…que una vez, cuando era estudiante de medicina, me preguntó sobre una enfermedad. Contesté en forma corrida y con terminología científica durante largos e interminables minutos… Mi madre guardó silencio y cuando concluí, sentenció:
—Hijo, si hablás así de difícil nunca vas a curar a nadie.
Prólogo de Felipe Pigna
¿Qué tienen en común Jesús, el Che, Napoleón, San Martín y toda la serie de notables personajes de la Historia cuyas historias clínicas constituyen el núcleo de este libro? Su condición de seres humanos que los aleja de lo sobrenatural y nos recuerda que todos ellos fueron pacientes, o mejor dicho, impacientes padecientes de enfermedades que de alguna manera marcaron sus vidas y condicionaron sus muertes.
Al hombre público no sólo se le perdona el no ocuparse debidamente de su salud, sino que en una visión muy particular de lo humano, se valora ese “estoicismo” —que encubre en no pocos casos cierta omnipotencia— de postergarse generalmente por entregarse a su pasión política o artística. Esto forma parte de la construcción del mito del héroe, tan apreciado en Occidente.
Cada uno de los personajes “atendidos” por el doctor Daniel López Rosetti tuvo una relación particular con sus males médicos y jugó hasta donde pudo con el delgado límite entre la vida y la muerte.
Sobre la misteriosa muerte de Alejandro Magno, el autor del libro que usted ha comenzado a leer y no podrá abandonar, arroja realmente una información novedosa y valiosísima, aportando, a 2.333 años de su muerte, el análisis de los últimos avances de la medicina, permitiéndose dudar de la clásica versión del envenenamiento —muy poco probable por las rutinarias medidas de seguridad que se tomaban en su entorno— sugiriendo que pudo haberse debido a enfermedades endémicas presentes en las zonas de sus conquistas.
Toda una tradición iconográfica ignoró a aquel entrañable, a todos los que antes y después del entrañable Antonio Machado reclamaron recordar al Jesús que anduvo en la mar y no al que murió en la cruz, y por lo tanto la asociación del Nazareno con el instrumento de tortura que lo llevaría a su muerte es inevitable a tal punto que se ha convertido en el símbolo de su credo. Pero muy pocos de los que portan el símbolo cristiano conocen las implicancias clínicas —descritas científicamente en este libro— de aquel horroroso castigo impuesto por el Imperio Romano en sus dominios y la aplicación de los conocimientos anatómicos para aumentar el dolor del condenado y prolongar su martirio.
Es imposible recordar a Napoleón despojado de sus males y de las conspiraciones de sus captores que rodearon su estancia obligada en Santa Elena, desde su derrota definitiva en 1815 hasta su muerte en 1821. Aquel hombre increíble, que inspiró a Beethoven a componer su Heroica, cambió el mapa de Europa y, sin quererlo, encendió la chispa de las revoluciones latinoamericanas; aquel que convirtió a la Francia revolucionaria en un Imperio, seguía siendo, sin embargo, un personaje incorrecto, molesto para los nuevos amos del mundo. De allí que se pensara con cierta lógica en la posibilidad del envenenamiento como causa de su muerte. El lector encontrará otra versión de la historia de la mano de especialistas médicos del siglo XXI.
Cierta historia machista intenta disimular la abultada historia clínica de José de San Martín, suponiendo que un héroe nacional no puede enfermarse y mucho menos cruzar parte de la cordillera en camilla. Los que no comulgamos con este enfoque fascistoide creemos que lo ennoblece y lo engrandece el haber emprendido semejante hazaña justamente en las condiciones en que lo hizo. En las páginas siguientes el lector encontrará un interesantísimo material que lo asombrará y lo acercará aún más al querido Don José.
Ernesto Guevara de la Serna, el “Che”, fue además de todo lo que sabemos sobre él, asmático y médico, y estos dos elementos le dan un interés extra a su vida para un libro como el presente. Hay datos muy precisos sobre cuándo comenzaron sus padecimientos asmáticos y cómo esta enfermedad influyó en su carácter, su temeridad y su relación con la muerte.
Es en el capítulo de Perón donde se confirman las excelentes dotes de investigador de Daniel López Rosetti, obteniendo una información exhaustiva sobre la vinculación de los sucesivos infartos del Perón del regreso y la situación política nacional, y sobre los oscuros últimos días del general, aportando una información novedosa. Como en el resto de los capítulos, aporta la actualización de los conocimientos médicos para entender mejor las causas últimas de su muerte bajo la sombra del “Brujo” López Rega.
Hay una increíble paradoja, la ceguera de Borges, que es analizada detalladamente en sus causas, desarrollo e implicancias. Nos adentraremos en el oro de los tigres y en ese mundo de sombras amarillas.
La historia reciente está presente en dos de sus más notables protagonistas, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner, en los que se destaca el entrecruzamiento entre sus historias clínicas y la de nuestro país.
Este interesantísimo trabajo se ocupa, como ningún otro hasta el presente en nuestro medio, de las historias clínicas de estos notables personajes. Su autor nos propone un apasionante viaje por la historia sumamente instructivo para los que no somos médicos, porque en la descripción entendible de las distintas patologías aprendemos sobre ellas por un camino original y atractivo. Vale la pena destacar la seriedad con que está escrito este libro en el que Daniel abandona deliberadamente las elecciones efectistas o amarillistas prefiriendo en los casos dudosos la formulación de hipótesis científicas a la exposición de conclusiones que no lo dejan satisfecho.
F. P.
Agradecimientos
Al historiador Felipe Pigna, por su estímulo, asesoría e inapreciable aporte en la investigación histórica que me ayudaron a hacer este trabajo.
Al Dr. Osvaldo Canziani, meteorólogo, miembro del panel intergubernamental de cambio climático —panel que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2007—, por su asesoría con relación a la salud y el clima en los capítulos dedicados a José de San Martín y Ernesto “Che” Guevara.