Los códigos ocultos
de la Biblia
Uri Trajtmann
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eISBN: 9789563100570
T ABLE OF C ONTENTS
D esde hace miles de años se transmite en el seno de la tradición del pueblo de Israel una enseñanza reveladora: todo lo que es, fue y será en el mundo se encuentra en la Torá. Pasado, presente y también futuro. Cada detalle, desde el acontecimiento más insignificante hasta el más relevante.
La Mishná, en el tratado de principios, dice:
«Busca y busca en ella [en la Torá], pues todo se encuentra en ella» (Pirkei Avot, capítulo 5).
Si todos los acontecimientos pasados y futuros de la humanidad se encuentran en la Torá, ¿cómo se explica que cuando se lee el texto sólo se encuentren historias y leyes aparentemente sin conexión con los eventos futuros?
¿Dónde está toda la información de la que habla el Talmud hace casi dos mil años? ¿Dónde está escrito todo lo que aconteció y acontecerá en el mundo? ¿Es verdaderamente posible hallar cada detalle de la historia de la humanidad, desde su principio hasta su final, como así transmite la tradición del pueblo de Israel, o acaso se trata tan sólo de una metáfora?
Hace más de dos mil años, los sabios místicos del pueblo de Israel escribieron: «Dios miró en la Torá y creó el universo» ( Zohar , Terumáh, 161b). Según los textos más profundos del pueblo de Israel, el mundo fue creado por Dios mediante Su «palabra», utilizando el idioma hebreo. Más adelante, la Torá fue recibida en el monte Sinaí en esta misma lengua.
Ocurrió hace algo más de 3300 años, cuando en la quietud del desierto donde se encontraba el pueblo de Israel tras haber salido de Egipto, casi tres millones de personas al pie del monte Sinaí escucharon de repente un ruido muy fuerte y vieron salir humo de la montaña. Truenos y relámpagos estallaron por doquier y todo el pueblo tuvo miedo. Era el acontecimiento más trascendente de la historia de la humanidad: la revelación de Dios a todo un pueblo, la entrega de Su doctrina, la Torá, los cinco libros de Moisés, eje central del judaísmo y del resto de las principales religiones monoteístas del mundo, el cristianismo y el islam.
En un plano místico, Dios miró en ella y creó el universo, y es por eso que toda la información de lo que fue, es y será hasta el más minino detalle está contenida en la Torá, fuente de máxima sabiduría que determina la realidad. Así como un arquitecto antes de construir una casa dibuja en un plano cada detalle de la obra, la Torá es el plano del mundo.
Como ejemplo de ello, dado que está escrito en la Torá «no robarás», Dios creó una realidad donde existiera la posibilidad de robar, para que el ser humano se autocontrole, absteniéndose de robar, y no al revés. Es decir, que como Dios vio que existía el robo decidió acuñar un precepto en la Torá prohibiendo tal acción.
La Torá comprende los cinco primeros libros de la Biblia que, según la tradición del pueblo de Israel, es exactamente la misma que Dios le mostró a Moisés, letra por letra, mientras el pueblo de Israel estaba en el desierto.
La Biblia ha sido traducida a todos los idiomas y dialectos, convirtiéndose en el best seller por excelencia, con más de seis billones de ejemplares distribuidos en todo el mundo. Es la base fundamental del judaísmo, del cristianismo y del islam, su mensaje es universal y se ha mantenido vigente hasta nuestros días.
La existencia de códigos ocultos en la Torá no es un descubrimiento nuevo. Lo que sí es nuevo es la posibilidad de encontrar dichos códigos a través de la habilidad de los ordenadores y de los modernos sistemas estadísticos. Así, se ha logrado la difusión y el reconocimiento de este saber, demostrado por científicos de renombre mundial e incluso verificado por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
No obstante, la información codificada en la Torá que revela el conocimiento de cada hecho y detalle de la historia es bien conocida por la tradición del pueblo de Israel desde antaño. Existen documentos de más de dos mil años de antigüedad que lo atestiguan.
La ciencia sólo ha revelado una de las formas en las que se oculta la información, el ELS ( Equidistant Letter Sequences , o «secuencias de letras equidistantes»). Sin embargo, además de este método, existe información codificada a través de otras modalidades, tales como la forma de las letras, las primeras letras de palabras consecutivas, las últimas letras de palabras consecutivas, la numerología, las letras grandes, las letras pequeñas, las letras extra, kri u ketib y muchas otras.
La información codificada en la Torá habla de cada acontecimiento a lo largo de la historia, tanto en el ámbito colectivo como individual. Sin embargo, la Biblia no es en esencia un libro de historia, sino de sabiduría, y en su interior encierra losmás fundamentales secretos de la existencia humana. Estos mensajes están relatados expresamente y muchos de ellos están ocultos para que sean descifrados sólo por quien tenga la capacidad de ser un recipiente adecuado para tal conocimiento.
Un ejemplo de que los sabios del pueblo de Israel conocían los códigos se encuentra en un texto escrito por el sabio Ben Bag Bag de hace casi dos mil años:
«Busca y busca en ella [en la Torá], pues todo se encuentra en ella» (Pirkei Avot, capítulo 5).
Y esto es cierto no sólo en un sentido general, sino también en un sentido más particular, en el que incluso el mas mínimo detalle de cada persona o acontecimiento se encuentra allí reflejado, desde el comienzo del mundo hasta su fin. Sólo hay que saber cómo buscar.
C RIPTOGRAFÍA: EL ARTE DE ESCRIBIR MEDIANTE
UNA CLAVE SECRETA O DE UN MODO ENIGMÁTICO
La criptografía es tan antigua como la historia del hombre. La necesidad de comunicarse con aliados sin que el resto se entere nace con la civilización. Las razones son obvias: a nadie le gustaría que el enemigo conociera su estrategia si lograse interceptar un mensaje.
Éste es uno de los métodos más utilizados por los servicios de inteligencia, y entre ellos el Mosad, para comunicarse con sus agentes secretos sin ser descubiertos. El espía envía unmensaje oculto en un texto que no despierta sospechas; al leerlo superficialmente no parece ser más que una simple carta de saludo, pero al descifrarlo usando una clave que ambas partes, emisor y receptor, conocen de antemano, el verdadero mensaje sale a la luz. Esto cumple dos funciones fundamentales para la seguridad nacional: en primer lugar, el espía envía su mensaje sin temor a que el enemigo lo descubra; en segundo lugar, cuando el servicio de inteligencia recibe la carta puede estar seguro de que viene de su agente y de que no es una falsificación del país enemigo, pues sólo su espía sabe cómo se oculta la información relevante.
Para que el proceso de encriptación se lleve a cabo deben existir cuatro elementos: un emisor, que es quien quiere dar a conocer el mensaje; un receptor, que es el interesado en la información; un medio de transmisión, que es a su vez el que oculta el mensaje; y, finalmente, un código, es decir, una clave con la cual el receptor podrá descifrar el mensaje.
Imaginemos que un romántico enamorado, de nombre Romeo, que debe mantener en secreto su amor para no contravenir la voluntad de la familia de su amada Julieta, desea escribir una carta a su amante sin que la familia de ella lo descubra. Es común que a sabiendas de los sentimientos de Romeo, la familia de ésta revise cuidadosamente la correspondencia de Julieta censurando todo lo que no sea considerado conveniente para ella.
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