio alrededor de Mar. Intrigadísimo le pregunté cómo lo hacía y, como debió de pensar equivocadamente que en esas circunstancias no le prestaría suficiente atención, me invitó a visitarla otro día en el Burke Research Institute. El Burke, un laboratorio-hospital situado en medio del bosque a unos 50 kilómetros al norte de Nueva York, donde los científicos acuden a investigar la recuperación de lesiones cerebrales y medulares y los pacientes a tratarse y participar en estudios clínicos. Visité a Mar Cortés en su ecosistema y lo que descubrí fue espectacular. Algo que —y no exagero— podría significar uno de los momentos más emblemáticos de la historia de la ciencia.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados»

Mira libros similares a El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados»

Discusión, reseñas del libro El ladrón de cerebros: comer cerezas con los ojos cerrados y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.