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PALABRAS PRELIMINARES
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Las biografías feministas que se dedican a contar la historia de Beauvoir suelen aludir a un mismo fenómeno elocuente: el día en que murió, el 14 de abril de 1986, todos los obituarios mencionaron que ella había sido la pareja del famoso intelectual francés Jean-Paul Sartre. Sin embargo, al morir Sartre, el 15 de abril de 1980, fueron pocos los obituarios que recordaron que él era el compañero de vida de la famosa intelectual francesa Simone de Beauvoir. Si las feministas que estudiamos a Beauvoir nos detenemos en este hecho, no es solo porque a los ojos contemporáneos nos resulta evidente el sexismo que el caso expresa, sino, además, porque sabemos que fue la propia Beauvoir quien nos dio las herramientas necesarias para reconocer ese sexismo:
Algunos han contado que Sartre escribía mis libros. Uno, que no me quería mal, me aconsejó al día siguiente del Goncourt: “Si concede entrevistas, aclare que Los mandarines es suyo. Ya sabe lo que se dice, que Sartre le lleva la mano…”. También se ha pretendido que a él le debo mi carrera: su intervención se limitó a presentar a Brice Parain dos manuscritos míos de los cuales uno, por otra parte, fue rechazado. A otra cosa. Se ha dicho en mi presencia que Colette había triunfado “acostándose”; a tal punto nuestra sociedad trata de mantener a mis semejantes en su status de seres secundarios, reflejos, juguetes o vampiros del gran sexo masculino.
No es sencillo encarar un libro sobre Beauvoir en 2022, porque a esta altura ya hay demasiado escrito sobre su vida y su obra. Beauvoir goza de una ambigua ventaja respecto de otras filósofas. Ella es nombrada, reconocida, editada y reeditada. Sin embargo, eso no significa que de hecho sea leída, estudiada y comprendida. Pensemos en que una de las ediciones que más circula de El segundo sexo en América Latina no solo tiene defectos graves de traducción, sino que también está desordenada y le faltan capítulos.
Las filósofas feministas han hecho grandes esfuerzos por promover las ideas de Beauvoir, para que sea reconocida como algo más que un pintoresco personaje francés, un ícono del amor libre o una fuente inagotable de chismes intelectuales de la Francia del siglo XX. Beauvoir escribió mucho, pero no se la leyó tanto como a Sartre. Su figura, por lo tanto, es ambigua: es a la vez célebre y poco conocida. Por lo general, se tiene de su obra un conocimiento superficial. ¿Qué sabemos, por ejemplo, sobre su período moral? ¿Y sobre su imponente estudio sobre la vejez? Su nombre y su rostro es popular, “no se nace mujer, se deviene” se convirtió en un lema que hasta podemos ver impreso en tazas y remeras, pero sus ideas no son fácilmente identificables ni comprensibles por quienes no se han dedicado a pensarla.
Este libro está orientado a presentar el pensamiento filosófico de Beauvoir a través de una curaduría de fragmentos de sus obras y un estudio preliminar que arroja luz sobre dicha selección. El foco de esta curaduría es el de presentar pasajes de la Beauvoir filósofa. Si bien es necesario contextualizar su pensamiento en el marco más amplio de su vida y su sociedad, esto no será más que un punto de partida para luego sumergirnos de lleno en su filosofía.
Es muy probable que muchas partes de este libro resulten difíciles de asimilar, pero la filosofía no es un campo de estudio sencillo y no es mi interés hacer creer que lo es. No está mal que algunas lecturas nos soliciten un poco más de esfuerzo. Tomémoslo como un desafío del pensamiento. Es posible que en algunos momentos sea necesario ir y venir de una página a otra para comprender mejor alguna idea, o para fortalecer alguna conexión entre conceptos. Pero mi propósito central es que este libro ofrezca las herramientas necesarias a quienes lo lean, para que cuando les pregunten si saben algo de Beauvoir, no la tengan a mano solamente como la pareja de Sartre o la autora de El segundo sexo. Mi deseo es que puedan transmitir algunas de las ideas de Beauvoir con el mismo entusiasmo con el que yo las repaso una y otra vez. Y que cuando digan “no se nace mujer, se llega a serlo” sean capaces de reconstruir esa frase como un problema filosófico y no como una consigna vacía.
Algo importante para destacar es el recorte que realicé de la obra de Beauvoir. Al tratarse de una obra extensa, que cuenta con novelas, obras de teatro, cuentos, ensayos, diarios, autobiografías y artículos de diversa índole, se impone la necesidad de delimitar una porción de ese universo para que este estudio de su pensamiento no se convierta en un monstruo de cientos de páginas que nadie va a querer leer. La selección que realicé sobre la obra beauvoriana tiene un criterio genérico: tomo su obra de no ficción y dentro de esta extensa selección, me acoto a sus ensayos explícitamente filosóficos: ¿Para qué la acción?, Para unamoral de la ambigüedad, El segundo sexo y La vejez. Este recorte me permite tirar de un hilo conceptual filosófico para desembocar en una respuesta a la pregunta de por qué nos interesa leer a Simone de Beauvoir hoy. Ese hilo es el de la libertad, un concepto que ha pasado un poco de moda en la academia filosófica —y también en el campo de la teoría feminista— y que hoy es paradójicamente retomado en la esfera pública por sectores reaccionarios antifeministas.
Empiezo este libro por donde prometí no detenerme demasiado: su vida. No voy a contar la historia de una mujer excepcional. Voy a contar la historia de una mujer que, dada cierta configuración concreta de su situación existencial (concepto filosófico que ya aprenderemos), se convirtió en Simone de Beauvoir. Describiré su formación, cómo se ganó un lugar en la historia de la intelectualidad europea del siglo XX y del movimiento feminista, y también cómo se narró a sí misma, porque la autobiografía fue uno de sus registros de escritura más preciados.
En el segundo capítulo nos preguntaremos si existe o no una filosofía beauvoriana. La pregunta no es ociosa y veremos que hay allí mucho para analizar no solo sobre Beauvoir en particular, sino también sobre la historia de las mujeres filósofas en general. Luego abordaremos una sistematización de la fenomenología existencial beauvoriana que nos ayudará a encuadrar su obra en un marco más general. Veremos cómo las ideas de una filosofía de la libertad y de la experiencia situada son centrales en su pensamiento y recorren toda su producción.