Roberto Campisi
DICHO Y HECHO
LAS REFLEXIONES DE LOS HOMBRES
Roberto Campisi
DICHO Y HECHO
LAS REFLEXIONES DE LOS HOMBRES
“ Un dicho o frase hecha es un conjunto de palabras que se da al expresar algo que no coincide con el sentido literal de las mismas. Pueden aparecer como sinónimos del modismo o la locución adverbial”
Roberto Campisi
DICHO Y HECHO
LAS REFLEXIONES DE LOS HOMBRES
© 2020, Roberto Campisi
Buenos Aires - Argentina
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Roberto Campisi
robertocampisi@yahoo.com.ar
ISBN: XXXXXXXXXXX
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Ediciones de la Casa
DEDICATORIAS
A mis amigos de siempre.
A mi madre por su paciencia.
A la memoria de mi padre.
A mi hermano Gerardo
y a mi sobrino Nicolás,
un prometedor talento de
las letras, quien se ha
transformado en una
gran inspiración a la hora
de escribir mis libros.
…. Y a mis hijos
INDICE
PROLOGO
FRASES
FRASES 2 15
FRASES 3
FRASES 4
FRASES 5
FRASES 6
FRASES 7
FRASES 8
FRASES 9
FRASES 10
FRASES 11 77
FRASES 12 84
FRASES 91
EPILOGO 96
BIOGRAFIA 97
OBRAS DEL AUTOR
AGRADECIMIENTOS 113
PROLOGO
Este es el segundo libro de la Serie Frases del Alma de nuestro controvertido autor, que en este caso ha recopilado en estas entregas, los enunciados, las definiciones y aquellas expresiones que nos ayudan a pensar y a reflexionar sobre las verdades de la vida.
Cuando observamos un inventario de refranes o proverbios, lo concebimos por el gusto de maravillarnos, o por usar algún enunciado adecuado para un contenido que nos atrae.
En cualquier colectividad, el traspaso de ideas, gestiones y conductas se ha llevado a cabo acorde a diversos esbozos de reflexión característicos de cada época. Esta tradición ha dejado un sinnúmero de frases y proverbios que conforman un patrimonio importante del pensamiento universal.
Aunque la distribución de la clasificación nos traslada a la sugerencia de una idea determinada, el hecho de leer el global de éstas, facilita una visión de escenarios similares por las que cruzaron sus autores y que, para riqueza del consultante, quedaron formadas en sus trazados.
DICHOS 1
“¿Existe Dios? Si crees en él, existe; si no crees en él, no existe.”
- ¡Amor, ayuda al deseo, puesto que me pusiste en él!
- ¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!
- ¡Bah! Mejor es contradecirse que petrificarse.
- ¡Cómo te pareces al agua, alma de hombre! ¡Cómo te pareces al viento, destino del hombre!
- ¡Cuán feliz me considero, con que mi corazón sea capaz de sentir el inocente y sencillo regocijo del hombre, que sirve en su mesa la col por él mismo cultivada, y que, además del placer de comerla, tiene otro mayor recordando los hermosos días que ha pasado cultivándola, la alegre mañana en que la plantó, las serenas tardes en que la regó, y el gozo con que la vio medrar día a día!
- ¡Cuántas veces lo que está lejos se halla más cerca que lo que hay próximo!
- ¡Después de muchos días oscuros, vendrá uno sereno!
- ¡Días de trabajo! Son los únicos días que he vivido.
- ¡Diplomacia! Ciencia de aquellos que no tienen ninguna y que son profundos como el vacío.
- ¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!
- ¡Lo que ennoblece al hombre no es su acto, sino su deseo!
- ¡Malditos treinta años, funesta edad de amargos desengaños!
- ¡Oh, hombres! ¿A dónde os precipitáis afanados por acumular riquezas, al tiempo que descuidáis la educación de vuestros hijos, a quienes debéis dejársela?
- ¡Qué poca diferencia hay entre dos hombres! Los dos coinciden siempre en el mismo propósito: destruir.
- ¡Si la juventud supiese…! ¡Si la vejez pudiese…!
- Quieres llamarlo hado? No te equivocarás; de él depende todo, es la causa de las cosas. ¿Quieres llamarlo providencia? Le daréis ese nombre con precisión. ¿Quieres llamarlo naturaleza?
- ¿Cómo es que siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser el fruto de la educación.
- ¿Cómo puede el hombre conocerse a sí mismo? Nunca con reflexiones, sino mediante la acción. Trata de cumplir con tu deber y sabrás lo que debes pensar en ti mismo.
- ¿Deseas mantenerte sobrio entre los que se embriagan? Te considerarán el único borracho.
- ¿Existe Dios? Si crees en él, existe; si no crees en él, no existe.
- ¿Por qué es tan difícil querer, mientras tan difícil es desear? Porque en el deseo se expresa la importancia, y en el querer, la fuerza.
- ¿Por qué has de menospreciar tu cuerpo? Es, en primer lugar, el templo maravilloso de un Dios escondido. Es, asimismo, una obra de arte del ignoto escultor
- ¿Por qué postergar vuestros proyectos? Comenzad ahora mismo y decid: he aquí el momento preciso.
- ¿Puede un corazón entregarse dos veces en la vida?
- ¿Qué cosa es más dura que una piedra y más blanda que el agua? Y sin embargo, el agua horada la piedra.
- ¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
- ¿Qué espera tu corazón cuando niega lo que espera con su desesperación?
- ¿Qué importa que el entendimiento se adelante si el corazón se queda?
- ¿Quién no lleva escondido un rayo de dolor dentro del pecho?
- ¿Quién puede vanagloriarse de no tener defectos? Examinando los suyos cada cual aprende a personar los del prójimo.
- ¿Te conoces? Es seguro que te conoces, si descubres más defectos en ti que en los demás.
- A cada edad la cae bien una conducta diferente.
- A enemigo que huye, puente de plata.
- A gran necesidad, gran diligencia.
- A los comienzos de toda discusión, conviene fijar lo que ha de quedar fuera de la disputa; y quien la emprenda, antes de decir lo que se propone probar, ha de decir lo que no desea probar.
- A los poderosos arrastrados por los placeres les falta tiempo para tener conciencias y en cuanto al pueblo, tampoco la tiene cuando se trata de ganar dinero.
- A los que mucho desean, más les falta; es más feliz aquél a quien Dios dio pocas cosas y las considera bastantes.
- A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello, a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un mono, y a los ochenta nada.
- A los veinte años, reina la voluntad; a los treinta, el ingenio, y a los cuarenta, el juicio.
- A más de uno que dice que la vida es breve, le parece el día demasiado largo.
- A medida que las artes progresan hacia su perfección, la ciencia de la crítica progresa con la misma rapidez.
- A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto. Pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
- A mí no me cuesta trabajo levantar un poco el corazón para que pasen por debajo de él las injurias, sin rozarlo siquiera.
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