MARCOS JAÉN SÁNCHEZ, es escritor, guionista y divulgador. Licenciado en Humanidades, y especializado en Literatura, su larga trayectoria profesional es muy amplia y diversa: colaborador de radio, prensa y televisión; autor de guiones de películas, programas televisivos, documentales y videoclips; realizador; editor de libros y coordinador de revistas… En su faceta como escritor, es autor de obras de ficción, de ensayos filosóficos y de textos de divulgación científica y cultural.
570 a. C. | Nace Pitágoras en la isla de Samos (Jonia). Jenófanes de Colofón funda en Elea (sur de Italia) una escuela filosófica. |
550 a. C. | Fecha aproximada del inicio de los viajes de aprendizaje que la tradición atribuye a Pitágoras y que se extienden por diez años. |
540 a. C. | Algunas tradiciones sitúan hacia esta fecha una pequeña escuela, llamada el Semicírculo, que Pitágoras fundó en Samos para transmitir los saberes adquiridos en sus supuestos viajes. |
535 a. C. | Polícrates se alza con el poder como tirano de Samos. |
530 a. C. | Pitágoras abandona su isla natal para establecerse en la colonia griega de Crotona, en la Magna Grecia. Los pitagóricos extienden su influencia por el sur de Italia, formando comunidades en varias ciudades. El auge de Crotona se asocia con el poder político que ostentan los pitagóricos. |
510 a. C. | Crotona derrota a Síbaris, su ciudad rival. En la misma fecha se sitúa la revuelta antipitagórica que tuvo como consecuencia la caída de la secta. |
490 a. C. | Posible muerte de Pitágoras en la ciudad de Metaponto, vecina de Crotona, adonde habría huido después de la revuelta. |
470 a. C. | Nace Filolao de Crotona, que recoge y ordena las doctrinas pitagóricas. Se dice que escribió tres libros que más tarde adquirió Platón. |
427 a. C. | Platón nace en Atenas. |
420 a. C. | No más tarde de esta fecha los pitagóricos (quizá Hipaso de Metaponto) ya habían descubierto la existencia de los números inconmensurables. |
435 a. C. | Nace Arquitas de Tarento, discípulo de Filolao y amigo de Platón, que refundará el pitagorismo en una interpretación estrictamente científica. |
387 a. C. | Platón funda la Academia. Su obra recoge y reinterpreta los pensamientos centrales del pitagorismo. |
384 a. C. | Nace Aristóteles, que expondrá y criticará el pitagorismo en el capítulo quinto de la Metafísica. |
300 a. C. | Nace Euclides de Alejandría, que compilará y sistematizará la geometría elemental griega en una obra fundamental para el desarrollo de las matemáticas y la ciencia, los Elementos de geometría. |
Título original: Pitágoras. El teorema de Pitágoras
Marcos Jaén Sánchez, 2012
Diseño/Retoque de cubierta: Skynet & Budapest
Editor digital: Skynet
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Introducción
Los estudios que se han ocupado de Pitágoras se han debatido siempre entre la admiración y la sospecha. Deseosos de mantener pura una visión de la antigua Grecia como origen del pensamiento lógico moderno, a lo largo de los siglos la filosofía, la filología clásica e incluso la historia de la ciencia descartaron como superstición ciertos aspectos del mundo griego. Pero las evidencias que contradecían esa concepción sólida y limpia de una Grecia clásica racionalista existían desde antiguo y asomaban tímidamente en la obra de algunos autores. Poco a poco esa visión alternativa se ha ido abriendo paso y hoy en día es posible perfilar un cuadro mucho más complejo del espacio intelectual que habitaban los antiguos griegos.
El pensamiento de la Grecia arcaica y clásica fue el resultado de una mixtura de elementos que incluía el misticismo y la religión, una combinación difícil de comprender para la mentalidad contemporánea, modelada en la tradición positivista de la Ilustración. Pitágoras de Samos es, sin duda, la muestra más representativa de esa complejidad. Durante largo tiempo, su personalidad ha sido considerada en su dimensión más reducida, la del genio matemático. Desde esa perspectiva, una aproximación con mayor voluntad de detalle arrojaba al curioso a un laberinto de oscuridades y recovecos incómodos. En la actualidad el único acercamiento posible a su figura no puede ignorar ninguna de las capas que componen su identidad de manera indisociable: Pitágoras mago y matemático, hombre de conocimiento racional e irracional a un mismo tiempo.
La aportación del sabio de Samos se desarrolló en el contexto de la religión griega. La concepción más popular de esta se corresponde con el panteón de dioses que ha llenado de iconos la narrativa occidental. Sin embargo, los dioses olímpicos son solo un estrato posterior; frente a él se sitúa una vertiente más antigua relacionada con lo subterráneo y lo mistérico. Ya desde la época arcaica, los griegos estuvieron en contacto con pueblos como los tracios o los escitas, de cuya tradición chamánica recibieron numerosas influencias. Pitágoras emergió en ese mundo, y extendió su sombra magnífica como hombre religioso imbricado a la vez con el comienzo de la reflexión científica en el mundo griego. La ambivalencia de Pitágoras es la evidencia de que no puede separarse el origen de la filosofía (una palabra cuya propia creación se le atribuye, aunque erróneamente) de la religión griega. Para los griegos, el intelecto tenía inspiración divina. Los poetas y los sabios de la antigua Grecia estaban tan cerca de los dioses como los profetas y los sacerdotes. Pitágoras fue elevado a una categoría divina y, de hecho, es la primera figura de hombre «divino» conocida en el mundo occidental que reunió a su alrededor una secta de seguidores adheridos a su doctrina.
Al contrario de lo que aseguran algunas voces, la existencia real de Pitágoras no ofrece ninguna duda. Su vida se desarrolló aproximadamente entre los años 570 y 490 a. C., e incluso es posible dar por auténticas varias fechas de su biografía. Existen pruebas suficientes de su salto a la esfera pública a los cuarenta años, cuando huyó de Samos —una isla del mar Egeo muy próxima a Asia Menor— para escapar del tirano Polícrates. Alrededor del año 530 a. C. se estableció en la colonia griega de Crotona, en la Magna Grecia, donde organizó una secta religiosa y se involucró de manera activa en la política hasta el punto de expandir su hermandad, y con ella su influencia, por todo el sur de Italia. Ahora bien, en cuanto a su nacimiento, sus viajes y su formación, todo queda dentro del terreno de la leyenda, una leyenda compuesta por los elementos míticos característicos de su mundo y su tiempo.
Es muy difícil reconstruir de manera rigurosa, en el sentido al que estamos acostumbrados en la actualidad, el cuerpo de conocimientos del antiguo pitagorismo, pero a pesar de la densidad de capas que lo caracterizan, la fama del maestro como científico persiste. Algunas tradiciones le consideran el padre de diversas disciplinas del saber, como las matemáticas, la astronomía, la política y la filosofía. Se le atribuyen tantas invenciones en terrenos tan variados del conocimiento, cual verdadero descubridor de la sabiduría humana, que se ha convertido en una suerte de símbolo de la ciencia y el progreso. Su impronta se encuentra no solo en las ciencias, sino también en la música, y después, en la retórica, la adivinación, la medicina y la religión.