DerGhougassian, Khatchik Todo lo que necesitás saber sobre el conflicto en Medio Oriente / Khatchik DerGhougassian. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Paidós, 2017. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga ISBN 978-950-12-9631-0 1. Conflictos Bélicos. 2. Geopolítica. 3. Oriente Medio. I. Título. CDD 327.1 |
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© 2017, Khatchik DerGhougassian
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Primera edición en formato digital: julio de 2017
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ISBN edición digital (ePub): 978-950-12-9631-0
Prólogo
El Medio Oriente no existe…
El título no es una invitación al lector para que cierre este libro.
Es una respuesta a la pregunta –provocativa, por cierto– que da título al volumen de ensayos Is there a Middle East? The evolution of a geopolitical concept [¿Existe el Medio Oriente? La evolución de un concepto geopolítico], editado por Michael E. Bonine, Abbas Amanat y Michael Ezekiel Gasper, el cual incluye capítulos escritos por reconocidos científicos sociales, entre los que se encuentran geógrafos, historiadores y politólogos especialistas en Medio Oriente.
Con este título, el libro quiere sugerir que el concepto de Medio Oriente es un producto del imaginario geopolítico y, por lo tanto, macroespacial y cambiante. No es posible definirlo geográfica o institucionalmente así como se delinean, por ejemplo, las fronteras de Asia o de la Unión Europea. La razón de esta indefinición se debe a la falta de procesos de integración capaces de producir cohesiones institucionales o alianzas estables que generen equilibrios de poder. Al contrario, desde el siglo XIX, y en el contexto de la decadencia del Imperio otomano, se siguen dando dinámicas de fragmentación, propias de la evolución de las sociedades locales pero también alentadas externamente, que caracterizan el desarrollo de la historia en Medio Oriente y que, paradójicamente, le dan una entidad de región.
Medio Oriente , como término, revela, sobre todo, el lugar desde donde se miró el este del Mediterráneo y el norte de África hasta la península árabe. En su origen, el concepto reflejaba la visión geoestratégica de los británicos durante la Primera Guerra Mundial que inicialmente se definió como Cercano Oriente . La denominación Medio Oriente fue una modificación impuesta también por un imperativo geoestratégico y se legitimó para denominar el conjunto de las provincias árabes del Imperio otomano. El documento secreto conocido como el acuerdo Sykes-Picot en 1916 demarcó, con la repartición de esas provincias, el mapa inicial de los estados territoriales y definió el reparto colonial en términos de mandatos.
Hasta aquí, lo que se refiere al concepto Medio Oriente . Pero también es insoslayable otra pregunta: cuando hablamos de conflicto en Medio Oriente, ¿a cuál de todos ellos nos referimos?
Desde el punto de vista de la política internacional, entenderemos que se trata de la dinámica de “la paz y la guerra entre las naciones”, que –según la simbolización del sociólogo francés Raymond Aron– involucra las figuras emblemáticas del diplomático y del soldado; pero así estaríamos hablando de tan solo un aspecto de las convulsiones de la región: las guerras convencionales. Se tratará, en este sentido, del conflicto árabe-israelí y de las cinco guerras entre 1948 y 1982. Desde esta perspectiva, dejaríamos fuera varias otras contiendas de más larga duración, como fue el caso del enfrentamiento Irán-Irak en los años ochenta, que –dicho sea de paso– en el imaginario colectivo nunca se definió como el conflicto característico de la región, sino como algo aparte. Y aun en el contexto específico del conflicto árabe-israelí no faltaron golpes de Estado, revoluciones, guerras civiles e intervenciones externas que revelan una inestabilidad propia, tanto por la falta de un equilibrio de poder en la región en el sentido más clásico del término como por dinámicas internas y externas de “identidades asesinas”, como reza el título del ensayo del escritor libanés Amin Maalouf.
Esta doble indeterminación conceptual de la región y del carácter del conflicto tiene su origen en el proceso histórico del diseño territorial sellado por el predominio de los intereses de las grandes potencias que, a menudo, chocaron con las aspiraciones soberanistas locales y sus proyectos políticos. Claramente, por la gran asimetría de poder, los motivos externos al principio fueron determinantes en la formación del sistema interestatal del Medio Oriente contemporáneo. No significa esto que las elites locales se hayan mantenido pasivas en el proceso; por el contrario, la historia internacional del Medio Oriente contemporáneo es también la historia de las resistencias y luchas anticoloniales, con sus páginas a la vez heroicas y trágicas, con las grandes expectativas que generaron y las desilusiones que provocaron. Pero tampoco los proyectos políticos alternativos al diseño colonial gozaron de amplio consenso en las elites locales que, al final, tuvieron que adaptarse a una realidad antes que aspirar a su cambio.
La generalización, por supuesto, confunde, y es cierto que en términos de proyectos políticos y consensos internos los casos se diferencian y cada uno se caracteriza por sus singularidades. Sin embargo, la historia internacional del Medio Oriente contemporáneo es también la manifestación paradójica y a menudo conflictiva de la lucha entre dos “fuerzas profundas” definidas en términos de “mentalidades colectivas” (según el esquema de los historiadores franceses Pierre Renouvin y Jean Baptiste Duroselle en su clásica obra Introducción a la historia de las relaciones internacionales ): el nacionalismo y la religión. Por cierto, el uso de la expresión mentalidades colectivas , elaborada por estos dos representantes de la escuela francesa para el análisis de las relaciones internacionales en el caso de Medio Oriente desde la emergencia del sistema interestatal, precisa una revisión crítica y una reconceptualización.
Si bien no es el propósito de este libro hacer una historia diplomática tal como se propusieron Renouvin y Duroselle, hay que decir que el Medio Oriente contemporáneo no se entiende sin el agregado necesario de una mirada sobre la historia diplomática de la región. Historia, a su vez, de la crisis del Estado, definida como las formas inviables de gobierno político. Así pues, el conflicto en Medio Oriente se entiende como la íntima interacción y mutuo condicionamiento de dos grandes factores: la historia diplomática y la crisis del Estado. Es en esta interacción donde vemos la lucha por la determinación de las identidades colectivas y la formación de alianzas entre las dos “fuerzas profundas”, el nacionalismo y la religión, en sus manifestaciones transnacionales, sectarias y hasta tribales.
Explicar el conflicto en Medio Oriente en la dinámica de la interacción de la historia diplomática y la crisis de Estado precisa tanto un abordaje clásico propio del estudio de las relaciones internacionales en términos de lucha por el poder, formación de alianzas, intervenciones, institucionalización y creación y distribución de la riqueza, como una mirada desde la sociología política.