Manuel Melado y Ángel Vela
Cantares entre
dos orillas
Cantares entre dos orillas
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Derechos reservados © 2016, respecto a la primera edición en español, por:
© Manuel Melado Prado
© Ángel Vela
© Editorial Samarcanda
ISBN: 9788416953158
E-book: 9781524303211
Producción editorial: Lantia Publishing S.L.
Plaza de la magdalena, 9, 3º - 41001, Sevilla
www.lantia.com
IMPRESO EN ESPAÑA-PRINTED IN SPAIN
Índice
Prólogo: Dos hijos predilectos
Introducción
Soleares
Fandangos
Indiferencia
En las marismas
De Gibraleón
Para fandangos, mi tierra
De Huelva marinero
Campanadas
Cuando sale el Gran Poder
Saetas
Al Cristo de Burgos
Buena muerte
Macarena
De San Gil
Gran Poder
Este pueblo pecador
A la Virgen de la Aurora
Luz del medio día
Gloria trianera
Agonía y muerte
A la Virgen del Rosario
La oración en el huerto
Cachorro de mi querer
Seguidillas
Villancicos
Con nanas de sol y luna
Estampa navideña
Brindemos con aguardiente
Que se acerquen los pastores
Sevillanas
Mi casa trianera
Despertar en Triana
La luna quieta
Vereda verde
Joselito y Belmonte
Soñar con tu boca
Sol en Triana
La feria y la luna
La Sevilla del 50
La feria y el río
Sevillanas para conquistar
Cruzar el río
Marinera y cantaora
Soñar con ser costalero
Sevilla del 800
Sevillanas de los armaos
Al capitán de los armaos (Don José López “El Pelao”)
La guapa Dolores
Estrella valiente
Quiero cruzar la bahía
Al pintor Antonio Badía
Coplas
Hacia el alba
Para sentir el amor
Canastera de Cái
Tu hijo
Que no cante el gallo
Ganarás el pan
Mi hoguera de amor
El arte de Sevilla
Inesperadamente
El bolígrafo
Cómo me duele, niña
Ángel Vela
(1) Triana y otras patrias
(2) Cosas que pasan...
(3) De amores y desamores
Prólogo
de dos hijos predilectos
La soleá es la madre de Andalucía. Lo dijo Bécquer cuando vio que la poesía del futuro tendría que hundir sus versos en la sabiduría popular que le servía de cimiento al flamenco. Breve, natural, seca, directa al corazón. Así la definió el genio que nació en el barrio de San Lorenzo y que está considerado el padre de la poesía española contemporánea. La soleá es la madre de Andalucía, y Manuel Melado o Ángel Vela son dos de sus hijos predilectos. Así lo demuestran en estas gavillas de versos que son como flechas sin adornos que buscan las entrañas del lector.
En este libro hay otras estrofas, como las brillantísimas sevillanas de Melado que nacieron para ser cantadas: la poesía popular o se canta, o no es nada. Pero son las soleras, sobre todo las puras de tres versos, las que contienen esa esencia que va de lo filosófico a lo amoroso, y que en algunos casos rozan lo metafísico. Los grandes temas de la poesía universal están contenidos en estos versos apretados por la brevedad. El paso del tiempo provoca que el espejo nos devuelva al que somos, no al que hemos sido, como dice Ángel Vela en una soleá sublime que provocará el estremecimiento del lector cuando la encuentre. Y el amor, que también pasa como bien supo ver el inevitable Bécquer, es el culpable del sentimiento que más nos desgarra por dentro: el desamor.
Ahí está, en mi modesto juicio, lo mejor del libro. Las soleares del desamor están forjadas en las fraguas del desengaño. Es imposible sustraerse al repeluco que provocan cuando ese sentimiento inefable toma la forma recogida, como una media verónica dolorosa, de la soleá. Sin filigranas, sin virguerías, sin figuras literarias que distraigan al lector y que desfiguren el mensaje. Breves. Secas como maroma. Como un cuchillo imposible de tres filos como tres versos. Esas soleares no se escriben. Se aparecen, como decía Rafael Montesinos. Deslumbran al artista y provocan un dolor interior del que nunca podrán recuperarse. Lo mismo le ocurre al que las escucha. A todos nos han cantao / en una noche de juerga / coplas que nos han matao , por decirlo con las palabras de otro gran poeta de la soleá: Manuel Machado.
Tengan cuidado cuando lean este libro. Algunas coplas pueden matar al lector por dentro. Heridas como cristales rotos. Clavos en los puntos finales. Palabras como labios desangrados o desangrándose. Es el gran misterio de la poesía cuando se despoja de los ropajes vacuos -ahora recordamos a Juan Ramón- y aparece ante nuestros ojos vestida con la túnica de la inocencia. O desnuda, que para eso el amor es su médula, su cuerpo, su esencia. Lean y disfruten, porque el andaluz llora mientras canta para no dejar por embustero a Cernuda. Un poeta de Triana y otro de la Alameda. Soleares que piden, más que mármol, el refugio de la memoria. En más de una se reconocerá el lector. Como si le hubiera sucedido a él. Porque ahí está la habilidad y el don de los poetas de verdad: son capaces de decirnos lo que nos pasa por dentro.
Paco Robles
Introducción
Con esta breve y sencilla aportación al mundo del flamenco y del sentimiento, hemos querido contribuir modestamente a lo que para nosotros significa, dentro del género de la literatura cantaora , uno de los estilos que a mi modo de entender se presta a la confusión; entre estos cantares la soleá, ya que algunos lo mini valoran por el hecho de que tres o cuatro versos, simplemente, puedan tener una cierta relevancia ofreciendo aparentemente poca complejidad, y nada más incierto y engañoso.
En los tres o cuatro versos sucintos de una soleá, se encuentra resumida una sentencia, un pensamiento filosófico, y es más, hasta me atrevería a decir que en ella se encierra o se condensa todo un mundo de variados sentimientos y emociones. Es por ello que el poeta, a la hora de escribirla, tiene que sopesar si ese mensaje que la soleá debe llevar implícito, puede llegar a calar y hasta hacer meditar al lector receptor directo de dicho mensaje.
De ahí que me decidiera, después de la buena acogida de mi libro anterior, “Me mató una soleá”, donde incluía una selección importante y minuciosa de poetas sevillanos y andaluces que, gracias a su sensible capacidad creadora, fueron los artífices del éxito impagable de esta pequeña entrega de escasamente setenta páginas, aunque todas ellas rebosantes de flashes que llegaban directamente al corazón del lector.
Y es por ello que en esta ocasión haya querido contribuir con esta nueva selección que hemos titulado “Cantares entre dos Orillas”, contando con la inestimable colaboración de un gran poeta y amigo como es Ángel Vela, autor de numerosísimas obras dedicadas a difundir personajes importantes no sólo de su arrabal trianero, sino extendiéndose a todo lo que significa y ha significado, todo ese mundo variopinto de las tradiciones más significativas y entrañables de nuestra ciudad.
Y la decisión de llevar a cabo esta obra no ha sido otra que compartiendo como lo hacemos cada domingo ese de tú a tú , en animadas conversaciones, exentas de fútbol y de política, dedicadas por completo a lo que nos seduce y apasiona como es la literatura, y dentro de ella la poesía, le propuse esta colaboración llevando al papel impreso lo que ya de por sí, es el motivo de nuestras tertulias domingueras.
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