Karl Marx - El capital I - El proceso de produccion del capital
Aquí puedes leer online Karl Marx - El capital I - El proceso de produccion del capital texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 0, Género: Ciencia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
El capital I - El proceso de produccion del capital: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El capital I - El proceso de produccion del capital" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
El capital I - El proceso de produccion del capital — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El capital I - El proceso de produccion del capital " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
EL CAPITAL
Se han suprimido en su totalidad, naturalmente, los capítulos sobre la historia de la teoría del valor y del dinero. Sin em bargo, el lector de aquella obra encontrará cita das en las notas que acompañan al primer capí tulo nuevas fuentes sobre la historia de dicha teoría. Aquello de que los primeros pasos son siempre difíciles, vale para todas las ciencias. Por eso el capítulo primero, sobre todo en la par te que trata del análisis de la mercancía, será para el lector el de más difícil comprensión. He pro curado exponer con la mayor claridad posible lo que se refiere al análisis de la sustancia y mag-nitud del valor. 1 La forma del valor, que cobra cuerpo definitivo en la forma dinero, no puede ser más sencilla y llana. Y sin embargo, el espí ritu del hombre se ha pasado más de dos mil años forcejeando en vano por explicársela, a pesar de haber conseguido, por lo menos de un modo aproximado, analizar formas mucho más complicadas y preñadas de contenido. ¿Por qué? Porque es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la simple célula. En el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos.
El único medio de que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstracción. La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma devalor que reviste la mercancía es la célula econó-mica de la sociedad burguesa. Al profano le parece que su análisis se pierde en un laberinto de sutilezas. Y son en efecto sutilezas; las mismas que nos depara, por ejemplo, la anatomía mi-crológica. Prescindiendo del capítulo sobre la for ma del valor, no se podrá decir, por tanto, que este libro resulte difícil de entender. Me refiero, naturalmente, a lectores deseosos de aprender algo nuevo y, por consiguiente, de pensar por su cuenta. El físico observa los procesos naturales allí donde éstos se presentan en la forma más ostensible y menos velados por influencias per turbadoras, o procura realizar, en lo posible, sus experimentos en condiciones que garanti cen el desarrollo del proceso investigado en toda su pureza.
En la presente obra nos propo nemos investigar el régimen capitalista de produc-ción y las relaciones de producción y circulación que a él corresponden. El hogar clásico de este régimen es, hasta ahora, Inglaterra. Por eso to mamos a este país como principal ejemplo de nuestras investigaciones teóricas. Pero el lector alemán no debe alzarse farisaicamente de hom bros ante la situación de los obreros industria les y agrícolas ingleses, ni tranquilizarse opti mistamente, pensando que en Alemania las cosas no están tan mal, ni mucho menos. Por si acaso, bueno será que le advirtamos: de te fabulanarratur! (I) Lo que de por si nos interesa, aquí, no es precisamente el grado más o menos alto de desarrollo de las contradicciones sociales que brotan de las leyes naturales de la producción capitalista. Nos interesan más bien estas leyes depor sí, estas tendencias, que actúan y se imponen con férrea necesidad. Los países industrialmen te más desarrollados no hacen mas que poner delante de los países menos progresivos el es pejo de su propio porvenir.
Pero dejemos esto a un lado. Allí donde en nuestro país la producción capitalista se halla ya plenamente aclimatada, por ejemplo en las verdaderas fábricas, la realidad alemana esmucho peor todavía que la inglesa, pues falta el contrapeso de las leyes fabriles. En todos los demás campos, nuestro país, como el resto del occidente de la Europa continental, no sólo pa dece los males que entraña el desarrollo de la producción capitalista, sino también los que supone su falta de desarrollo. Junto a las mise rias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de tipos de producción antiquísimos y ya cadu cos, con todo su séquito de relaciones políticas y sociales anacrónicas. No sólo nos atormentan los vivos, sino también los muertos. Le mortsaisit le vif! (II) Comparada con la inglesa, la estadística social de Alemania y de los demás países del occidente de la Europa continental es verdade ramente pobre.
Pero, con todo, descorre el velo lo suficiente para permitirnos atisbar la cabeza de Medusa que detrás de ella se esconde. Y si nuestros gobiernos y parlamentos instituyesen periódicamente, como se hace en Inglaterra, comisiones de investigación para estudiar las condiciones económicas, si estas comisiones se lanzasen a la búsqueda de la verdad pertrechadas con la misma plenitud de poderes de que gozan en Inglaterra, y si el des empeño de esta tarea corriese a cargo de hom bres tan peritos, imparciales e intransigentes como los inspectores de fábricas de aquel país, los inspectores médicos que tienen a su cargo la redacción de los informes sobre "Public Health" (sanidad pública), los comisarios ingleses en cargados de investigar la explotación de la mu jer y del niño, el estado de la vivienda y la ali mentación, etc., nos aterraríamos ante nuestrapropia realidad. Perseo se envolvía en un manto de niebla para perseguir a los monstruos. Noso tros nos tapamos con nuestro embozo de niebla los oídos y los ojos para no ver ni oír las mons truosidades y poder negarlas. Pero no nos engañemos. Del mismo modo que la guerra de independencia de los Estados Unidos en el siglo XVIII fue la gran campanada que hizo erguirse a la clase media de Europa, la guerra norteamericana de Sece sión es, en el siglo XIX, el toque de rebato que pone en pie a la clase obrera europea. En Ingla terra, este proceso revolucionario se toca con las manos.
Cuando alcance cierto nivel, reper cutirá por fuerza sobre el continente. Y, al llegar aquí, revestirá formas más brutales o más humanas, según el grado de desarrollo logrado en cada país por la propia clase obrera. Por eso, aun haciendo caso omiso de otros motivos más nobles, el interés puramente egoísta aconseja a las clases hoy dominantes suprimir todas las trabas legales que se oponen al progreso de la clase obrera. Esa es, entre otras, la razón de que en este volumen se dedique tanto espacio a exponer la historia, el contenido y los resulta dos de la legislación fabril inglesa. Las naciones pueden y deben escarmentar en cabeza ajena. Aunque una sociedad haya encontrado el ras tro de la ley natural con arreglo a la cual se mueve–y la finalidad última de esta obra es, en efecto, des-cubrir la ley económica que preside el movimiento dela sociedad moderna– jamás podrá saltar ni des cartar por decreto las fases naturales de su de sarrollo.
Podrá únicamente acortar y mitigar los dolores del parto. Un par de palabras para evitar posibles equívocos. En esta obra, las figuras del capita lista y del terrateniente no aparecen pintadas, ni mucho menos, de color de rosa. Pero adviér tase que aquí sólo nos referimos a las
Página siguienteTamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «El capital I - El proceso de produccion del capital»
Mira libros similares a El capital I - El proceso de produccion del capital. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro El capital I - El proceso de produccion del capital y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.