Mikel Ayestaran - Oriente Medio, Oriente roto
Aquí puedes leer online Mikel Ayestaran - Oriente Medio, Oriente roto texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2017, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Oriente Medio, Oriente roto
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2017
- Índice:3 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Oriente Medio, Oriente roto: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Oriente Medio, Oriente roto" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Oriente Medio, Oriente roto — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Oriente Medio, Oriente roto " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
No puedo mirar un mapa. O si lo hago, tengo que hacerlo con tiempo, porque seguro que no será un simple vistazo. Cada vez que lo hago mi cabeza empieza a volar por ciudades, carreteras, estaciones de tren y autobús, restaurantes, hoteles… Pero sobre todo me vienen a la cabeza nombres. Sin el trabajo, la paciencia y la amistad de gente como Reza Kermanshahi, Flayeh Al Mayali, Muhamed Kaki, Fady Barsa, Fady Marouf, Ali Saeed, Kayed Hammad y Mustafa Welely no habría sido posible este libro. Ellos forman mi otra familia en la región. En la jerga periodística decimos que hacen de fixer y su labor es clave, sobre todo en zonas de conflicto o post conflicto. Mucho más que meros traductores o guías, son intérpretes de la situación y los que mejor saben dónde no hay que meterse.
Cuando alguien en esta región me dice que está seguro de algo al cien por cien, desconfío. Oriente Medio es impredecible, siempre sorprende, por eso es importante tener referencias, personas con autoridad moral y profesional que te guíen. Gente como Eugenio García Gascón, un hombre tranquilo y paciente que no me ha fallado nunca, desde la primera vez que puse un pie en Jerusalén.
También tengo una deuda con Océano África, de Xavier Aldekoa. Me lo regaló en una escala en la que coincidimos en Estambul y me lo leí en el siguiente vuelo. Del tirón. Nada más cerrarlo pensé que hacía falta un Océano Oriente Medio. Xavier me puso en contacto con Ana y Ramon, que han tenido mucha paciencia, y este es el resultado final.
En nuestro trabajo vemos cosas que en una vida normal no se pueden ni imaginar. La realidad es mucho peor que la ficción. Admiro el respeto y la confianza con la que mis padres siempre han aceptado esta forma de vida y me siento afortunado por tener conmigo a mi mujer y a mis hijos. La mejor terapia después de cada cobertura es bajar con los niños al parque, comer un helado y responder a sus preguntas. No hay respuestas más difíciles que las que me obligan a darles. En el futuro me agradecerán o me echarán en cara haberles cambiado la infancia que les esperaba por esta otra, haberles traído conmigo a este Oriente roto… Solo espero que cuando llegue ese día la herida que supura en la región esté curada. Inshallah!
MIKEL AYESTARAN (Beasain, 1975) es periodista freelance especializado en zonas de conflicto, desde 2006 ha trabajado en países como Líbano, Irak, Irán, Siria, Afganistán, Pakistán, Yemen, Egipto, Túnez, Libia, Georgia, Israel y los Territorios Palestinos combinando siempre prensa, televisión y radio.
Dio sus primeros pasos como profesional en El Faro de Ceuta. En 2005, tras una década en la redacción de El Diario Vasco, decidió probar la experiencia de ser freelance, especializarse en los conflictos abiertos en Oriente Medio y trabajar como redactor multimedia para distintos medios. Después de pasar diez años con la mochila a cuestas, en enero de 2015 fijó su residencia en Jerusalén, donde vive con su familia y desde donde cubre la región para los periódicos del grupo Vocento y para EiTB, la radiotelevisión pública vasca.
Ganador del Premio del Club Internacional de Prensa (2009), del Premio Periodista Vasco (2015), del Premio José Manuel Porquet de periodismo digital (2016) y del Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche (2017), entre otros galardones, es también socio y cofundador del colectivo de información internacional 5W.
A mi amona, a mi ama, a Eu, a Alo y a Ane.
Título: Oriente Medio, Oriente roto
Mikel Ayestaran, 2017
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
IRÁN
UN TERREMOTO PARA CAMBIAR DE VIDA
Teherán – Bam, enero de 2004
El despertador del Casio suena a las siete de la mañana. A las once sale mi vuelo a Bam desde el aeropuerto de Mehrabad. No hay un minuto que perder. Apenas he podido pegar ojo. Estoy nervioso y no paro de preguntarme cosas, de intentar atar cabos. Pero si yo solo estoy de vacaciones, ¿por qué tendría que ir a una ciudad recién arrasada por un terremoto? ¿Volverá a temblar la tierra? ¿Qué es lo necesario para sobrevivir a un terremoto? No sé qué lista de la compra puedo hacer para este tipo de viaje, así que salgo en busca de una tienda de alimentación y allí decidiré qué adquirir. No muy lejos del hotel localizo un pequeño ultramarinos, uno de los miles que se encuentran repartidos por Teherán con los expositores a rebosar. Me hago con doce latas de atún, unas cuantas de alubias con tomate, cinco tabletas de chocolate Tak Tak (el equivalente local al Kit Kat), pastelitos variados, chicles, caramelos y globos en abundancia pensando en los niños que uno siempre encuentra por el camino, frutos secos, un cepillo de dientes y una botella de agua.
Paso por un quiosco y compro los diarios que se editan en inglés en la república islámica. Todos llevan el tema de Bam en portada. El 26 de diciembre, hace tan solo una semana, un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter asoló la provincia de Kermán, en el sureste del país. El epicentro se registró en Bam, histórica ciudad de la ruta de la seda conocida mundialmente por albergar la mayor fortaleza de barro del mundo. Construida en el año 500 a. C., la ciudadela permaneció habitada hasta 1850. Pero los terremotos no entienden de vidas humanas y menos de historia. Durante treinta segundos la tierra botó, literalmente, bajo los pies de los ciento veinte mil habitantes de la zona, y al final del temblor no se veía nada. La mayoría de las casas eran de adobe y al derrumbarse se formó una nube de polvo inmensa. ¿Un bombardeo? ¿Una prueba con armas nucleares en mitad del desierto de Dasht-e-Lut? No, un terremoto. Más de cuarenta y una mil personas murieron, según los datos oficiales, y el 90 por ciento de la ciudad moderna y la propia fortaleza sufrieron graves daños.
Vuelvo al hotel a recoger mis cosas, reviso el cuarto para no dejarme nada, pago la cuenta y salgo a la calle con la mochila a la espalda, la bolsa de víveres en una mano y los periódicos en la otra. Estoy incómodo porque me gusta llevar siempre las manos libres. Las calles de Teherán son interminables y es mejor no ponerse a caminar porque sí; tampoco es buena idea apostar por los taxis compartidos o el transporte público si uno no sabe moverse en esta enorme ciudad de diecisiete millones de habitantes. Así que paro el primer taxi que pasa y le pido que me lleve directo a la terminal nacional de Mehrabad.
—Darvasht? —pregunta el taxista alargando la t final de esa forma que solo saben los iraníes.
La complicada situación económica obliga a los iraníes a tener dos o tres trabajos y uno se puede encontrar con abuelos como este, que conduce un Paykan de color blanco con una raya naranja en el capó delantero, el vehículo nacional iraní y el auténtico rey del asfalto persa entre 1969 y mediados de los noventa.
—¡Mehrabad, Mehrabad! —respondo apresurado sin entender que lo que quiere preguntarme es si estaba dispuesto a alquilar todo el vehículo para mí.
Abro la puerta trasera para meter mis bultos y me siento en el asiento del copiloto, que no tiene reposacabezas. Siempre que estoy en Irán intento disfrutar de todas las carreras en Paykan porque soy consciente de que en breve pasará a formar parte de la historia del parque móvil nacional, como ocurrió con los Trabant en la RDA.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Oriente Medio, Oriente roto»
Mira libros similares a Oriente Medio, Oriente roto. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Oriente Medio, Oriente roto y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.