Contenido
Page List
Reescribir la violencia
Narrativas de la memoria en la literatura femenina colombiana contemporánea
P.I.E. Peter Lang
Bruxelles • Bern • Berlin • Frankfurt am Main • New York • Oxford • Wien
Virginia C APOTE D ÍAZ
Reescribir la violencia
Narrativas de la memoria en la literatura femenina colombiana contemporánea
Cette publication a fait l’objet d’une évaluation par les pairs.
Toute représentation ou reproduction intégrale ou partielle faite par quelque procédé que ce soit, sans le consentement de l’éditeur ou de ses ayants droit, est illicite. Tous droits réservés.
© Virginia Capote Díaz, 2016
P.I.E. Peter Lang s.a. Éditions
scientifiques internationales Bruxelles,
2016
ISBN 978-2-8076-0037-9
ePDF 978-2-8076-0038-6
ePUB 978-2-8076-0039-3
Mobi 978-2-8076-0040-9
DOI 10.3726/978-2-8076-0038-6
D/2016/5678/70
Open Access: Cette œuvre est mise à disposition selon les termes de la Licence Creative Commons Attribution - Pas d’Utilisation Commerciale - Pas de Modification 4.0. Pour consulter une copie de cette licence, visitez le site internet https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Information bibliographique publiée par « Die Deutsche NationalBibliothek ».
« Die Deutsche National Bibliothek » répertorie cette publication dans la « Deutsche Nationalbibliografie » ; les données bibliographiques détaillées sont disponibles sur le site .
Sobre el autor/el editor
Virginia Capote Díaz es investigadora en la Universidad de Granada. Se doctoró en Filología Hispánica con una tesis sobre literatura colombiana que recibió el Premio Extraordinario de Doctorado. Sus líneas de investigación principales se centran en la narrativa colombiana contemporánea, literatura y memoria, estudios de género, estudios transatlánticos y mercado editorial.
Sobre el libro
Reescribir la violencia supone un acercamiento al conflicto armado en Colombia desde la obra de escritoras que narran las experiencias de víctimas de la guerra. Diarios, autobiografías, historias de vida, entrevistas y narrativa testimonial serán los cauces de expresión más idóneos para la perpetuación de la memoria de mujeres asediadas por la violencia.
El presente volumen recoge un análisis de la obra híbrida, entre el periodismo y la ficción, de Silvia Galvis, Patricia Lara, Elvira Sánchez-Blake y Laura Restrepo, basado en la manera en la que estas escritoras llevan a cabo la resemantización de eventos históricos y el rescate del olvido de experiencias individuales, desde una perspectiva diferente a la oficial.
Esta edición en formato eBook puede ser citada
Esta edición en formato eBook puede ser citada. En el texto se indican el inicio y el final de la página correspondiente a la edición impresa. En caso de que una palabra quede separada debido al salto de página, la marca de separación aparecerá en el punto donde la palabra se separe.
| 7 →
A Miguel
| 9 →
Agradecimientos
La publicación de este libro no hubiera sido posible sin la colaboración del Departamento de Literatura Española de la Universidad de Granada. Agradezco a los profesores Ángel Esteban, Ana Gallego y Álvaro Salvador por la ayuda brindada durante todo el proceso.
A Michael Palencia-Roth, por su confianza, guía y apoyo desde el comienzo de la investigación.
Por sus valiosas enseñanzas sobre Colombia y su literatura, va todo mi agradecimiento a, José Manuel Camacho Delgado, María Mercedes Jaramillo, Ángela Robledo, Gerald Martin, Patricia Lara y Elvira Sánchez-Blake.
Gracias a mi familia, de manera especial a mi madre, a Elena y a Miguel, por su aliento día a día para la escritura de estas páginas. Ellos son el motor de todos mis proyectos.
| 13 →
Michael P ALENCIA -R OTH
Universidad de Illinois
“For the dead and the living, we must bear witness. … Without memory, there is no culture”. Estas palabras de Elie Wiesel podrían ser el epígrafe de Reescribir la violencia: Narrativas de la memoria en la literatura femenina colombiana contemporánea, la lúcida e impresionante obra de Virginia Capote Díaz.
Nunca me olvidaré, siendo yo niño, de aquel atardecer en Cali, Colombia, cuando vi, desde la ventana en un cuarto del segundo piso de la casa familiar, a dos soldados fusilar a un hombre en la puerta de su casa. Eran los últimos días de la dictadura del general Rojas Pinilla, y todo el país explotaba. Tampoco me olvidaré de aquella noche, muchos años después, en la que, en la plaza central de Valledupar, sobreviví un intento a secuestrarme gracias a mis guardaespaldas. Poco tiempo después, en septiembre de 2001, en una carretera cerca de Valledupar, el frente 59 de las FARC secuestró y luego mató a la que me había invitado al festival del vallenato, Consuelo Araújo Noguera. El presidente Pastrana asistió a su sepelio.
Hay que reconocer –y hacer siempre el esfuerzo de mantener en la memoria– la violenta historia de la patria, ésta, en palabras de Elvira Sánchez-Blake, escrita con sangre. Todo colombiano –sea rico o pobre, hombre o mujer, de la ciudad o del campo– ha sido afectado. Todos han perdido parientes, amigos, conocidos. Todos hemos sido, de una manera u otra, víctimas. Pensemos en el Bogotazo (en abril de 1948) que despertó la violencia en muchas ciudades y, en especial, las zonas rurales; en las FARC, el ELN, y el M-19; en la toma del Palacio de Justicia (en noviembre de 1985); en aquellos inútiles procesos de paz con sus acuerdos y breves treguas; en el narcotráfico y el paramilitarismo; en la delincuencia común y en el sicariato; en la “pesca milagrosa” con motivo de secuestro en las carreteras; en las masacres sin número y en el desplazamiento de millones; en todos aquellos continuos y brutales combates. ← 13 | 14 →
En la historia, la literatura y el testimonio de “la violencia” han predominado la perspectiva masculina y el discurso hegemónico patriarcal. En la mayoría de los casos, la voz femenina ha sido “ignorada y silenciada”, dice Capote Díaz. Especialmente sobre la “mujer en la guerra” –quizás por ser pobre, afro-descendiente, indígena, mestiza o campesina, o a veces solamente por ser mujer– hay relativamente poco análisis e interpretación. Virginia Capote Díaz es de las pocas estudiosas en dedicarse a esta temática, y creo que Reescribir la violencia se verá como un aporte imprescindible –por su inteligencia, por su tratamiento histórico y teórico, por una rara combinación de objetividad crítica y compasión-. Capote Díaz vincula lo social con lo histórico, lo antropológico con lo filológico, lo ético con lo estético, la teoría del dominio y el poder con la ficción y el feminismo. Se centra en la transformación de autobiografía y testimonio en literatura, en especial en narrativa, en ficción. Analiza lo que ella denomina el género híbrido entre testimonio y ficción. La violencia no se puede entender, según ella y las escritoras que analiza, solamente por medio de los géneros tradicionales. Se necesita la hibridez genérica para poder representar, de una manera más comprensiva y compasiva, la experiencia de la violencia en Colombia.
En 1991, Mary Daza Orozco publicó ¡Los muertos no se cuentan así!, obra “testimonial pionera”. Ella, periodista de formación, es una temprana excepción al discurso hegemónico sobre la violencia. Se convierte en narradora testimonial para contar episodios de violencia contra los sindicalistas en las bananeras del Golfo de Urabá. Su género híbrido sirve de modelo –consciente o inconscientemente– para las cuatro principales escritoras estudiadas y analizadas en