Leonardo Paolo Lovari - Kemet--Historia Antigua de Egipto

El vínculo que une Egipto con el Nilo es algo simbiótico, este 6671 kilometros de largo río, que se origina en los lugares tre-este cen- en África (Sudán). El Nilo tiene dos afluentes principales: Nilo Bianco y el Nilo Azul, que se reúnen y están cerca de la capital de Sudán, Jartum. Con un caudal de 2.830 metros cúbicos por segundo (la media anual es de 1.048 metros cúbicos) y con una zona de captación con una superficie de 3,254,555 kilómetros cuadrados (casi 11 veces Italia), que representa aproximadamente el 10% de la superficie África es uno de los ríos más largos del mundo.

En la región del desierto de Egipto superior como un río ancho oasis de 5 a 20 GC puede ser utilizado para el cultivo. Al norte de El Cairo, se divide en dos ramas que desembocan en el Mediterráneo: la Rosetta Branch hacia el oeste y el este de Damietta rama que dan vida a un Delta de modo que cubra la superficie de 24.000 kilómetros cuadrados. Desde Jartum el Nilo es muy suave con una pendiente muy baja, sólo interrumpido por las seis cataratas a Asuán, que son un obstáculo para la navegación sólo en aguas poco profundas.

El Nilo era y todavía se utiliza para el transporte de mercancías a lo largo del camino. Mientras que la mayoría de los egipcios todavía viven en el valle del Nilo, la construcción de la presa de Asuán a proporcionar energía hidroeléctrica, se detuvo la renovación de la tierra fértil a través de las inundaciones anuales y se ha convertido en una de las causas de la erosión gradual del amplio delta. Sin embargo, se asegura que el agua potable constante a Egipto, y en la gestión del río a menudo va en contra de las necesidades de otros países, como Uganda, Sudán, Etiopía y Kenia. La presa es uno de los más grandes en el mundo y su construcción ha creado el mayor lago Nasser, que cubre 5250 kilómetros cuadrados. Otras presas se construyeron en Esna, Asiut y Delta. Hasta la construcción de la presa de Asuán sus inundaciones anuales hicieron la tierra circundante extremadamente fértil, una porción de tierra para cultivar maíz y otros cultivos. Por otra parte, la introducción de los búfalos por los persas en el siglo VII antes de Cristo, que buscó ambiente húmedo con presencia de agua, además de camellos, representó una excelente fuente de carne para la población vecina. El búfalo domesticado también podría ser utilizado para arar, mientras que los camellos como animales de carga.

Sus inundaciones son bastante regular: comienzan en junio y alcanzar la capacidad máxima a finales de septiembre, después de lo cual disminuirá hasta que el siguiente mes de junio (los egipcios tenía sólo tres estaciones de datos divididos en cuatro meses cada uno: verano, otoño e invierno). Esta tendencia se debe a la compleja red completa de los afluentes que alimenta al río, mientras que las sustancias fertilizantes son transportados por las corrientes de Etiopía que, con la impetuosidad de sus aguas erosionar la masiva volcánica eliminación de las sustancias fertilizantes. En el pasado, debido a estas inundaciones, el nivel del agua aumentó varios metros (cerca de Asuán 9 metros), y sólo los pueblos construidos en las colinas no sufrió daños. El agua del Nilo deja en los campos de un gran depósito de agua, así como una muy rica capa de sustancias fertilizantes limo. Todas las tumbas del antiguo Egipto fueron construidas al oeste del Nilo, porque los egipcios creían que el fin de entrar en la otra vida, era necesario ser enterrado en el lado que simboliza la muerte.

( Biban el-Muluk ). Necrópolis real de la antigua Tebas (Egipto), situado a 5 km al este del Nilo entre escarpadas montañas del desierto; Contiene 62 tumbas de los reyes y las personas de más alto rango de las dinastías XVIII-XX (ca. 1550-1069 aC), a partir de la de Tutmosis I (KV 38) a Ramsés XI (KV 4). Las tumbas, excavadas en la roca, se componen en su esencialidad por un portal de entrada, que estaba oculto por los escombros, un pasillo descendente, un vestíbulo y una cámara del sarcófago. El templo funerario, donde el último rey recibió el mismo culto reservado para dioses, permanecieron accesibles a los márgenes de las valle.

Inicialmente las tumbas se constituidos por un largo y empinado pasillo curvo, que fluía en una cámara de enterramiento ovalada y en cuadrangular continuación. El libro dell’Amduat, una verdadera guía de los bajos fondos, decorado las paredes con un estilo lineal, a imitación del papiro entró en la era. A partir de Horemheb (ca. 1323-1295 aC), el último faraón de la dinastía XVIII, los pasillos se ampliaron y se convirtieron en posición vertical, lo que lleva, entre espléndida pintura de decoración en relieve, la cámara funeraria. Los textos religiosos se enriquecieron repertorio y colores, incluyendo ahora la letanía del Sol , el libro de la Tierra libro, el libro de las puertas y el Libro de las cavernas .

El techo de la cámara funeraria estaba decorado con decanos y constelaciones, en un derroche de oro sobre fondo azul cielo. Saqueado desde el final del Imperio Nuevo y visitar griegos y romanos, las tumbas del Valle de los Reyes se han explorado en los tiempos modernos a partir de la expedición napoleónica (1798-1799), a la sensacional descubrimiento en 1922 de la tumba casi Tutankamón intacta. A principios de 1990 una expedición estadounidense dirigido por K. Weeks redescubierto en el Valle de los Reyes una tumba gigante colectiva (KV 5), el lugar de enterramiento de algunos niños varones (había alrededor de 45) de Ramsés II (ca. 1279-1213 AC) el famoso faraón de la dinastía XIX. El monumento es el más grande encontrado en el valle, con más de 110 habitaciones y pasillos y una estructura en forma de T que recuerda el Serapeum de Saqqara, el lugar de enterramiento de los toros sagrados Apis comenzaron derecha desde Ramsés II. Las mismas K. Weeks está a la cabeza del Proyecto Mapping Theban , que ha completado la asignación completa de toda la necrópolis reales. Si las casas de El Cairo Museo Egipcio las momias de muchos gobernantes depuestos en el Valle de los Reyes (incluyendo Amenhotep II, Tutmosis IV, Merneptah, Ramsés II, III y IV), se lo debemos al trabajo de sacerdotes en el final del Imperio Nuevo, que se escondieron los cuerpos en la clandestinidad, descubiertas por los arqueólogos sólo en siglo XX con su increíble riqueza de testimonios e información.