INTRODUCCIÓN
La violencia contra las mujeres está presente en todos los ámbitos geográficos y sociales; todas las mujeres somos víctimas potenciales por el mero hecho de ser mujeres, independientemente del nivel económico o educativo. La violencia de género supone un atentado contra nuestra dignidad e integridad psicológica, moral y física; representa la máxima manifestación de la desigualdad entre mujeres y hombres y sigue siendo, aun hoy, la principal causa de muerte violenta en las mujeres.
Tal y como se señala en el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, en España, actualmente, nos encontramos en un momento crucial para construir una sociedad libre de violencia sobre las mujeres. En nuestro país se han alcanzado resultados positivos a lo largo de los últimos años; pero a pesar de los avances legales, las mujeres seguimos siendo controladas, amenazadas, agredidas y asesinadas; además de víctimas de nuevas formas de violencia surgidas al compás de los cambios producidos por la globalización, como la trata con fines de explotación sexual, la cosificación del cuerpo o las nuevas formas asociadas al uso internet y de las redes sociales.
Precisamente, en el marco del Pacto de Estado, como una de las acciones realizadas al amparo del I Convenio de Colaboración entre la Vicepresidencia y Consellería de Presidencia, Administraciós Públicas e Xusticia de la Xunta de Galicia y la Universidade da Coruña se encuadra este monográfico que, bajo el título Violencias de género: persistencia y nuevas formas, recoge las contribuciones de investigadoras e investigadores de ámbitos muy diversos, en su mayoría pertenecientes a las tres universidades gallegas, al análisis de las distintas formas de violencia contra las mujeres. Se abordan aquí algunos aspectos legales, psicológicos y sociales o económicos, muchas veces ignorados, pero que es necesario tener en cuenta para dar respuesta adecuada, prevenir y concienciar sobre el fenómeno de la violencia de género. En este sentido, y siguiendo ese enfoque transversal que se promueve desde el Pacto de Estado, se ha incluido en este monográfico un bloque dedicado a la formación con perspectiva de género en el ámbito universitario, aspecto este frecuentemente «olvidado» cuando se trata la violencia contra las mujeres; a pesar de las exigencias legales al respecto. La universidad, como motor de la sociedad, tiene la responsabilidad de formar profesionales con sensibilidad de género, comprometidos con la igualdad entre mujeres y hombres y con la erradicación de toda forma de violencia contra las mujeres.
Se inicia esta monografía con dos enfoques muy diferentes; en primer lugar, una reflexión desde el plano filosófico en la que Teresa Portas Pérez, a través de la teoría política de Hannah Arendt, hilvana una reflexión acerca de la violencia de género como violencia estructural y, más allá de ello, la violencia personal ejercida sobre las mujeres como un intento de destrucción de la unicidad e identidad de la persona; lo cual supone su inserción en el plano ontológico de la violencia. A continuación María Teresa Gallo Rivera, Elena Mañas Alcón, Luis Felipe Rivera Galicia y Rubén Garrido Yserte analizan los efectos de la violencia de género en la esfera laboral o productiva de las mujeres víctimas —tanto si realizan actividad laboral remunerada como no remunerada— así como de las personas de su entorno, como base para determinar cuáles son los costes que soportan las propias víctimas, pero también sus familiares y amigos, el sector público y los empleadores, como consecuencia de esa violencia infligida.
En la lucha contra la violencia de género, es esencial contar con un marco legislativo adecuado que articule los mecanismos necesarios para una protección efectiva de las víctimas. Almudena Valiño Ces reflexiona sobre las medidas de protección para las mujeres víctimas de violencia de género, destacando el papel de la orden de protección como instrumento legal que contiene medidas de protección y seguridad de naturaleza penal y civil, así como mecanismos de asistencia y protección social a favor de la víctima. Sin embargo, tal como señala María Macías Jara en su análisis del caso de La Manada, la perspectiva de género o principio feminista, intrínseco al Estado democrático de derecho, continúa, en gran medida, ausente en la aplicación de la legalidad e interpretación judicial sobre la violencia de género.
La violencia de género es un fenómeno estructural que no solo persiste, sino que en los últimos años han ido apareciendo nuevas formas asociadas al uso de internet y las redes sociales como formas de relacionarse. Así, Clara Chacón Castaño aborda el caso de la difusión de imágenes y vídeos de contenido sexual no consentido, sexting, y la importancia de la intervención jurídica para proteger los derechos que resultan conculcados con esta práctica. Por otra parte, Julia Ammerman Yebra analiza, desde una óptica feminista, el binomio mujer-imagen en los delitos de sexting y la publicidad; poniéndolo en relación con los derechos de la personalidad protegidos por el ordenamiento jurídico. Pero las nuevas tecnologías ofrecen también nuevas posibilidades de visibilización de sensibilidades y prácticas alternativas desde los movimientos feministas, como el #MeToo, concepto creado en 2006 e iniciado de forma viral como hashtag en las redes sociales en 2017. El desarrollo y el impacto de este fenómeno como mecanismo de denuncia de las agresiones sexuales y el acoso sexual cometidos por el productor de cine estadounidense Harvey Weinstein es analizado desde la óptica feminista por María Curros Espiño.
La asistencia y asesoramiento a las mujeres que sufren violencia de género implica la aparición de programas de atención a necesidades que entrelazan los ámbitos sociosanitarios, administrativos, residenciales y educativos. Dentro del estudio de la formalización arquitectónica de los centros de acogida para víctimas de violencia de género, Selina Ugarte Fidalgo, Paula Vázquez García, Isora Pérez Rodríguez, María Carreiro Otero y Cándido López González se centran en las unidades residenciales de transición, fijando una serie de características que han de tenerse en cuenta para el desarrollo del proyecto arquitectónico. Por otra parte, a través de las historias de vida de un grupo de mujeres que conviven en una casa de acogida en Alicante, María del Carmen Vera Esteban y María Cristina Cardona Moltó realizan una aproximación a los procesos de recuperación emocional y valoración de las víctimas del apoyo profesional recibido. Uno de los aspectos clave para salir del círculo de la violencia pasa por el empoderamiento de las mujeres. Diana Morela Escobar Arias analiza la trayectoria y empoderamiento de las mujeres que ejercen un liderazgo comunitario en el municipio de Yumbo (Colombia), un contexto de violencia sociopolítica. El liderazgo y la participación comunitaria aparecen como un elemento fundamental en los procesos de empoderamiento.
Pero, además, cuando hablamos de violencia sobre las mujeres, no podemos olvidarnos de sus hijas e hijos, víctimas a su vez, que requieren atención especial para su recuperación. En este sentido los centros educativos han de jugar un papel muy importante trabajando la educación emocional. Lucía Casal de la Fuente, Melchora Isabel Pardo de Guevara, Ángela Sánchez Castro, Sara Vilas Queiruga y Andreina Idimar Villanueva Nunes exploran el campo teórico de la cuestión, desde la definición de violencia contra las mujeres hasta las consecuencias que pueden llegar a vivenciar las y los menores que la sufren directa o indirectamente, para dar paso a la ejemplificación de los contextos donde podrían implementarse nuevas propuestas didácticas para la educación emocional de este colectivo vulnerable. Con este estudio, además, se da entrada al importante papel que juega el ámbito educativo, no solo en cuanto a intervención con las víctimas, sino también, y de forma muy significativa, en cuanto a prevención y sensibilización contra la violencia de género.