Este nuevo libro sobre platón de Giovanni Reale no solamente constituye la suma, sino, desde cierto punto de vista, el complemento de todos sus trabajos precedentes, con algunas novedades que el autor considera de cierto relieve. Desde hace cierto tiempo, algunos estudiosos han observado justamente que Platón se sitúa en un momento histórico del todo excepcional, en el cual llega a la plenitud un desarrollo cultural de importancia verdaderamente revolucionaria. El objetivo principal de este libro, fruto ahora de cuatro décadas de estudios platónicos del autor, quiere consistir en hacer algunas contribuciones para la rectificación de determinados parámetros que pretenden imponerse, y en reconstruir los rasgos de Platón como escritor, como poeta y como mitólogo, a diferencia de como pensador. Se trata de rasgos mucho más ricos y complejos de lo que muchos piensan, y que no tienen parangón.
Giovanni Reale
Platón
En búsqueda de la sabiduría secreta
ePub r1.0
Un_Tal_Lucas 11.09.16
Título original: Platone. Alla ricerca della sapienza segreta
Giovanni Reale, 1997
Traducción: Roberto Heraldo Bernet
Editor digital: Un_Tal_Lucas
ePub base r1.2
GIOVANNI REALE, (Pavia, 1931-Varese, 2014). Se doctoró en la Universidad Católica de Milán y siguió cursos de especialización en Marburgo y en Munich. Ha enseñado historia general de la filosofía y filosofía moral en la Universidad de Parma y fue catedrático de historia de la filosofía antigua en la Universidad Católica de Milán, donde fundó el Centro de Investigación en Metafísica (Centro di Ricerche di Metafisica).
Entre las numerosas condecoraciones recibidas podemos mencionar la láurea honoris causa de la Academía Internacional de filosofía del Liechtenstein, de la Universidad Católica de Lublino, de la Universidad del Estado de Moscu y el Premio «Roncisvalle» de la Universidad de Navarra.
Sus estudios abarcan desde el pensamiento antiguo pagano hasta el cristiano y tuvo grandes aportaciones en estudios sobre Aristóteles, Platón, Plotino, Socrátes y Agustín.
I
ALGUNAS OBSERVACIONES DE CARÁCTER INTRODUCTORIO. UNA REVOLUCIÓN DE TRASCENDENCIA HISTÓRICA EN LA CIVILIZACIÓN GRIEGA
PLATÓN EN EL MOMENTO FINAL DEL CHOQUE DE LA NUEVA CIVILIZACIÓN DE LA ESCRITURA CON LA CULTURA TRADICIONAL DE LA ORALIDAD
El predominio de la oralidad en la cultura griega hasta el siglo V y el cambio decisivo de la técnica de la comunicación en la primera mitad del siglo IV
La cultura griega, en sus distintas expresiones, con la poesía a la cabeza, se fundamentó, como es sabido, desde la edad homérica hasta el siglo V a. C., de manera predominante en la oralidad, tanto en lo concerniente a la presentación del mensaje al público cuanto a su transmisión y, con ello, a su conservación.
La introducción de la escritura alfabética y su utilización por parte de los griegos aparece en el siglo VIII a. C. Al comienzo, sin embargo, la escritura fue utilizada casi en forma exclusiva para objetivos de índole práctica, para textos de leyes y decretos, para catalogaciones, para las indicaciones sobre las tumbas y para datos grabados sobre los sepulcros, como también para disposiciones testamentarias. Sólo en un segundo momento la escritura se concretizó en forma de libro.
De una cultura analfabeta no se pasó a una cultura alfabetizada sino en forma lenta y muy compleja: en primer lugar, aprendieron a escribir y a leer sólo pocas personas en razón de su profesión, teniéndose, así, lo que bien puede considerarse una forma de alfabetismo de corporación. Después, comenzaron a aprender a escribir y a leer algunas de las personas más cultas, creándose así una situación de semialfabetismo. Finalmente, a partir del último tercio del siglo V y sobre todo con la primera mitad del siglo IV a. C., se puede afirmar que la cultura griega se encontraba ya alfabetizada en gran medida.
Los primeros textos puestos por escrito fueron los poéticos, comenzando por los de Homero, tal vez entre el año 700 y el 650 a. C. Pero, al principio, estos textos escritos eran soportes de la oralidad, es decir, instrumentos de los cuales se servían los rapsodas para aprenderlos de memoria y luego recitarlos, estando así bien lejos de tener un público de lectores.
Las opiniones de los estudiosos están algo divididas, tanto respecto de los tiempos cuanto de los modos según los cuales la cultura de la escritura logró sus victorias decisivas. En efecto, como con razón se ha advertido, el estudioso de hoy difícilmente sabe valorar la consistencia y trascendencia de ciertos documentos y testimonios, en cuanto los juzga con una mentalidad nacida y crecida en la cultura de la escritura, estando, entonces, inclinado a atribuir al descubrimiento de documentos escritos o de instrumentos para escribir no ya el peso que podían tener solamente en una cultura en la que todavía predominaba la oralidad, sino el peso y la relevancia que pueden tener en una cultura de la escritura ya adquirida y bien consolidada. Havelock ha precisado, con razón: «La clave del problema no radica en el empleo de caracteres escritos ni en el de objetos para la escritura —que es lo que suele atraer la atención de los estudiosos—, sino en la disponibilidad de lectores; y ésta depende de la universalización de las letras. El trauma de la lectura —por emplear un término moderno— ha de imponerse en el nivel primario de escolarización, y no en el secundario. Hasta época tan tardía como la primera mitad del siglo V, las pruebas, a nuestro entender, parecen demostrar que los atenienses, si es que aprendían a leer, lo hacían en la adolescencia. Este nuevo conocimiento se superponía a una formación previa de tipo oral —y lo más probable es que no se aprendiera mucho más que a escribir el propio nombre (lo primero que apetece escribir), y que la ortografía fuese muy vacilante. En Las nubes, que data de 423 o algo después, hay una escena en que se describe una escuela de chicos encabezada por el arpista. En el pasaje no hay referencia alguna a las letras, destacándose la recitación. Está escrito en vena nostálgica y, puesto en relación con la afirmación del Protágoras, en el sentido de que los niños aprendían a leer en la escuela, cabe deducir de él que en las escuelas áticas la implantación generalizada de las letras en el primer nivel se produjo a principios del último tercio del siglo V. Esta conclusión está en línea con el hecho de que la alfabetización general se consiguiera al final de la guerra, como señala Las ranas en 405. De hecho, esta última pieza de convicción debería servir para recordarnos que la Comedia antigua, cuando introduce el empleo de documentos escritos en alguna situación teatral, lo hace para darles la consideración de novedad, ya cómica, ya sospechosa, y hay pasajes en la tragedia en que se captan las mismas insinuaciones».
A no pocos de estos documentos deberemos retornar más adelante, en la medida en que Platón, como veremos, hace referencias precisas a los mismos. Nos apremia particularmente poner de relieve en forma preliminar la tesis que ya hemos señalado y que habremos de replicar paso a paso, a saber, que precisamente en la época de Platón estaba concluyendo aquella transformación cultural que cambió la historia de occidente y que hay que comprender correctamente si se quiere comprender al mismo Platón