Annotation
Pirámides, imágenes de faraones, jeroglíficos, símbolos, riquezas increíbles, maldiciones... A todos nos resultan muy familiares los detalles y la estética que acompañan el país del Nilo pero, en realidad, ¿qué sabemos sobre los egipcios?,
¿conocemos algo de su espiritualidad y del tesoro de sabiduría que legaron a las generaciones posteriores?
Naomí Ozaniec desvela en esta obra todos los secretos que encierra el hermético mundo de los mitos, los dioses y los espíritus del Antiguo Egipto. Combinando sus conocimientos históricos con una prosa fácil y precisa, la autora repasa todos aquellos aspectos que marcaron el carácter y la cultura de la época de los faraones.
NAOMÍ OZANIEC
El libro de la sabiduría egipcia
Traducción de Miguel Martínez Herráiz
Tikal
Sinopsis
Pirámides, imágenes de faraones, jeroglíficos, símbolos, riquezas increíbles, maldiciones... A todos nos resultan muy familiares los detalles y la estética que acompañan el país del Nilo pero, en realidad, ¿qué sabemos sobre los egipcios?, ¿conocemos algo de su espiritualidad y del tesoro de sabiduría que legaron a las generaciones posteriores? Naomí Ozaniec desvela en esta obra todos los secretos que encierra el hermético mundo de los mitos, los dioses y los espíritus del Antiguo Egipto. Combinando sus conocimientos históricos con una prosa fácil y precisa, la autora repasa todos aquellos aspectos que marcaron el carácter y la cultura de la época de los faraones.
Traductor: Martínez Herráiz, Miguel
Autor: Ozaniec, Naomí
©1997, Tikal
ISBN: 9788430581030
Generado con: QualityEbook v0.71, notepad++
©ELEMENT BOOKS LTD
©SUSAETA EDICIONES, S.A. (version castellana)
Tikal Ediciones / Unidad Editorial
Rambla de la Llibertat 6-8-17004 Girona
Teléfono y Fax (972) 22 28 78
Traducción: Miguel Martínez Herráiz
Diseño de cubierta: Antonio Tello
Ilustración de cubierta: Tot actuando de testigo mientras Osiris pesa el alma de un difunto. Mural de la tumba de Neferronpet.
Tebas, siglo XIII a.C
Impreso en la UE
Naomi Ozaniec es una escritora y profesora con veinte años de experiencia en los misterios de la Tradición Occidental que ha volcado su interés en el antiguo Egipto y en las diferentes manifestaciones del sacerdocio en el mundo antiguo. Entre sus libros se encuentran Los Chakras y un Manual del Tarot.
El objetivo de esta serie de libros es dar a conocer un amplio abanico de temas esenciales aunando sencillez y calidad.
Los libros se encargan directamente a expertos en cada materia quienes a su vez nos entregan un texto de lectura agradable y, a menudo, facilitan puntos de vista únicos sobre el tema tratado; además resultan interesantes tanto para quienes ya poseen algún conocimiento sobre el contenido como para aquellos que lo abordan por primera vez .
Muchos de estos libros, a un tiempo concisos y de fácil comprensión, presentan sugerencias prácticas y ejercicios que permitirán la experiencia personal tanto como la comprensión de la teoría y constituyen una valiosa fuente de información de muchos temas de gran relevancia.
Este libro está dedicado a los sacerdotes encargados de mantener y desarrollar la sabiduría egipcia. Ellos saben quiénes son. También está dedicado a aquellos que van en pos de la antigua sabiduría, pues quienes buscan el espíritu de la verdad serán bendecidos .
AGRADECIMIENTOS
M E encuentro en deuda con los trabajos de Isha y R. A. Schwaller de Lubicz, cuya perspicacia se convirtió para mí en una extraordinaria fuente de conocimiento. Tan sólo puedo recomendar al lector que descubra por sí mismo estos tesoros. También me encuentro en deuda con las ideas expresadas por Jane Sellers, cuyo libro me provocó un profundo impacto desde el mismo momento en que me topé con él.
El territorio egipcio
El universo estelar está vivo, dirigido por la voluntad y controlado
por la inteligencia.
C.R.K Seymour. The Forgotten Mage
El Antiguo Egipto no tenía una «religión» como tal, era religión en su
totalidad.
R.A. Schwallerde Lubicz, Sacred Science
Tú sabes, luego no sabes, oh Asclepio, que Egipto es la copia del cielo, mejor dicho, el lugar desde donde se mediatizan y proyectan todas las operaciones que gobiernan y accionan las fuerzas celestiales, y aún más que eso, si hemos de decir toda la verdad, nuestra tierra es el templo del mundo entero.
Hermes Trismegisto a Asclepio, Corpus hermeticum
INTRODUCCIÓN
E GIPTO todavía ejerce una poderosa influencia en la imaginación. La Exposición de Tutanj-amón, que se pudo ver en todo el mundo, atrajo a un número incalculable de personas que esperaron pacientemente para contemplar el rostro del rey niño. Tristemente, para muchos la máscara mortuoria de Tutanj-amón se ha convertido en un cliché, el único símbolo de una sociedad obsesionada con la vida después de la muerte. No existe ninguna duda de que Egipto continúa ejerciendo una poderosa fascinación. Al igual que Cárter, vemos «cosas maravillosas» y nos preguntamos por el guía espiritual de una civilización tan extraña, tan desconocida y al mismo tiempo tan espectacular en sus logros. Nos sentimos desconcertados por los numerosos dioses egipcios. Nuestra curiosidad se despierta ante las momias egipcias y la posible existencia de una magia egipcia nos hipnotiza. La magnificencia de Egipto nos impone un reverente temor. Sentimos perplejidad al buscar, en vano, la sencilla clave que nos descubra su razón de ser. Si queremos comprender el versátil espíritu egipcio tendremos que dejar a un lado nuestra incredulidad tal como haríamos al presenciar cualquier gran drama. En realidad, la civilización egipcia fue un drama viviente. Sus templos fueron el escenario de una representación sagrada que aglutinaba al dios, al rey y al pueblo. Sus ceremonias de estado fueron una representación cósmica al aire libre y sus misterios, silenciosos secretos. Los actores de esta historia fueron los intermediarios divinos, los funcionarios tanto sagrados como profanos, los constructores y artesanos y, por supuesto, los dioses. Hagamos un esfuerzo por dejar a un lado nuestra incredulidad al tiempo que se levanta el telón en la tierra de Khem.
Incluso si queremos alcanzar el espíritu esencial de Egipto hemos de abandonar los conceptos acuñados en el siglo XX. Tenemos que intentar pensar en otra lengua dejando a un lado nuestra predisposición mental. Podemos concebir numerosos interrogantes sobre Egipto, pero no deberíamos esperar encontrar las respuestas en formatos fáciles de reconocer. Los egipcios no construyeron su civilización en beneficio nuestro. El intento de entender el pensamiento egipcio siguiendo tan sólo nuestros patrones de conducta ha provocado la confusión sobre los objetivos de Egipto. Debido a que únicamente se han localizado unos pocos textos astronómicos, se ha dicho que los egipcios poseían un pobre conocimiento de la astronomía. Triste argumento cuando la prueba de su saber astronómico se encuentra ampliamente reflejada en numerosas piedras. Se ha dicho que los egipcios eran unos pobres matemáticos, cuando no hay duda de que fueron los maestros de Pitágoras. Si únicamente buscamos lo que podemos reconocer con facilidad, nos sentiremos tristemente decepcionados. Tenemos que estar preparados para que nuestro pensamiento discurra por vías alternativas y hacer que nuestra imaginación dé pasos de gigante. Los egiptólogos se ven confinados por las limitaciones de su disciplina —su trabajo consiste en registrar, observar y describir. Nosotros no estamos obligados a trabajar dentro de ese marco; la tarea que nos hemos autoimpuesto consiste en entender e introducirnos en el pensamiento egipcio. Buscamos la sabiduría, una cualidad abstracta e invisible que como una potente levadura actúa desde el interior sin ser vista, lo que nos permite alcanzar el nivel cultural de una civilización. Hemos de buscarla por todas partes indirectamente; no puede ser simplemente descubierta o definida. Sólo si miramos más allá de las apariencias, más allá de las formas, podremos percibir el trabajo de su espíritu unificador.
Página siguiente