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Indro Montanelli (Fucecchio, 1909-Milán, 2001), ejerció los oficios más diversos tras licenciarse en derecho y ciencias sociales: desde pescador de bacalao en Noruega hasta militar en Eritrea, pasando por granjero en Canadá. Ingresó como periodista en Il Corriere della Sera, periódico que lo envió como corresponsal de guerra a diversos frentes, entre ellos el de la guerra civil española. Al margen de su producción de tipo periodístico (Personajes, Gente cualquiera), su producción abunda en obras de corte histórico como El buen hombre de Mussolini (1947), El general de la Rovère (1959) (llevada al cine por V. de Sica), Historia de Roma, Historia de los griegos, Historiade la Edad Media, La Italia de la Contrarreforma, Dante y su siglo, Italia en camisa negra, La Italia lictoria, La Italia del Eje, Corriente alterna, o Los sueñosmueren de madrugada, obras todas ellas en las que Montanelli evoca con gran amenidad la circunstancia humana de muchos personajes y hechos históricos. En 1979 se publicaron sus Crónicas de guerra, resumen de su corresponsalía durante la Segunda Guerra Mundial.
Título original: Storia dei Greci
Edición en formato digital: mayo de 2016
© 1959, Rizzoli Editore, Milano
© 2016, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
© Domingo Pruna, por la traducción
Diseño de portada: Penguin Random House Grupo Editorial
Fotografía de portada: Taga griega antigua por Epictetos, S. 500 A. C.
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ISBN: 978-84-663-3607-9
Composición digital: M.I. Maquetación, S.L.
www.megustaleer.com
Traducción de
Domingo Pruna
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La contribución de Grecia a la civilización occidental es vasta y fascinadora. Historia de los griegos constituye una obra inteligente y rigurosa que devuelve la condición de seres de carne y hueso a los grandes personajes de la cultura griega. Indro Montanelli, reconocido especialista en el tema, ofrece una visión casi periodística de la vida política y sociocultural del mundo griego, y permite conocer una serie de hechos y circunstancias hasta ahora mantenidas en segundo plano por la Historia tradicional.
Poeta italiano (1692-1768), fecundo, fácil y de imaginación pomposa. Frugonianismo significa en Italia poesía vacía y enfática. (Nota del traductor.)
En español en el original.
Partido político italiano contemporáneo.
Médico endocrinólogo italiano contemporáneo.
En español en el original.
A Tissy Meizzi Rossellini
A LOS LECTORES
Me sería más fácil enumerar los vicios y defectos de este libro que sus méritos y cualidades.
Antes de escribirlo, sabía que llegaría fatalmente a tal conclusión, pero lo escribí igualmente porque me divertía hacerlo, porque espero que alguien se divertirá leyéndolo y porque pienso que, pese a todas sus lagunas, llenará aquella, mucho mayor, que nuestros profesores olvidaron colmar: narración sencilla, relato cordial.
La he llamado HISTORIA DE LOS GRIEGOS porque, a diferencia de la de Roma, es una historia de hombres, más que una historia de pueblo, de nación o de Estado.
Por esto he reducido a lo esencial la trama de los acontecimientos políticos para dar preferencia a los que determinaron el desarrollo de la civilización y jalonaron sus grandes etapas. En este libro, los poetas y los filósofos cuentan más que los legisladores y los caudillos, la huella dejada por Sócrates y Sófocles me parece más profunda que la dejada por Temístocles y Epaminondas.
No pretendo haber dicho algo nuevo ni haber dado, a lo que ya es sabido, una interpretación original. Y ni siquiera me lo había propuesto. Mi ambición ha sido la de proporcionar a los lectores un medio para acercarse sin fatiga, y sobre todo sin aburrimiento, a los antiguos griegos.
Espero haberlo logrado.
INDRO MONTANELLI
Milán, setiembre de 1959.
PRIMERA PARTE
ENTRE HISTORIA Y LEYENDA
Capítulo I
MINOS
Hace unos sesenta años que un arqueólogo inglés, llamado Evans, hurgando en ciertas tiendecitas de anticuarios, en Atenas, halló algunos amuletos femeninos provistos de jeroglíficos que nadie logró descifrar.
A fuerza de conjeturas, estableció que debían proceder de Creta, se fue allí, compró una parcela de terreno en el lugar donde se creía que estaba sepultada la ciudad de Cnosos, contrató a una cuadrilla de excavadores, y después de dos meses de labor topó con el resto del palacio de Minos, el famoso Laberinto.
Poetas e historiadores de la Antigüedad, desde Homero hasta nuestros días, habían dicho que la primera civilización griega había nacido, no en Micenas, o sea en el continente, sino en la isla de Creta, y que había tenido la máxima floración en tiempos del rey Minos, doce o trece siglos antes de Jesucristo. Minos, contaban, había tenido varias mujeres que habían intentado en vano darle un heredero: de sus entrañas no nacían más que serpientes y alacranes. Tan sólo Pasifae, por fin, logró darle hijos normales, entre ellos Fedra y la rubia Ariadna. Desgraciadamente, Minos ofendió al dios Poseidón, quien se vengó haciendo que Pasifae se enamorase de un toro, pese a ser éste un animal sagrado. A satisfacer ésta su pasión la ayudó un ingeniero llamado Dédalo, llegado a la isla procedente de Atenas, de donde tuvo que huir por haber matado por celos a un sobrino suyo. De aquel connubio nació el Minotauro, extraño animal, mitad hombre y mitad toro. Y a Minos le bastó con mirarle para comprender con quién le había engañado su mujer.
Ordenó entonces a Dédalo que construyese el Laberinto para alojar en él al monstruo, pero dentro dejó prisioneros también al constructor con su hijo Ícaro. No era posible encontrar el camino para salir de aquel intrincamiento de corredores y galerías. Pero Dédalo, hombre de infinitos recursos, construyó para sí y para su chico unas alas de cera, con las que ambos huyeron elevándose en el cielo. Ebrio de vuelo, Ícaro olvidó la recomendación de su padre de no acercarse demasiado al sol: la cera se derritió, y él se precipitó al mar. No obstante su tremendo dolor, Dédalo aterrizó en Sicilia, adonde llevó las primeras nociones de la técnica.
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