Agradecimientos
La investigación sobre la que se basa este libro fue efectuada en el marco del proyecto Fondecyt nº 1085006, “Procesos de individuación y configuración de sujeto en la sociedad chilena actual”. Nuestro sincero agradecimiento a este apoyo, sin el cual este estudio no habría jamás existido. Además del financiamiento ya mencionado, esta investigación, dada la magnitud del trabajo efectuado, requirió de otras fuentes de apoyo. Para empezar, pero de manera fundamental, el universo de trabajo y de conversación informal del que cada uno de nosotros goza en sus universidades respectivas: la Universidad Academia de Humanismo Cristiano para Kathya Araujo; la Université de Lille 3 y luego la Université Paris Descartes, para Danilo Martuccelli. Un reconocimiento especial nos merece la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Ella acogió el proyecto mencionado y entregó su sostén decidido e incondicional para facilitar cada una y todas las etapas de este estudio y la realización de este libro. Resultó invaluable para la tarea emprendida la atmósfera de libertad intelectual que la caracteriza, el respeto por la temporalidad de la producción de conocimientos y la generosidad del soporte institucional para las búsquedas, muchas veces inciertas, que la tarea de investigación supone.
Pero esta investigación no habría sido tampoco posible sin el concurso de varios jóvenes investigadores que nos acompañaron a título diverso en esta aventura. Nuestro reconocimiento va en primer lugar a Mariana Valenzuela, sin cuya seriedad muchas de las cosas que hicimos, en los plazos en los que las hicimos, habrían sido imposibles. Su participación, en compañía de uno u otro de nosotros, en muchas entrevistas fue siempre un aporte importante para la investigación, así como el trabajo de campo que realizó en Valparaíso. Agradecemos, también, a Nelson Beyer, por acompañarnos en algunos tramos de la investigación y por su trabajo de entrevistas en Concepción y Valparaíso. No podemos no tener un pensamiento afectuoso para María Elena Fuentes y Guacolda Rojas, quienes con su permanente disposición desde lo que entonces era el Programa de Estudios de Género y Sociedad (Progénero), nos apoyaron en todo momento.
En este proyecto se enmarcaron las tesis de magíster de Javier Hidalgo, Carolina Könn, Myriam Jara, Mariana Valenzuela y la de grado de Daniel Lorca. Las reuniones quincenales de tesistas, en las que participaron algunos otros jóvenes estudiantes, fueron un espacio de conversación estimulante y renovadora.
A lo que nos aportaron estos trabajos quisiéramos aunar, asimismo, lo ganado en las discusiones informales que durante estos años hemos podido tener con otras personas; en particular, Javier Agüero y Sebastián Seguín y los estudiantes del seminario de Kathya Araujo en el doctorado de Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile. No olvidamos, por supuesto, lo enriquecedor de los comentarios de distintos colegas recibidos en las presentaciones de los primeros resultados realizadas tanto en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano como en la Universidad de Lille 3 y de Paris Descartes.
Esta investigación fue, además, enriquecida por la beca de investigación que le fue otorgada a Kathya Araujo por la Fundación Alexander von Humboldt, la que fue realizada al alero y generosidad de los colegas del Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín. Por último, este trabajo fue alimentado por las estadías que, como profesor invitado, pudo realizar en Chile en los últimos años uno de nosotros –Danilo Martuccelli–, en la Universidad Diego Portales, en la Universidad Alberto Hurtado y en la Universidad de Chile.
Finalmente, un agradecimiento particular, con la calidez y cercanía que dan los años, a Silvia Aguilera y Paulo Slachevsky, de LOM, por su entusiasmo, estímulo y paciencia con este y otros proyectos editoriales que fueron produciéndose alrededor de este trabajo.
Esta investigación ha movilizado durante casi cuatro años a un gran número de personas. Pensamos, sobre todo, en el casi centenar de ellas que consintieron en darnos una entrevista, que nos acogieron en sus casas o en sus centros de trabajo, y que nos hablaron, con total libertad, de sus vidas e inquietudes. Por evidentes razones de anonimato, sus nombres no están aquí consignados. Pero que todas y cada una de ellas sepan que nuestra gratitud por su tiempo, su sinceridad y su sabiduría ha tomado la forma de este libro. Ojalá no se sientan defraudadas.
Introducción
¿Por qué se trabaja tanto en Chile? ¿De qué manera el mérito se ha convertido en un problema de justicia? ¿Cómo entender que nadie se sienta seguro en su posición social? ¿A qué se debe que el “chaqueteo” esté tan expandido? ¿Qué explica la desilusión con la política? ¿Por qué se está siempre agobiado por el tiempo? ¿Cómo se vive la resaca del crédito fácil? ¿Qué hace tan difícil ser pareja? ¿Cuándo se perdió el sentido de lo público?
Este libro busca entregarle al lector o lectora un conjunto de herramientas que le permitan responder a éstas y otras preguntas, entender mejor la sociedad en la que vive, así como las maneras en que habita lo social. Para lograrlo, nos hemos propuesto desarrollar un modo de comprensión de la vida colectiva que asume como exigencia primordial la necesidad de producir una sociologíapara los individuos. Pocos objetivos, creemos, son hoy más urgentes que éste en las ciencias sociales. ¿Por qué? Porque es indispensable que ellas salgan del enclaustramiento en que recalaron al haber privilegiado como espacio de interlocución a la academia o al mundo gubernamental y la clase política. Porque es más que urgente que el diálogo sea con aquellos, los auténticamente concernidos. Porque lo que enfrentamos hoy es la expansión de una nueva sensibilidad social. Una sensibilidad que hace que sea cada vez más en referencia a sus propias experiencias que lo social obtiene o no sentido para los individuos (Martuccelli, 2007b; Araujo, 2009a).
Una sociología para los individuos, ése es nuestro intento, es aquella que se propone cernir lo que incita a los actores, lo que los tensiona, lo que los moviliza. Constituye un esfuerzo por restituir los desafíos ordinarios y las maneras en que son enfrentados por individuos singulares cotidiana y esforzadamente, pero para interpretarlos no como eventos anecdóticos, sino como el testimonio mismo de lo que compartimos y nos entrama como sociedad. O dicho de otro modo, la ambición última de una tal sociología es recordar, otra vez, que las vivencias particulares son retos compartidos resultado de las lógicas y formas de estructuración que tiene la sociedad en el momento histórico en el que se la habita.
Para hacerlo, para mantener viva esta sensibilidad sociológica, es necesario, hoy como ayer, reflexionar sobre las fuerzas sociales que generan los desafíos que los actores se esfuerzan, sin desmayo, por resolver. Una perspectiva que requiere comprender la interacción permanente entre las vidas cotidianas y los procesos estructurales.