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Este libro es una publicación original de New American Library.
Copyright © Samalia, Inc.
Copyright del prefacio © Myrka Dellanos, 2016
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eBook ISBN 978-1-101-99109-1
THE LIBRARY OF CONGRESS HAS CATALOGED THE ENGLISH-LANGUAGE EDITION OF THIS TITLE AS FOLLOWS:
Rivera, Rosie, author.
My broken pieces: mending the wounds from sexual abuse through faith, family, and love/Rosie Rivera.
p. cm.
ISBN 978-1-101-99006-3
1. Rivera, Rosie. 2. Women television personalities—United States—Biography. 3. Television personalities—United States—Biography. 4. Rivera, Rosie—Family. 5. Rivera, Jenni. I. Title.
PN1992.4.R5313A3 2015
791.4502’8092—dc23 2015017328
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NOTA DEL EDITOR
En Penguin tenemos el compromiso de publicar obras de calidad y honestas. En ese sentido, nos sentimos orgullosos de poner este libro a disposición de nuestros lectores; en cualquier caso, la historia, las experiencias y las palabras en él contenidas son responsabilidad exclusiva del autor.
Version_1
Para Chay: Por sembrar la semilla en mi corazón hace muchos años. Hermana, ahora esa semilla da sus frutos.
Para todas las mujeres que han sufrido por el abuso: No están solas; somos hermanas en nuestras fracturas.
A Jesús: Quien se rompió para hacerme entera.
“Y aislados eran como trozos rotos de una estrella sin boca y sin brillo. Pero juntos eran el fuego, juntos eran el canto indestructible”.
—PABLO NERUDA
“Todo el mundo es roto por la vida, pero algunas personas son más fuertes en las partes rotas”.
—ERNEST HEMINGWAY
prefacio por myrka dellanos
Conocí a Rosie Rivera en un evento de la revista People en Español, realizado en Miami en octubre de 2012, y en el que estaban rindiendo homenaje a las Mujeres Poderosas en los Medios, y su hermana Jenni había sido elegida como una de ellas. En realidad, Jenni nominó a su hermana para ser parte de la lista de las poderosas y los fans votaron por ella, por lo que Rosie fue escogida para pronunciar el discurso de apertura. Nunca antes había visto a Rosie en persona, pero luego de observarla, lo primero que me impactó de ella fue su belleza.
Entonces comenzó a contar su historia. Recuerdo que estaba serena y era elocuente mientras relataba el abuso sexual que sufrió cuando era niña y el posterior abuso físico que tuvo que soportar. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y el corazón me palpitó mientras la oía hablar acerca de sus años de dolor y de odio a sí misma, y todos los representantes de los medios permanecieron completamente en silencio, hipnotizados por sus palabras. Mi hija adolescente se conmovió tanto que me dijo que quería conocerla. Nos acercamos a Rosie después del evento y le dije que quería entrevistarla, no sobre los detalles picantes relativos a su hermana, sino sobre la Love Foundation (Fundación Amor) y su trabajo con las mujeres maltratadas. Fue cálida y acogedora con mi hija y conmigo, e intercambiamos nuestros números de teléfono. Cuando nos fuimos, mi hija exclamó “¡la amo, mamá!”. Los adolescentes se sienten atraídos por personas que son reales e inexpertas, y Rosie era exactamente así. Como periodista, he tenido la suerte de conocer a muchas personas, y me conecto más con unas que con otras. Sentí una empatía inmediata con Rosie y ese día comprendí que su historia tenía el poder para ayudar y sanar a otros.
Adelantémonos tres años en el tiempo, y mientras leía su libro, Mis pedazos rotos, que contiene tantos detalles sin censura, me conmoví una vez más, sintiendo compasión y tristeza por Rosie y su familia, pero también por muchos niños y niñas que sufren este dolor, pero que no sobreviven para contar su historia. Sin embargo, a pesar de la aflicción en su vida, hay una esperanza y una belleza que brilla más que el mal. Y por eso estoy segura de que este libro es una herramienta poderosa en la curación de muchas de nuestras almas, que consideramos heridas. Lo que veo a través de la vida de Rosie es que el bien prevalece al final, y si Dios está de nuestro lado (y creo que Él nunca nos abandona ni nos desampara), entonces podemos dar un respiro a través de los tiempos difíciles sabiendo que los mejores días están por venir. Incluso en medio de nuestros días más oscuros, podemos hacer eco de la creencia de Rosie que aparece en Romanos 8:28 “... a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien...”. Y yo también estoy muy agradecida por esa convicción. Sin ella, muchos de nosotros no estaríamos vivos hoy.
Me sentí animada al leer la historia de Rosie, y para todos aquellos de ustedes que han experimentado una pérdida, una tragedia, el abandono, el abuso y unos días más oscuros, deben recordar que así como Rosie está viva y ha salido adelante, ustedes también pueden hacerlo. Rezo para que todos y cada uno de ustedes que lean sus palabras, comprendan que es posible liberarse del dolor, la culpa y la falta de perdón. Si hay un hilo que se teje a lo largo de Mis pedazos rotos es que Dios puede crear una hermosa obra de arte a partir de nuestra aflicción.
introducción
Desde que era una niña, sabía que no quería entrar al mundo del espectáculo. Como era una Rivera, eso es lo que todos esperaban de mí, pero yo sabía que tenía otros planes. Cada vez que mi padre me sentaba en su regazo en la mañana y me preguntaba qué querría ser cuando fuera grande, yo le decía que quería ser maestra, escritora o astronauta... pero nunca me pasó por la mente ser artista. Eso era lo que hacían mis talentosos hermanos y hermana, pero yo no. Yo iba a ser tan grande como ellos, pero a mi manera, ya fuera viajando a la luna o escribiendo un libro.
Sin embargo, todo cambió el verano en que cumplí ocho años. Aunque yo estaba segura todavía de que no quería ser artista, mis propios sueños se vieron truncados. El abuso sexual que sufrí, y que mantuve en secreto durante tantos años, me carcomió el alma, y no pasó mucho tiempo antes de que perdiera toda mi autoestima. El mundo ancho y hermoso que alguna vez había soñado conquistar, se derrumbó de repente y mi universo se hizo oscuro y empecé a creer, en lo más profundo de mi corazón, que realmente yo no tenía ningún valor. Todos mis sueños se vieron interrumpidos y la inocencia de una infancia dorada, rodeada de mucho amor y afecto, se tornó oscura.