Elyre Ross - Querida familia

''A mi padre, que gracias a lo malo que fue conmigo, me convertí en una persona muy madura y fuerte''.

''A mis seres queridos que volaron, ya que en este diario he podido revivirlos y hacerles un pequeño homenaje. Os quiero''.

''Me hubiese encantado tener unos padres normales, de esos que se dejan la vida por ayudar, cuidar y hacer felices a sus hijos...

Anhelo tener una familia, con la que compartir los buenos momentos como los cumpleaños, Navidades, semana santa... y los malos, como los problemas o la pérdida de un ser querido.

A quienes tengáis una buena familia, cuidadla, no sabéis el tesoro que tenéis en vuestras vidas, no os permitáis perderlo, porque perderíais un cacho de vuestra alma...''

‘’QUERIDA FAMILIA’’

Era un día nublado de 2018, bastante húmedo a causa de la lluvia que había estado cubriendo la ciudad de Madrid los últimos días. La arena del parque estaba blanda y húmeda y los niños aprovechaban para excavar y construir castillos de tierra y grandes fortalezas.

Lucía estaba jugando, como cada tarde, con su prima Azucena en el parque; se columpiaban, se subían y tiraban repetidas veces del tobogán y daban vueltas jugando al ‘’látigo’’.

-¡Vamos a hacer un edificio!- Propuso Lucía. -¡Me tiro una vez más del tobogán y voy!- respondió Azucena.

Lucía cogió sus palas, su rastrillo y su cubo y se puso a cavar en la tierra con la intención de amontonar tierra para hacer un gran edificio.

Azucena se tiró una vez más del tobogán y fue a ayudar a su prima a construir el edificio.

El parque estaba lleno de niños excavando en la tierra, apenas quedaban huecos libres para poder construir figuras.

Cuando llevaban un buen rato excavando se toparon con una misteriosa bolsa de plástico envuelta con cinta adhesiva; las niñas, rápidamente sintieron una gran curiosidad por conocer el contenido de ese paquete.

-¿Nos lo llevamos a casa o lo abrimos aquí?- preguntó Azucena…-hum… no sé... ¿y si nos vamos a un lugar apartado y lo abrimos?- repuso Lucía.

Las niñas se quedaron pensativas pensando qué hacer… temían que sus padres les regañaran por recoger cosas extrañas y las obligasen a dejarlo en su sitio, o incluso a tirarlo.

-Le podemos preguntar a mi madre si te puedes quedar a dormir en mi casa esta noche, así podríamos abrirlo antes de acostarnos..- propuso Azucena.-¡Vale!-exclamó Lucía sin dudarlo ni un instante.

Las niñas hablaron con sus padres y les propusieron lo de pasar la noche juntas; los padres aceptaron y Lucía se quedaría en casa de Azucena.

Llegada la noche, Lucía y Azucena dieron las buenas noches y se fueron a la habitación con completa disposición de descubrir lo que escondía ese misterioso paquete.

-Allá vamos- Repuso Azucena. Las dos sintieron cierto temor por el desconocimiento del interior, pero rápidamente cogieron unas tijeras y rompieron el lioso envoltorio del paquete.

Al romper el plástico descubrieron cinco curiosos libros, cada uno tenía un dibujo diferente en la portada, y unos parecían más antiguos que otros.-¡Son libros!- exclamó con sorpresa Azucena. Lucía abrió uno de los libros y se dio cuenta de que no era un libro normal, era un diario.- Son diarios, no libros- dijo Lucía.-¿Diarios?¿te imaginas que son de alguien famoso, como Marilyn Monroe o alguien así?-preguntó fantaseando Azucena.-Puede ser… ¿los leemos a ver qué cuentan?-propuso Lucía.

Azucena asintió y las dos, tapadas con el edredón, se dispusieron a leer el primer diario junto a la luz que generaba el flexo que tenía en su mesilla de noche.

El primer diario databa del año 1995, estaba escrito con letra de niña pequeña y en la portada había dibujado una nube con una carita sonriente, estaba pintado de azul, y en la primera página había una foto de una niña pequeña, de unos cinco años, morena, pelo liso, a media melena, que esbozaba una gran sonrisa y portaba un peto vaquero corto mientras sostenía un vaso de coca-cola de alguna hamburguesería.

Las niñas comenzaron a leer el primer diario:

<< 3-marzo-1995: Hoy mi padre me despertó a las 7 de la mañana para irnos al chalet, ¡me encanta madrugar para irme allí con él! Mi mamá no ha querido venir, no entiendo por qué… es una aburrida, nunca quiere venir con nosotros, ni al zoo, ni a cenar, ni al pantano, y menos a nuestro querido chalet ¡con lo divertido y grande qué es!. Y mi hermana tampoco, siempre vamos los mismos, mi chache, mi papi y yo, yo jamás fallaré a mi papá.

Antes de partir, mi papi me ha invitado a desayunar en un bar del barrio. He pedido un cruasán a la plancha y un batido de vainilla, estaba todo muy rico. Mi chache se ha pedido lo de siempre: Chocolate con churros, a mí no me gusta nada, me parece muy empalagoso y te deja los morros manchados ¡qué pena no haber tenido la cámara de mi papi para haberle hecho una foto! Hubiese sido muy graciosa…

Después de esto partimos al chalet, al llegar olía a cerrado… normal… solo vamos cada dos semanas… ¡con lo a gustito que estoy yo aquí siempre!

Por la tarde ha venido mi yaya, se ha venido en autobús desde Madrid ¡pobre yaya! Dijo que no se había venido con nosotros porque tenía asuntos que hacer por la mañana… ¡pero si era sábado! Es un día libre de asuntos.

Después de la llegada de mi yaya, nos quedamos en el porche, comiendo unas pastas que ha traído ella y oyendo música de los años 60, la favorita de mis padres, y por supuesto, también la mía.

Estaba jugando con las muñecas cuando oí a mi papi y a la yaya hablar de una tal Cecilia (qué casualidad, se llama como mi mami), decía que no la soporta, que es una ludópata y que es una guarra antisocial… mi papi le contó que todas sus joyitas las ha empeñado para gastárselas en el bingo, y que ignora a sus hijos , que solo quiere ir a jugar.

Yo no sé quién es la tocaya de mi mami, pero tiene pinta de ser una mala persona, que solo quiere jugar y no ocuparse de sus asuntos.

Luego, de repente, amenazaron a mi chache, diciendo que no contase nada o que lo pagaría muy caro… yo, como no quiero que le pase nada a mi hermanito, le agarré de las manos y me lo llevé fuera para jugar un poco a las raquetas y no escuchar tontunas de nadie; ahí mi papi no me pareció el papá de siempre, el que es tan bueno conmigo y me da tantos besitos…

Por la noche vino una mujer a visitarnos al chalet, era morena, tenía el pelo lleno de rizos y un lunar al lado de la nariz. Mi papá nos contó que era una actriz famosa, y que era clienta suya del bufete de abogados… ¿una actriz con problemas? ¿sería una delincuente? La verdad que no tenía pinta… además, nos hizo un gran regalo : ¡una consola! Para mi chache y para mí. Estuvimos hasta altas horas de la noche jugando con la consola. Fue un buen día, me encanta estar aquí.>>

<<10 de marzo: ¡Hola diario querido! ¿me has echado de menos? Yo a ti sí, pero es que no he podido escribirte antes porque he estado unos días con la familia materna y en la comunión de mi primo Sergio y con Ana, mi prima favorita, y no he tenido tiempo de escribir.

Esta vez el aburrido fue mi papi, que no quiso entrar con nosotros a la iglesia, se quedó fuera solito fumándose un cigarro. Mi madre despotricaba de él con su hermana, decían que era un maleducado, que eso no se hace, y ahí yo les di la razón. A mí me aburren las ceremonias esas, pero por mi familia yo aguanto el tiempo que sea, además, ¡luego hay fiesta!

En el convite mi papá y mis tíos se pelearon y al final mi papi vomitó y se fue al coche a dormir. Yo quise ir con él pero mi mamá no me dejó, incluso me regañó por eso…yo no entiendo nada, solo quería hacer compañía a mi padre… nada malo…