Primera edición: marzo 2015
Segunda edición: abril 2015
tercera edición: julio 2015
CUARTA EDICIÓN: NOVIEMBRE 2015
QUINTA EDICIÓN: Diciembre 2015
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© Javier Martín, 2015
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Estado Islámico.
Geopolítica del caos
ISBN (papel): 978-84-9097-054-6
ISBN (epub): 978-84-9097-115-4
DEPÓSITO LEGAL: M-26.361-2015
IBIC: JPWL
este libro ha sido editado para ser distribuido. La intención de los editores es que sea utilizado lo más ampliamente posible, que sean adquiridos originales para permitir la edición de otros nuevos y que, de reproducir partes, se haga constar el título y la autoría.
A Paz, mi amor, mi faro
PRÓLOGO
Cristina Sánchez
“Di adiós al antiguo orden en Oriente Medio.” Así titulaba uno de sus artículos la periodista y experta en la región, Joyce Karam. Publicado en la web en inglés del canal de noticias Al Arabiya, con sede en Dubai, en él se analiza el papel que viejos y nuevos actores están desempeñando a la hora de redefinir un mapa de poderes e influencias en una carrera que todos pretenden ganar sin apartar la mirada del retrovisor y, por ende, de sus rivales. Y es que de la semilla plantada en décadas de siembra han crecido malas hierbas en campos que algunos creían propios y que ahora extienden sus raíces por Siria o Irak. La más mediática de todas ellas se hace llamar Estado Islámico, un grupo cuyo carácter trasnacional quedaba patente en una declaración, la que realizaba Abu Safiyya, supuesto portavoz, el mismo día en el que el hasta entonces conocido como ISIS proclamaba un nuevo califato en los territorios bajo su control. Identificado como un ciudadano de origen chileno, con residencia en Noruega, proclamaba en una alocución en inglés la desaparición de las fronteras artificiales fijadas en 1916 gracias a un pacto secreto entre Francia y el Reino Unido que contó con el beneplácito de Rusia.
Pero nada de esto se explica sin retroceder en el tiempo buscando responsabilidades que nacieron en el pasado, pero que siguen amantándose en el presente. Tras la caída del Imperio otomano, los acuerdos de Sykes-Picot repartieron Oriente Medio en zonas de influencia, fijando las bases para la creación de los actuales estados de la región, definiendo, en sucesivos acuerdos, unos límites territoriales que, siguiendo otros ejemplos coloniales, ignoraron orígenes, idiosincrasias y caracteres propios. Y desdeñaron una lucha dominante entre las dos ramas del islam que no conoce de fronteras. Una batalla en la que, en los últimos dos años, ha irrumpido un actor no estatal que pretende construir uno y así se autoproclama Estado Islámico. Cientos de kilómetros entre Siria e Irak bajo su administración, con su propia infraestructura y financiación y una cuidada estrategia militar. Más de 30.000 combatientes a su servicio y un mosaico de nacionalidades nutriendo sus filas y una treintena de grupos armados que, desde Filipinas a Nigeria, han jurado lealtad al “califa”. Abu Bkr al Bagdadi, nacido en Samarra, hijo bastardo de Al Qaeda y ahora el hombre más buscado por los servicios de inteligencia de medio mundo. No solo desertado de la red fundada por Osama bin Laden, también de sus objetivos: avanzar, conquistar y gestionar son sus obsesiones. Cuenta, para ello, con importantes ingresos y una perversa pero, hasta la fecha, eficaz maquinaria propagandística que está movilizando efectivos y apoyos, físicos y virtuales, a través de una de sus más importantes herramientas, la red.
Este libro es un viaje por las profundidades del océano del que ha emergido la ola que ahora recorre Oriente Medio erosionando, como señalaba el periodista David Gardner en las páginas del Financial Times, las fronteras imperiales establecidas un siglo antes. Una apasionante travesía en busca de las claves que permitan comprender la situación actual. Por carreteras secundarias y grandes autopistas, como la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en el año 2003 y que rompió el difícil equilibrio mantenido hasta esa fecha al acceder al poder la rama minoritaria del islam, pero mayoritaria en el país, e inclinarse la balanza hacia el único estado chií del mundo, Irán. O por esa autovía llamada Arabia Saudí por la que viaja a gran velocidad, cruzando fronteras, su interpretación más rigorista del islam, el wahabismo. Sin olvidar Siria, con enclaves suníes, chiíes y kurdos que luchan entre sí o establecen alianzas, que se nutren de apoyos externos y de intereses ajenos. Y que extienden sus tentáculos desestabilizantes por otros países vecinos. En conflictos que se están cobrando decenas de miles de vidas, en su inmensa mayoría musulmanas. Más de 140.000 civiles muertos desde la invasión en el caso iraquí, según recuento del observatorio independiente Iraq Body Count. Cifra similar en cuatro años de conflicto en Siria.
Esta obra que ahora se publica es, pues, imprescindible. La amplia experiencia que acredita su autor como corresponsal de la Agencia EFE en países como Egipto, Irán, Israel y Túnez y su profundo conocimiento del mundo musulmán son una garantía de análisis, rigor y profundidad en una época en la que, en demasiadas ocasiones, estos son engullidos por la inmediatez. Javier Martín huye de simplificaciones, deserta de generalidades, derriba estereotipos. Y señala, sin tapujos, la responsabilidad de cada uno de los actores. De Arabia Saudí a Irán, pasando por Turquía, Pakistán, Egipto o Estados Unidos. Un texto que conjuga lo mejor del periodismo y de las relaciones internacionales. Caminando, en círculos concéntricos, de los testimonios en primera persona al análisis geoestratégico. Porque, como afirmaba el maestro de periodistas Ryszard Kapuscinski: “Ser historiador es mi trabajo […] estudiar la historia en el momento mismo de su desarrollo, lo que es el periodismo […]. Todo periodista es un historiador”.
Directora de Países en Conflicto de Radio Nacional de España.
INTRODUCCIÓN
Ellos son el enemigo. Tenlo en cuenta.
Combátelos. Por Alá, ellos mienten.
Ibn Taymiyya
Sentado en las laderas blancas y azules de Sidi Bou Said, Salem Haazuni sorbe con tenue melancolía un té con piñones en exceso azucarado. Sabe que, pese a todo lo ocurrido en los últimos cuatro años, es un hombre afortunado. El sol cae con pereza sobre el puerto que una vez vio partir a las huestes de Aníbal y una brisa fría y áspera acompaña la cháchara de los escasos parroquianos. “Yo huí hace un año y medio. Quise creer que veríamos un país mejor, insistí en quedarme pese a las primeras señales, pero me equivoqué”, explica. “Libia no tiene futuro, los libios no tendremos otro futuro que la guerra en los próximos diez años”, añade con un gesto teñido de resignación, dolor y cierta ira. Directivo de alto perfil en una de las compañías petroleras punteras en tiempos del derrocado Muamar Gadafi, Hazouni no era un hombre del sistema. En Libia, subraya, no había sistema. Era un régimen esculpido a imagen y semejanza de su líder: tan excéntrico como personalista. Todo giraba en torno al tirano y sus caprichos. Nada más importaba. Ni siquiera, a veces, su propia familia, rememora. Él era el principio y el fin de la nación inventada, el señor tribal al que el resto de clanes solo respetaban tanto como temían. El único cemento que cohesionaba una heterogénea sociedad de apenas seis millones de habitantes regida por costumbres ancestrales, donde las fidelidades se compraban con petróleo y las conspiraciones se pagaban con la vida. “No era el mejor de los lugares, sobraban ambiciones y faltaban libertades. No había un futuro cierto. Visto desde fuera, suficientes razones para montar una revuelta. El problema es que nunca hubo un plan mejor, los que la instigaron nunca pensaron en la alternativa antes de echar a Gadafi. Esa es nuestra condena”, agrega mientras las sombras que avecinan la noche se abaten sobre el golfo de Túnez, hogar de su “afortunado exilio” y del de miles de compatriotas libios.